Análisis de redes en la gobernanza del agua

La planète bleue dans le rouge, by Tableaux imaginaires (CC BY-ND 2.0 DEED)

El concepto de participación se utiliza ampliamente en la literatura sobre la gobernanza de los recursos naturales. Sin embargo, tal y como exponemos en un reciente comentario en Humanities and Social Sciences Communications:

  1. La participación tiene diferentes significados.
  2. La participación no siempre garantiza los resultados esperados.
  3. Esto hace necesario atender a las condiciones en las que se produce la participación efectiva.

Estas ideas se desarrollan en:

  • Maya-Jariego, I. (2024). Using stakeholder network analysis to enhance the impact of participation in water governance. Humanities and Social Sciences Communications, 11, 460. https://doi.org/10.1057/s41599-024-02958-x

A continuación, se puede consultar una versión en español, previa a la publicación definitiva.

De qué hablamos cuando hablamos de participación en la gobernanza del agua

La participación ciudadana en la gobernanza del agua puede mejorar la pertinencia, la implementación y la efectividad de las políticas públicas. Sin embargo, la participación se puede expresar en una gran diversidad de formas, en un gradiente que va desde la mera consulta pública a la gobernanza compartida de los recursos naturales. La obtención de resultados positivos depende en última instancia de las condiciones en las que se produce la participación, con factores clave tales como el liderazgo, el grado de confianza entre las partes interesadas o la interacción de los poderes públicos con la ciudadanía. El análisis de redes sociales se ha utilizado para operacionalizar los procesos de participación, contribuyendo a la identificación de líderes, la integración intersectorial, la planificación estratégica y la resolución de conflictos. En este comentario analizamos el potencial y las limitaciones de la participación en la gobernanza del agua y lo ilustramos con el caso del acuífero de la Campina de Faro, en el sur de Portugal. Proponemos que el análisis de las redes de partes interesadas resulta especialmente útil para favorecer la descentralización en la toma de decisiones y la gestión consensuada de los recursos hídricos.

Palabras clave: Participación – Gobernanza – Redes – Agua.

La participación se ha convertido en un principio básico en las políticas públicas de gestión y gobernanza del agua. La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea promueve que los estados miembros desarrollen planes de gestión de las cuencas fluviales, a través de procesos participativos que informen, consulten e involucren activamente a todas las partes interesadas (Demetropoulou et al., 2010; Jager et al., 2016). Del mismo modo, las estrategias de «gestión integrada de los recursos hídricos urbanos» pretenden implicar a los ciudadanos en la prestación de servicios y la toma de decisiones en las ciudades, abarcando todo el ciclo del agua (Mukhtarov, Dieperink & Driessen, 2018). En las políticas de cooperación al desarrollo también se asume que la implicación de las comunidades locales podría contribuir a un acceso al agua potable sostenible y equitativo (Jones, 2011). En todos los casos se parte del supuesto de que la participación contribuye a una gestión más efectiva de los recursos naturales.

Sin embargo, el principio de participación tiene en la práctica significados muy diversos. En el ámbito de la cooperación internacional, se asocia inicialmente a la idea de que la dotación de infraestructuras (del agua) no es suficiente para contribuir al desarrollo local, sino que es necesario al mismo tiempo prestar atención a las formas de organización y el proceso de toma de decisiones (Tropp, 2007). Así, hablar de gobernanza implica pasar de un foco casi exclusivo en las infraestructuras a la consideración de factores sociales. No obstante, esto abre el abanico a una gran variedad de formas potenciales de implicación ciudadana, en un gradiente que abarca desde informar o consultar a los representantes de la comunidad local, hasta la deliberación conjunta en foros públicos o las modalidades más exigentes de cogobierno, entre otras (Margerum, 2008; Mukhtarov et al., 2018). Cabe esperar que cada forma de participación tenga sus propias dinámicas y genere resultados diferentes.

Una distinción clave consiste en diferenciar entre la participación formal impulsada por el gobierno y la participación que emerge, de abajo arriba, en contextos comunitarios (Van Buuren, Van Meerkerk & Tortajada, 2019). Por un lado, la administración pública recurre con frecuencia a la implicación de la sociedad civil para mejorar la aceptación de las políticas y para prevenir el conflicto entre las diferentes partes interesadas (Newig & Fritsch, 2009). Los consejos participativos de las cuencas hidrográficas son un claro ejemplo de este tipo de iniciativas, en los que normalmente se invita a una multiplicidad de actores para que colaboren en la toma de decisiones y en la distribución de recursos de agua escasos (Mancilla-García & Bodin, 2019). Por otro lado, hay ocasiones en las que los espacios de participación son el resultado de la autoorganización de la comunidad, ya sea como reacción a las iniciativas del gobierno o para responder a las necesidades locales (Romano, 2019). Un caso paradigmático son las asociaciones de usuarios de agua, que normalmente recurren a la autorregulación, entendida como «la gestión colectiva descentralizada de los recursos hídricos subterráneos» (Steenbergen & Shah, 2003, p. 242). Como vemos, existe una tipología amplia y diversa de arreglos institucionales con los que canalizar la participación.

Asimismo, asumir un enfoque participativo no implica necesariamente la obtención de los resultados pretendidos. Se trata de un proceso político, que depende en última instancia de la capacidad de influencia o de la formación de alianzas. Aun cuando la composición de los foros públicos se diseñe de manera inclusiva, los actores no siempre tienen el conocimiento técnico que les permite participar de manera efectiva (Mancilla-García & Bodin, 2019). La gestión del agua suele conllevar el dominio de cuestiones complejas que desequilibran la capacidad de influencia de los diferentes miembros de los comités de toma de decisiones. Otras veces es la propia estructura centralizada del estado la que se convierte en un impedimento para que un nivel adecuado de implicación de la comunidad acabe resultando efectivo (Demetropoulou et al., 2010). Por consiguiente, no siempre que la participación se considera necesaria, es suficiente para desencadenar los cambios deseados[1].

Esto hace necesario atender a las condiciones en las que se produce la participación. A ese respecto, se han señalado tres tipos de factores que tener en cuenta, que se refieren respectivamente a (1) las capacidades de los actores participantes, (2) la interacción de los poderes públicos con los participantes, y (3) la capacidad de adaptación de las instituciones públicas a las iniciativas comunitarias y, en general, a los procesos participativos (Van Buuren, Van Meerker & Tortajada, 2019). Esto significa que la obtención de resultados positivos puede depender, entre otros ingredientes, del liderazgo, el capital social interno de las organizaciones participantes, la transparencia, la capacidad de diálogo o el grado de confianza entre las partes interesadas. La participación efectiva se asienta en la motivación y las competencias de los participantes, desplegadas de un modo persistente en un contexto organizativo (con frecuencia asociaciones e iniciativas de base comunitaria) que permite el desarrollo de relaciones personales fuertes (Maya-Jariego, Holgado & Santolaya, 2023). Cada proceso participativo tiene una historia singular. Cuando se trata de la gobernanza efectiva del agua, esto nos lleva necesariamente a complementar las referencias genéricas a la participación con la operacionalización y la trazabilidad de las condiciones en que ésta se produce.

Redes de gobernanza del agua

El análisis de redes sociales es una de las aproximaciones empíricas que se ha utilizado para “traducir” el principio de participación de modo operativo. El uso más habitual ha consistido en describir los patrones de colaboración entre un conjunto de actores relevantes en la gobernanza del agua. Trazar las redes interorganizacionales de colaboración sirve para identificar a los actores con mayor centralidad, describir las relaciones entre los subgrupos existentes y evaluar el grado de integración transversal entre los diferentes sectores de la administración pública. En la Tabla 1 hemos resumido algunas de las aplicaciones más productivas del análisis de redes en la gobernanza participativa del agua. Las repasamos a continuación.

El énfasis en las propiedades estructurales de un sistema social resulta especialmente apropiado cuando pretendemos describir arreglos de gobernanza en los que están implicados multitud de actores. La gobernanza participativa puede formularse como una red de colaboración entre las agencias gubernamentales, los grupos ecologistas, las asociaciones de usuarios del agua y las organizaciones no gubernamentales, entre otros actores comunitarios relevantes. Las organizaciones son nodos que pueden estar conectados por relaciones de información, intercambio de recursos o proyectos compartidos. Esta forma de reducir la colaboración entre partes interesadas permite examinar el papel de actores individuales y, al mismo tiempo, representa el desempeño del sector del agua en su conjunto.

Los indicadores de centralidad individuales revelan indirectamente la distribución del poder en la gobernanza del agua. Es frecuente encontrar el papel dominante de los organismos gubernamentales, de modo que la mayor parte del poder recae en el sector público (Fliervoet, Geerling, Mostert & Smits, 2016; Kharanagh, Banihabib & Javadi, 2020). Se trata de estructuras jerárquicas donde el control de la toma de decisiones se concentra preferentemente en las unidades de la administración (Nabiafjadi, Sharifzadeh & Ahmadvand, 2021). Como contrapartida, hay otros actores, como las organizaciones agrarias, que a veces tienen un papel marginal pese a la demanda de agua que normalmente suponen (Gatt, 2016). Algo parecido ocurre con las áreas rurales remotas, que suelen estar desconectadas de los ámbitos institucionales donde se toman decisiones (Delgado et al., 2021). Aunque muchos usuarios del análisis de redes recurren a esta herramienta para justificar o inducir patrones de gobernanza colaborativa, con frecuencia los resultados que obtienen les enfrentan paradójicamente con los límites de los procesos de participación reales[2].

Por su parte, si nos centramos en las propiedades estructurales en su conjunto obtenemos una representación comprehensiva de cómo se articulan las relaciones entre las diferentes partes interesadas. La visión sistémica que proporciona el análisis de redes, lo convierte en una herramienta útil en la integración de diferentes agencias gubernamentales. Por ejemplo, se puede utilizar para coordinar (tanto vertical como horizontalmente) a los organismos encargados de la gestión del agua, la energía y los alimentos (Kurian, Portney, Rappold, Hannibal & Gebrechorkos, 2018). También permite conectar las organizaciones que participan en la gobernanza de ríos, lagos y acuíferos con aquellas que se centran en la humedad del suelo utilizada por las plantas[3] (Stein, Ernstson & Barron, 2011); o bien aquellas entidades que se coordinan en la protección contra inundaciones con las que se centran en la gestión de recursos naturales (Fliervoet et al., 2016).

En este ámbito se suelen identificar individuos u organizaciones que ejercen de intermediarios y conectan áreas diferenciadas de la red, facilitando la coordinación entre actores. Los intermediarios condicionan el flujo de información y recursos, facilitando el desarrollo de interacciones y contribuyendo a la construcción de capital social y confianza en el sistema social de referencia (Maya-Jariego & Holgado, 2021). En la gestión conjunta de los lagos, se ha observado que los intermediarios conectan a la administración con actores no gubernamentales y a veces se vinculan también con fuentes externas de información (Lakshmisha & Thiel, 2022). En cuencas hidrográficas sometidas a una fuerte erosión del suelo, los intermediarios conectan a las entidades locales con otras de nivel nacional, generando credibilidad y confianza tanto entre los agricultores como en los productores de energía hidroeléctrica (Vignola, McDaniels & Scholz, 2013). En contextos rurales se ha comprobado que las asociaciones de usuarios de agua agrupan actores que a veces se encuentran al margen de los foros institucionalizados y que estarían desconectados si no fuera por el papel clave de los líderes del poblado (Stein et al., 2011). En todos estos casos el papel de los intermediarios es fundamental para facilitar el entendimiento y la coordinación entre grupos heterogéneos de actores (Horning, Bauer & Cohen, 2016).

Otras aplicaciones consisten en integrar el análisis de redes en procesos de investigación-acción o de planificación estratégica. Para ello se puede combinar con metodologías cualitativas que facilitan la generación de una visión compartida entre los participantes (Ahmadi, Kerachian, Rahimi & Skardi, 2019). La representación de las relaciones permite visibilizar todos los actores que son relevantes en un área determinada (Jatel, 2013; Maya-Jariego, 2016; Ogada, Krhoda, Van Der Veen, Marani & van Oel, 2017) y monitorizar la transformación institucional hacia modelos de gobernanza adaptativa del agua (Chaffin, Garmestani, Gosnell & Craig, 2016). La evaluación de las relaciones de poder entre las partes interesadas también puede servir de apoyo para llevar a cabo negociaciones y procesos de resolución de conflictos (Reyhani & Grundmann, 2021), incluso en circunstancias de alta polarización (Rojas, Bennison, Gálvez, Claro & Castelblanco, 2020).

 

Tabla 1. Usos del análisis de redes en la gobernanza participativa del agua.

Uso Descripción Procesos de participación
·        Describir patrones de colaboración La gobernanza participativa se representa como una estructura social de interacción entre las múltiples partes interesadas. La comprensión del sistema depende de la relación elegida, que puede referirse al mero intercambio de información o a la toma de decisiones compartida.
·        Identificar líderes y actores centrales Permite examinar la distribución del poder entre los diferentes actores implicados. Esta información puede ser útil para regular la representatividad y el equilibrio de poder en la toma de decisiones.
·        Evaluar la integración intra e intersectorial

 

Consiste en examinar la articulación entre los diferentes subgrupos que componen la red, a veces a través de la identificación de intermediarios. La coordinación entre grupos de actores diversos permite la gestión integral del socio-ecosistema.
·        Contribuir a la planificación estratégica La identificación de los actores clave y sus relaciones genera una visión compartida y se puede utilizar para suscitar la acción colectiva. En este caso el análisis de redes es un catalizador de la implicación de los actores y de la formación de relaciones.
·        Facilitar la resolución de conflictos El diagnóstico de las dinámicas de poder facilita la realización de negociaciones. El mapa de relaciones proporciona una representación comprehensiva de los grupos de actores y sus relaciones entre sí, lo cual permite guiar el proceso de negociación.

 

Por consiguiente, el análisis de redes proporciona una visión estructural sobre los patrones de gobernanza, permite describir la distribución del poder y sirve para evaluar cómo se integran la heterogeneidad de actores en la gestión del socio-ecosistema. En el siguiente apartado ilustramos con un caso del Algarve, en el sur de Portugal, cómo la interacción con los servicios ecosistémicos les da forma a las relaciones de conflicto y cooperación de las partes interesadas que comparten un mismo territorio. En este caso una estrategia de gobernanza pertinente y efectiva requeriría promover el consenso en un contexto de relaciones intergrupales potencialmente conflictivas.

Partes interesadas e intermediarios en la Campina de Faro (sur de Portugal)

El acuífero Campina de Faro es una formación hidrogeológica que ocupa una superficie de 86,4 km² en el Algarve, al sur de Portugal. Está compuesto por dos subsistemas diferenciados (uno de carácter superficial y otro, un depósito inferior), que desaguan directamente en el Atlántico. Abarca los condados de Faro, Loulé y Olhão. La zona cuenta con áreas protegidas de alto valor ecológico que forman parte del Parque Natural de la Ría Formosa. El acuífero está sometido a una fuerte presión por la extracción intensiva de agua, especialmente para usos agrícolas y ganaderos. En algunas zonas se ha detectado una alta concentración de nitratos, posiblemente asociada con el uso de fertilizantes (Costa et al., 2015). Además, a través del intercambio de fluidos, la contaminación se transfiere directamente entre los acuíferos superficial y profundo (Almeida & Silva, 1987; Stigter, Ribeiro & Dill, 2006).

El desarrollo turístico costero también se ha visto reflejado en un aumento del consumo de agua. Así, en zonas como Vale de Lobo ha desembocado en situaciones de sobreexplotación, con una sensible reducción de los niveles hídricos (Almeida, Mendonça, Jesus & Gomes, 2000). Una de las actividades que ha tenido más impacto en este sentido es el turismo de golf (Videira et al., 2006). Consecuentemente, se producen episodios de intrusión de agua marina con la consiguiente contaminación salina (Da Silva, Bocanegra, Custodio, Manzano & Montenegro, 2010; Stigter et al., 2009). Una de las estrategias para afrontar la situación ha consistido en la implementación de sistemas de recarga de acuíferos (San-Sebastián-Sauto, Fernández-Escalante, Calero-Gil, Carvalho & Rodríguez-Escales, 2018) o en la desalinización (Serra, do Rosário Cameira, Cordovil & Hutchings, 2021).

Los usos turísticos y agrícolas de la zona tienen un tipo de impacto equivalente sobre los acuíferos. Aunque las consecuencias puedan variar en intensidad, en ambos casos ejercen una presión relacionada con el consumo intensivo de agua y tienen efectos de contaminación potenciales. En la agricultura se utilizan nitratos como fertilizantes que pueden afectar a la calidad del agua, mientras que el consumo excesivo asociado al turismo puede reducir los niveles hídricos y aumentar la salinidad a través de la intrusión de agua marina. Por otro lado, el turismo y la agricultura conforman sectores económicos que tienden a reforzarse mutuamente en el ámbito local.

Sin embargo, los usos turísticos y agrícolas varían en la relación que mantienen con las acciones de protección ambiental y, en general, con las iniciativas de sostenibilidad. Los agricultores han mantenido tradicionalmente una relación conflictiva con el movimiento ecologista, mientras que los atractivos ambientales se han utilizado en ocasiones como un factor de desarrollo turístico. Esto ha hecho del turismo un elemento central, con capacidad para articular el desarrollo económico local.

En la Campiña de Faro confluyen fuertes presiones agrícolas y turísticas sobre los acuíferos. Entre los actores más relevantes destacan los organismos de la administración pública, tanto a nivel regional como nacional, encargados de garantizar el suministro de agua para consumo humano y el tratamiento de las aguas residuales, a la vez que regulan y supervisan al resto de partes interesadas en el sector[4]. Por su parte, la sociedad civil se organiza en torno a una plataforma ciudadana con representantes de una serie de entidades sociales defensoras del patrimonio cultural y natural del Algarve[5]. Las iniciativas de protección ambiental y fomento de la sostenibilidad tienen una relación desigual con el sector agrícola y con el sector turístico: el primero es el mayor consumidor de la red de agua y de los acuíferos, mientras que el segundo es un eje decisivo en el desarrollo local. De acuerdo con ello, en la Figura 1 presentamos el potencial de intermediación del sector turístico local.

El plan hidrológico de la cuenca señala que en la zona oriental la calidad de las aguas subterráneas es de mala calidad, por los nitratos procedentes de la agricultura. En la zona occidental se sufre, en cambio, un problema de cantidad de agua, especialmente por el consumo asociado a la presión turística. Los episodios de sequía han contribuido a que tanto el sector agrícola como el sector turístico perciban la necesidad de actuar con urgencia. A ello se une el aumento de los costes de extracción del agua, que hace que la población en general esté más concienciada de la necesidad de sacar el máximo aprovechamiento al agua disponible.

En este contexto, uno de los retos principales consiste en generar soluciones que integren las aportaciones de usuarios con intereses diversos, al mismo tiempo que se tiene en cuenta la investigación hidrogeológica reciente[6]. Esto conlleva también en parte una transformación de las prácticas de la administración pública, que tradicionalmente ha realizado una gestión basada en la construcción de infraestructuras.

Como también se ha observado en otros contextos geográficos, en este caso la toma de decisiones está altamente centralizada en la administración pública. En parte como reacción a ese escenario, la sociedad civil se organiza en redes de defensa del patrimonio medioambiental. Sin embargo, hay otros actores que son usuarios directos de la cuenca hidrográfica para usos agrícolas y turísticos. El examen sistemático de las redes de actores en este caso podría servir tanto para facilitar la descentralización en la toma de decisiones como para facilitar una gestión consensuada de los recursos hídricos.

Figura 1. Los productos agrícolas son un atractivo turístico, por lo que existe una sinergia natural entre la afluencia de turistas y el sector primario. Las organizaciones de protección ambiental consideran que las explotaciones agrícolas son las principales consumidoras de agua de los acuíferos y una de las principales amenazas a la sostenibilidad de la región. La relación es más ambivalente con el sector turístico. Pese a que los actores turísticos aumentan la presión poblacional sobre el consumo de agua, también contribuyen a preservar el patrimonio ambiental y cultural de la región. Esto hace del turismo un eje con mayor potencial de intermediación entre las diferentes partes interesadas.

Conclusión

La participación ciudadana en la gobernanza del agua se expresa en diferentes modalidades e intensidades. El mismo término de “participación” se utiliza cuando se proporciona información a la ciudadanía, cuando determinadas propuestas de la administración se someten a consulta pública, cuando se crean comités con una representación de los diferentes actores implicados, cuando se desarrollan modelos de cogestión entre el gobierno y la sociedad civil, o cuando se transforma la estructura de la toma de decisiones para dotar de mayor poder a los grupos marginados (O’Faircheallaigh, 2010). Cada modalidad (o grado) de participación puede ser más o menos pertinente dependiendo del problema que se quiere afrontar. En cualquier caso, conviene especificar a qué nos referimos cuando hablamos de participación. En la práctica, sondear la opinión de la población, promover una representación heterogénea en los foros de toma de decisiones o dotar de mayor poder a determinados colectivos supone poner en marcha procesos políticos claramente diferenciados.

Ser explícito y específico en el uso del concepto tiene al menos dos implicaciones: No solo pone en duda el supuesto de que “mientras más participación mejor”, sino que nos empuja incluso a cuestionarnos que la participación sea siempre por defecto la mejor opción. Un estudio con una amplia cobertura internacional encontró que la participación en el intercambio de agua, ya fuese como donantes o como receptores, se asociaba con una mayor probabilidad de percibir malestar y conflicto (Wutich et al., 2022). Aunque gran parte de la investigación académica se ha centrado en los procesos de colaboración, son muchos los casos en los que la existencia de intereses contradictorios sobre el uso de los recursos naturales sale a relucir (Bodin, Mancilla-García & Robins, 2020). Por eso, pese a los beneficios observados de la cooperación en la gobernanza ambiental, parece justificado adoptar una perspectiva pragmática en la que se valore cuándo conviene recurrir a la participación (y cuándo no), qué tipo de participación es pertinente en cada caso y qué se espera que la participación aporte al proceso político. Referirse a la participación de manera genérica, como una panacea para todo tipo de problemas, resulta poco sensible a la diversidad de situaciones a las que normalmente se enfrenta la gobernanza del agua.

Sin embargo, cuando descendemos a un plano operativo, hemos encontrado que la participación facilita la inclusión de la comunidad en la toma de decisiones, puede compensar los desequilibrios de poder y contribuye a adoptar una visión integral del ecosistema. En primer lugar, la mera inclusión de la comunidad en las políticas del agua contribuye a democratizar la toma de decisiones y mejora la pertinencia de las actuaciones, especialmente por lo que respecta a los colectivos más desfavorecidos (Hossen, & Wagner, 2016). Se ha comprobado experimentalmente que el monitoreo por parte de la comunidad mejora la gestión de los recursos comunes en todo tipo de contextos socio-geográficos (Slough et al, 2021). En segundo lugar, la participación es una vía para representar la diversidad de intereses que confluyen en un mismo escenario socio-ecológico. Resulta paradójico encontrarse reiteradamente con la concentración de poder en los actores gubernamentales, pese a que la gobernanza colaborativa se propone como una alternativa horizontal en la toma de decisiones. Parte del potencial del análisis de redes está precisamente en servir de herramienta para mejorar la representatividad de los actores participantes y contribuir indirectamente a la distribución de poder (Lienert, Schnetzer & Ingold, 2013). En tercer lugar, la consideración de diferentes partes interesadas facilita la adopción de un enfoque sistémico o bio-regional, que asume una visión integrada del conjunto de recursos de una cuenca hidrográfica y promueve una gestión integrada de los recursos hídricos (Huitema et al., 2009). Tal y como indican Magdala, Eden & Shamir (2017), «los problemas de gestión y gobernanza del agua abarcan muchos componentes relacionados entre sí, que solo pueden abordarse adecuadamente al comprender sus interconexiones» (p. 6).

La participación ciudadana puede mejorar la calidad y la legitimidad de las decisiones políticas (Ianniello, Iacuzzi, Fedele & Brusati, 2019). Para que eso ocurra se tienen que dar una serie de condiciones que faciliten la interacción de largo plazo de un conjunto de actores diversos con un nivel adecuado de reconocimiento institucional[7]. Tal y como hemos mostrado, la adopción de una perspectiva estructural puede ser un medio efectivo con el que mejorar la representatividad y el funcionamiento integrado de las partes interesadas en la gobernanza del agua.

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[1] De hecho, incluso se ha indicado que bajo determinadas circunstancias la participación puede tener consecuencias negativas (Cooper and Elliott, 2000; Lawrence, 2003).

[2] En Kenia se ha documentado cómo las estrategias de gobernanza integrada no consiguieron mejorar la coordinación entre los actores locales, reduciendo la efectividad de las medidas de conservación del agua (Ngaruiya, Scheffran & Lang, 2015).

[3] Es decir, la gobernanza de lo que se ha dado en llamar, respectivamente, “agua azul” y “agua verde”.

[4] E. g. la Entidade Reguladora dos Serviços de Águas e Resíduos (ERSAR); el Conselho Nacional da Água, que forma parte de la Agência Portuguesa do Ambiente; la administración hidrográfica regional; o la empresa Águas do Algarve, que es concesionaria de los sistemas municipales de abastecimiento de agua y saneamiento en el Algarve.

[5] La Plataforma Água Sustentável integra, entre otras entidades, a representantes de A Rocha; Água é Vida; AlmargemAssociação de Defesa do Património Cultural e Ambiental do Algarve; CIVIS – Associação para o Aprofundamento da Cidadania Faro; 1540- Associação de Defesa e Promoção do Património Ambiental e Cultural de Faro; Glocal Faro; Quercus- Associação Nacional de Conservação da Natureza; y Regenerarte- Associação de Proteção e Regeneração dos Ecossistemas.

[6] Resulta prioritario conocer las dinámicas de intrusión de aguas salinas en el acuífero, así como su relación con la escasez de agua.

[7] Las estrategias participativas pueden contribuir a crear el clima político que permita trabajar los objetivos de desarrollo comunitario a largo plazo (Paneque-Salgado et al., 2009).


Convocatoria de beca: barrios y voluntariado

Colors by Argonz (CC BY 2.0 DEED)

5074/0227 Convocatoria de beca: Grado en Psicología y/o Máster en Psicología

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades «convoca a concurso de méritos una beca, según lo establecido en la normativa de “Nombramiento de becarios con cargo a contratos, convenios y proyectos de I+D” de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el contrato de investigación titulado “Seguimiento y evaluación del ejercicio 2023 del I Plan Estratégico Integral de Voluntariado y Participación Ciudadana en Andalucía, Horizonte 2026″ (CP: 5074/0227, CGT: 0227), del que Isidro Maya Jariego es profesor responsable y que se realiza en el Departamento de Psicología Social.
  • Descarga las condiciones de la beca y los requisitos de los solicitantes [pdf]
  • Consulta la lista de publicaciones y proyectos del LRPC.

Análisis de redes en el medio marino

La revista Frontiers in Marine Science acaba de publicar un monográfico sobre los usos del análisis de redes sociales en le evaluación y gestión de los recursos naturales en el medio marino. El análisis de redes se utiliza en la gobernanza participativa, la evaluación de servicios ecosistémicos y el diseño e implementación de intervenciones. A continuación, reproducimos la versión en español del editorial de presentación del monográfico. Para citarlo se puede utilizar la siguiente referencia:

  • Maya Jariego, I., & Florido del Corral, D. (2024). Network-based assessments and interventions in the marine environment. Frontiers in Marine Science11, 1384212. https://doi.org/10.3389/fmars.2024.1384212

Los 6 artículos que conforman el monográfico están disponibles en acceso abierto en el siguiente enlace: Network-based assessments and interventions in the marine environment

Editorial: Evaluaciones e intervenciones en el medio marino basadas en análisis de redes

El medio marino está sometido a fuertes presiones relacionadas con la actividad humana, tales como la pesca, el turismo, los usos recreativos y la explotación energética, entre otros. De ahí que una gobernanza efectiva del medio marino resulte fundamental para garantizar su sostenibilidad. Algunas de las herramientas de gestión que más se han expandido en los últimos años están basadas en el análisis de redes de los sistemas sociales y/o ecológicos (Bodin & Crona, 2009). El análisis de redes sociales consiste en el estudio sistemático de los patrones de interacción entre individuos, grupos u organizaciones. Esto permite identificar y describir algunas propiedades estructurales emergentes.

En el caso concreto del medio marino, el análisis de redes se ha aplicado en (a) la monitorización de las prácticas de gobernanza participativa, (b) la evaluación de los servicios ecosistémicos, y (c) el diseño e implementación de intervenciones.

El análisis de redes resulta útil para describir las relaciones entre una gran diversidad de actores en los procesos de gobernanza colaborativa (Smythe, Thompson & Garcia-Quijano, 2014). También puede informar la implementación de estrategias participativas con las diferentes partes interesadas. Por ejemplo, la técnica Net-Map se utiliza para mapear las relaciones entre un conjunto de individuos o instituciones en contextos locales, y sirve para generar una visión compartida que facilita la planificación estratégica (Fortnam, 2019). También se puede combinar el análisis de redes con el análisis de partes interesadas (Maya-Jariego, Florido, Holgado & Hernández, 2016).

En segundo lugar, los datos en medios sociales proporcionan información valiosa sobre las interacciones entre el hombre y la naturaleza (Väisänen, Heikinheimo, Hiippala & Toivonen, 2021). Las técnicas de análisis de redes se han utilizado con éxito en este caso para evaluar los servicios ecosistémicos (Ruiz-Frau et al., 2020). La extracción automatizada de datos puede validarse con estrategias observacionales cualitativas (Alieva et al., 2022). La posibilidad de manejar grandes volúmenes de datos digitales lo convierten en una herramienta especialmente útil para describir y monitorizar el medio marino a gran escala.

En tercer lugar, las intervenciones basadas en redes utilizan datos relacionales para diseñar programas de cambio del comportamiento. Las medidas estructurales sirven de guía para identificar líderes de opinión, segmentar la comunidad en grupos o modificar las características de la red en su conjunto (Valente, 2012). Las intervenciones de redes resultan efectivas en la difusión del comportamiento ecológico responsable (Niemiec, Jones, Lischka & Champine, 2021) y en la adopción de innovaciones en el sistema productivo (Isaac et al., 2021). El conocimiento ecológico y la memoria colectiva sobre el entorno marino en las comunidades costeras son recursos que se pueden utilizar de manera efectiva en el diseño y la implementación de políticas públicas. Las redes proporcionan modelos y estrategias que funcionan especialmente bien en dicho contexto.

Dos artículos del monográfico analizan desastres naturales con la incorporación de un enfoque de redes en la gobernanza o el análisis de datos. Alieva et al. (2023) analizaron el impacto de la desecación del Mar de Aral en las comunidades pesqueras de Uzbekistán. A través de la observación directa y entrevistas en profundidad con diferentes grupos de interés, se describe el impacto socioeconómico de una de las mayores catástrofes ecológicas de la segunda mitad del siglo veinte. La disminución de los niveles de agua y el aumento de la salinidad provocaron la desaparición de peces, forzando a la población a buscar alternativas a la actividad pesquera. A su vez, esto tuvo un impacto negativo en las redes de las comunidades locales. El estudio discute el papel de la reconstrucción de los lazos entre antiguos pescadores en los procesos de desarrollo local en la zona.

Marín et al. (2023) realizaron un análisis longitudinal del impacto del tsunami de 2010 en las redes de co-gobernanza de las pesquerías en la región de Bio-Bío, en Chile. El estudio puso de manifiesto que después del tsunami se redujo la fragmentación y la descentralización de la red, al mismo tiempo que aumentó el nivel de confianza percibida entre las organizaciones implicadas. Es decir, en el periodo inmediatamente posterior al desastre natural se observó un aumento en los niveles de cohesión social de las comunidades afectadas. Entre las aportaciones de este estudio se cuenta la utilización de un diseño longitudinal, con un grupo de comparación con comunidades no afectadas por el desastre.

Los otros dos artículos hacen uso de las redes como herramienta de gobernanza o en la detección de prácticas de pesca ilegal, irregular o no reportada. Salazar et al. (2024) recurrieron a estrategias participativas para involucrar a los pescadores en la restauración y la conservación de ecosistemas en un Área Marina Protegida de Cap de Creus, en Cataluña, España. La alfabetización oceánica se utilizó para concienciar a los usuarios del medio marino sobre las relaciones de interdependencia con el hábitat, refiriéndose al caso concreto de las gorgonias que habitan el sustrato rocoso. También se promovió la mejora de la gobernanza con el aprovechamiento del conocimiento ecológico local. En este caso el análisis de redes personales se integró con técnicas de análisis de consenso cultural para mejorar la gestión de las áreas protegidas. Estos métodos se podrían extender a otros proyectos colaborativos con navegantes, pescadores and pescadores submarinos recreativos.

Bichler et al. (2024) usan el enfoque de redes en la detección de prácticas potencialmente ilegales en la cadena de suministro entre buques pesqueros y buques frigoríficos en el Área 81 de la FAO, en el Pacífico Sudoeste. Para ello hacen uso de los datos públicos del Global Fishing Watch con los que detectan subgrupos cohesivos en las redes de intercambio en la cadena de suministro. Además de observar redes dispersas y de escasa conectividad, como es habitual en el tráfico ilícito, identifican intermediarios muy activos que parecen tener un papel relevante en las actividades ilegales. El área analizada es una de las que cuenta con mayores proporciones de transbordo en el mundo, dada la importancia de su pesquería de atún. La realización de transbordo en alta mar dificulta la determinación del carácter legal o ilegal de las operaciones de pesca. De ahí que las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) vean obstaculizada su tarea de monitorear y gestionar la actividad pesquera en sus áreas de referencia. La estrategia de análisis de redes permite descubrir interferencias ilícitas en la cadena de suministro, por lo que puede complementar de forma efectiva los programas de inspección en el puerto.

Las aplicaciones del análisis de redes se han extendido ampliamente en la comprensión y la gobernanza de los recursos naturales en general y del medio marino en particular. Sin embargo, junto con el creciente número de innovaciones es necesario sistematizar las experiencias de intervención de redes acumuladas en los últimos años. En este tema de investigación se explora el uso del análisis de redes en estrategias participativas de gobernanza del medio marino; el análisis de redes de datos digitales para evaluar los servicios ecosistémicos marinos; y la aplicación de las redes en el diseño, implementación y evaluación de intervenciones. Con estas tres líneas de análisis se pretende contribuir a la sistematización de la práctica de las intervenciones de redes en el medio marino. En este tema de investigación se muestra cómo el análisis de redes se puede utilizar con fines preparatorios o como herramienta de intervención por sí misma. Por lo que se refiere al ámbito específico de la gobernanza de los recursos naturales, se ha utilizado preferentemente como herramienta de gestión participativa y cogestión. Probablemente veremos una diversificación de sus usos en el futuro inmediato.

Referencias

Alieva, D., Holgado, D., de Juan, S., Ruiz-Frau, A., Villasante, S. & Maya-Jariego, I. (2022). Assessing landscape features and ecosystem services of marine protected areas through photographs on social media: Comparison of two archipelagos in Spain. Environment, Development and Sustainability, 24, 9623–9641. 10.1007/s10668-021-01841-y

Bichler, G., Petrossian, G. A., Viramontes, K., & Marteache, N. (2024). Detecting Communities at High-Risk of IUU Fishing: Networks of Shadow Encounters in Area 81 of the Western Central Pacific. Frontiers in Marine Science, 11, 1355481. doi: 10.3389/fmars.2024.1355481

Bodin, Ö., & Crona, B. I. (2009). The role of social networks in natural resource governance: What relational patterns make a difference?. Global Environmental Change, 19(3), 366-374.

Fortnam, M. P. (2019). Forces opposing sustainability transformations: institutionalization of ecosystem-based approaches to fisheries management. Ecology and Society 24(4):33. https://doi.org/10.5751/ES-10996-240433

Isaac, M., Nyantakyi-Frimpong, H., Matouš, P., Dawoe, E., & Anglaaere, L. (2021). Farmer networks and agrobiodiversity interventions: the unintended outcomes of intended change. Ecology and Society, 26(4):12. https://doi.org/10.5751/ES-12734-260412

Maya-Jariego, I., Florido, D., Holgado, D., & Hernández, J. (2016). Network Analysis and Stakeholder Analysis in Mixed-Methods Research. In Leonard Jason and Dave Glenwick (Eds.). Handbook of Methodological Approaches to Community-Based Research: Qualitative, Quantitative, and Mixed Methods, 325-334. New York: Oxford University Press.

Niemiec, R., Jones, M. S., Lischka, S., & Champine, V. (2021). Efficacy‐based and normative interventions for facilitating the diffusion of conservation behavior through social networks. Conservation Biology, 35(4), 1073-1085.

Ruiz-Frau, A., Ospina-Alvarez, A., Villasante, S., Pita, P., Maya-Jariego, I., & de Juan, S. (2020). Using graph theory and social media data to assess cultural ecosystem services in coastal areas: Method development and application. Ecosystem Services, 45, 101176.

Salazar, J., Gómez, S., Vendrell, B., Pulgar, M., Viladrich, N., Ambroso, S., … & Gili, J. M. An Urgent Call for More Ambitious Ocean Literacy Strategies in Marine Protected Areas: a Collaboration Project with Small-scale Fishers as a Case Study. Frontiers in Marine Science, 11, 1320515.

Smythe, T. C., Thompson, R., & Garcia-Quijano, C. (2014). The inner workings of collaboration in marine ecosystem-based management: A social network analysis approach. Marine Policy, 50, 117-125.

Väisänen, T., Heikinheimo, V., Hiippala, T., & Toivonen, T. (2021). Exploring human–nature interactions in national parks with social media photographs and computer vision. Conservation Biology, 35(2), 424-436.

Valente, T. W. (2012). Network interventions. Science, 337(6090), 49-53.


Seminario ARS Sevilla 2024

Networks by Montillon (CC BY 2.0 DEED)

Networks and community interventions

10 de mayo de 2024. Sala Máster I, Facultad de Psicología.

El análisis de redes se usa en el estudio de la integración comunitaria, la implementación de programas y la monitorización de coaliciones comunitarias. En este seminario de investigación se presentan varias experiencias en las que se aplican técnicas de análisis de redes en iniciativas de investigación-acción y desarrollo comunitario.

Seminar on the use of networks in community intervention

10.00. Brian Christens, Vanderbilt University. A network approach to community coalitions.

10.30. Paulina Erices-Ocampos, University Colorado Denver. Health inequalities in the Latino, Vietnamese, and Native American communities in Denver.

11.00. Isidro Maya Jariego, Universidad de Sevilla. Types of network-based interventions: a conceptual clarification.

  • Descarga el programa de la sesión [PDF] [Web]

Créditos

  • Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: un enfoque basado en el análisis de las redes personales. Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021. Proyectos de I+D+I. Ministerio de Ciencia e Innovación. Investigador Principal: Isidro Maya Jariego. PID2021-126230OB-I00.
  • VII Plan de Investigación y Transferencia de la Universidad de Sevilla. Ayudas para Estancias de Investigadores de Otros Centros Nacionales y Extranjeros en Departamentos e Institutos de Investigación de la US, III.3A. Modalidad A. Anualidad 2024.

Organiza

Laboratorio de Redes Personales y Comunidades (HUM-059)

Proyecto PID2021-126230OB-I00 financiado por

 


La enseñanza de la psicología de la intervención comunitaria

Asignatura PISC – Grado en Psicología, Universidad de Sevilla

La psicología de la intervención social y comunitaria se centra en las estrategias de prevención de nivel poblacional. Su origen se asocia con la reforma de los sistemas públicos de salud mental. La formación en este área permite desarrollar competencias para ejercer como agente de cambio comunitario. Entre otros temas, se presta especial atención al impacto de los entornos comunitarios en el comportamiento individual, los múltiples niveles ecológicos de análisis y las estrategias participativas de desarrollo comunitario.

  • Descarga el programa de la asignatura [PISC]

Materiales complementarios

También puedes consultar recursos docentes de valor a continuación:

  • Competencias de los profesionales de la psicología en el ámbito de la intervención comunitaria, según el modelo Europsy [EUROPSY]
  • Guía del Máster en Psicología de la Intervención Social y Comunitaria [Máster]

La experiencia de ser parte de algo más grande que uno mismo

Gathering, by Ștefan Jurcă (CC BY 2.0 DEED)

Por qué nos reunimos, según Durkheim

Un trabajo reciente de Bernard Rimé y Darío Páez muestra que los planteamientos clásicos de Émile Durkheim sobre las bases psicosociales de la pertenencia colectiva han sido ampliamente confirmados con la investigación experimental reciente.

En Las formas elementales de la vida religiosa Durkheim señalaba que la realización de reuniones periódicas les permite a diferentes colectivos sociales revitalizar y fortalecer el sentido de pertenencia. La sincronización de acciones y emociones genera un clima de efervescencia que proporciona a los individuos el sentimiento de formar parte de un “nosotros” o incluso la sensación de disolverse en el colectivo.

Este proceso normalmente tiene lugar a través de cinco niveles sucesivos de intensidad creciente:

  1. Un estado mental común. La presencia en un mismo escenario y la interacción hace que los individuos se centren en temas comunes.
  2. Manifestaciones comportamentales homogéneas. La imitación de los comportamientos de los demás y en general la sincronización de conductas aumentan la confianza y los sentimientos de similitud y pertenencia.
  3. Conciencia de grupo. Los individuos empiezan a actuar de acuerdo con metas y normas comunes, difuminando las diferencias interindividuales.
  4. Transmisión emocional, y amplificación emocional recíproca. Las emociones se intensifican en un contexto colectivo, al verse reforzadas por los sentimientos de los demás.
  5. Un estado de alta intensidad denominado «efervescencia». La espiral de amplificación de emociones puede redundar en un estado de exaltación y en experiencias personales transformadoras.

La revisión de Rimé y Páez pone de manifiesto que la investigación experimental ha aportado un conjunto de evidencias que corroboran en gran medida la descripción original de Durkheim. En el ámbito de la psicología comunitaria, sería de interés explorar cómo la sincronía emocional percibida en reuniones, ceremonias y rituales contribuye al desarrollo del sentido psicológico de comunidad a largo plazo. Los cinco niveles antes descritos muestran también la interdependencia entre la experiencia subjetiva de pertenencia y la base comportamental en la que se asienta. Una razón más para poner la interacción social en el centro del estudio del sentido psicológico de comunidad.

En contrapartida, las evidencias disponibles cuestionan la asociación del nivel de efervescencia con los comportamientos violentos y desenfrenados que les atribuía Durkheim. No obstante, personalmente creo que sería de interés explorar la otra cara de la dilución del individuo en el colectivo. Tanto los efectos de amplificación emocional de las experiencias en grupo como la reducción de la diferenciación entre el yo y el otro proporcionarían una base interesante para comprender las dinámicas de exclusión social que en ocasiones tienen lugar en comunidades altamente cohesivas (hacia aquellos que no son miembros del colectivo). En determinadas circunstancias, la afirmación del propio grupo y la discriminación del exogrupo pueden ser las dos caras de la misma moneda. Pero esto es harina de otro costal.

Este comentario está basado en:

  • Rimé, B., & Páez, D. (2023). Why we gather: A new look, empirically documented, at Émile Durkheim’s theory of collective assemblies and collective effervescence. Perspectives on Psychological Science, 18(6), 1306-1330.

La transformación del espacio público

Alcalá de Guadaíra, 22 de febrero, 20.00 horas

***

El Foro Oromana ha programado una mesa redonda sobre las nuevas formas de participación y voluntariado. Tendrá lugar el próximo jueves 22 de febrero a las 20.00 en Alcalá de Guadaíra. A continuación se describe brevemente el contenido de la actividad.

La transformación del espacio público: nuevas formas de participación y voluntariado

En las últimas décadas se han transformado las formas de participación y voluntariado. Las organizaciones no gubernamentales han experimentado un proceso de profesionalización y han potenciado el componente de prestación de servicios. Las generaciones más jóvenes se vinculan con el mundo asociativo de una manera más puntual y con un nivel de compromiso menor. Al mismo tiempo, han aumentado las pautas de comportamiento individualista, orientadas a la satisfacción personal. En este contexto, las entidades sociales se enfrentan a grandes dificultades para implicar a los miembros de la comunidad de manera continuada. Generar un compromiso de largo plazo en afiliados, voluntarios y participantes se convierte en todo un reto para las organizaciones que promueven la participación. En la mesa redonda organizada por el Foro Oromana se discutirán cuáles son las estrategias que resultan efectivas en el fomento del voluntariado en la actualidad.

Participan:

  • Armando Rotea Molero, Presidente de la Plataforma Andaluza de Voluntariado.
  • Isidro Maya Jariego, Profesor Titular de Psicología Social de la Universidad de Sevilla.

Modera:

  • Antonio Sánchez, Presidente del Foro Oromana.

Cómo reportar datos de redes

Dots by Tuncay (CC BY 2.0 DEED)

18 recomendaciones para reportar datos de redes

El siguiente artículo recopila una serie de directrices básicas para informar sobre los datos de redes sociales en la investigación en salud:

  • Luke, D. A., Tsai, E., Carothers, B. J., Malone, S., Prusaczyk, B., Combs, T. B., … & Neal, Z. P. (2023). Introducing SoNHR–Reporting guidelines for social networks in health research. PLoS ONE, 18(12), e0285236. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0285236

Las recomendaciones fueron valoradas por un panel de expertos y hacen referencia al diseño, la medición, la recopilación de datos relacionales y el análisis de los resultados, entre otros aspectos. Las recomendaciones pueden servir para estandarizar el formato de publicación en las revistas, para guiar el proceso de revisión de iguales y para formar a los investigadores que se están introduciendo en el análisis de redes.

Hemos traducido la versión original inglesa, introduciendo sólo pequeñas adaptaciones para facilitar la comprensión en español. El artículo fue publicado con licencia Creative Commons 4.0 (CC BY 4.0 DEED) y se puede descargar de la web de la revista:

A continuación, presentamos el listado de 18 recomendaciones para reportar datos de redes:

Conceptualización

  • Describa claramente cómo y por qué las redes son relevantes para abordar las preguntas de investigación del estudio.
  • Haga evidente el valor del análisis de redes explicando qué tipo de información proporcionaría que no conseguiríamos con un enfoque más tradicional.

Operacionalización

  • Defina los nodos para dejar claro qué representan.
  • Defina los vínculos para que quede claro qué representa cada tipo de vínculo. Asegúrese de indicar si son dirigidos o no dirigidos, binarios o ponderados.
  • Defina los límites de la red para que quede claro quién está incluido y quién no.
  • Indique claramente el tipo básico de red que se está analizando (por ejemplo, si es una red completa, una red personal, o una red bimodal).

Recopilación y gestión de datos

  • Describa los procedimientos y herramientas de recopilación de los datos relacionales con suficiente detalle para respaldar su replicación (por ejemplo, las encuestas y el software utilizados). Cuando sea posible, proporcione acceso a todas las encuestas, instrumentos y herramientas utilizados.
  • Describa los datos de redes utilizados en el estudio (incluidas las fuentes de datos preexistentes) indicando cómo se almacenan y gestionan los datos, y si están disponibles públicamente y dónde.
  • Reflexione sobre los valores perdidos en las matrices de datos, examinando sus implicaciones e informando de cualquier alternativa utilizada en el manejo de los datos faltantes (por ejemplo, la justificación para requerir una o ambas respuestas cuando solo un miembro de una pareja informa una relación).
  • Informe de todas las transformaciones de datos: por ejemplo, la agregación de nodos de nivel individual en el nivel organizativo, la asignación de valor a los lazos que son informados de manera distinta por cada miembro de una pareja, etcétera.

Análisis y resultados

Descripción y visualización

  • Cuando informe de las estadísticas de la red sea claro sobre cuál es la unidad de análisis: el nodo, la díada, la subred, el conjunto de la red, etcétera.
  • Informe de las estadísticas de la red (por ejemplo, la centralidad, la centralización, la homofilia, etc.) haciendo referencia al significado de dicha característica en el contexto de estudio: por ejemplo, ¿qué significa que un nodo en particular tenga un alto grado de centralidad, que una red tenga alta centralización de intermediación, o que nodos con características similares se agrupen?
  • Las visualizaciones de redes deben ilustrar claramente los hallazgos del estudio, utilizando aquellas recomendaciones de diseño que mejor se adapten a las características de la red y los objetivos de la visualización: por ejemplo, usar el color o la forma del nodo para transmitir propiedades categóricas, usar el tamaño del nodo para transmitir propiedades cuantitativas, hacer un uso limitado de etiquetas y de la diversidad de formas en las redes grandes, y hacer un uso limitado de diferentes grosores de línea o colores en las redes pequeñas.

Modelado y simulación

  • Explique los fundamentos teóricos que impulsan el desarrollo y la evaluación del modelo o la simulación.
  • Si se utilizan simulaciones o modelos de redes estadísticas, especifique claramente los mecanismos y resultados del modelo (por ejemplo, la formación de vínculos). Cuando sea posible, proporcione el código de programación estadística utilizado en los análisis, para posibilitar su replicación.
  • Proporcione información sobre hasta qué punto se ajusta el modelo a los datos de redes observados, y analice cualquier implicación importante del ajuste del modelo.

Ética y Equidad

  • Exponga cómo se explicó y cómo se garantizó la confidencialidad a los participantes, incluidas las consideraciones sobre la posible identificación de individuos en las visualizaciones y los informes. Aclare cómo entendieron los participantes que se podía recopilar información sobre ellos incluso si decidían no participar, o bien que la no participación impedía que se recopilara información sobre ellos.
  • Reflexione explícitamente sobre cualquier sesgo potencial sobre las estructuras de la red (y de los resultados en general) que puedan tener sus raíces en los métodos de estudio de la red (por ejemplo, no capturar redes completas, la falta de participación organizacional o de grupos específicos, la sobrerrepresentación, etc.). Al hacerlo, piense en términos de equidad y justicia social, económica y sanitaria.

Fuente: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0285236.t004

Traducción: Isidro Maya Jariego


Introducción a los Modelos de Grafos Aleatorios Exponenciales

Network by Zoi Koraki CC BY-ND 2.0 DEED

El próximo 26 de enero se imparte una sesión de introducción a los modelos de grafos aleatorios exponenciales (ERGM) en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla. A continuación puedes consultar los contenidos del curso:

Modelos estadísticos P*

«Los modelos P* estrella, también conocidos como Modelos de Grafos Aleatorios Exponenciales (ERGM, por su sigla inglesa), son la última generación de modelos estadísticos aplicados al análisis de redes sociales. La primera versión, conocida como P1, fue propuesta por Leinhard & Holland (1981), se aplica a la formación endógena de un grafo, pero está limitada a tres configuraciones básicas, iniciativa (outdegree), popularidad (indegree) y reciprocidad. Los P* estrella captan los efectos de configuraciones que van más allá del nivel diádico, incorporando los efectos de configuraciones triádicas y supratriádicas. El taller propuesto tiene por objetivo iniciar a los participantes, de forma práctica, en la lógica, fundamentos y aplicación de estos modelos.»

Contenido

Parte I

  1. El paso del abordaje determinístico al abordaje probabilístico de un grafo.

1.1       La hipótesis 0 del mundo social

1.2       La hipótesis 1 del mundo social

1.3       Lo que entendemos por modelo estadístico

Ejercicio 1 – Simular grafos aleatorios

  1. Fundamentos probabilísticos de los modelos P*

2.1       Probabilidad independiente

2.2       Probabilidad dependiente

2.3       Isomorfismos diádicos, markovianos y circuitos sociales

Ejercicio 2 – Modelar un grafo diádico (preparación de la matriz y los datos)

Parte II

  1. Criterios de convergencia y significancia
  2. Extracción de una muestra por estimación MCMCML

Ejercicio 3 – Modelar un grafo markoviano o de proceso social

  1. Goodness of fit

Ejercicio 4 – Modelar un grafo de circuito social

Bibliografía

Holland, P. W., & Leinhardt, S. (1981). An exponential family of probability distributions for directed graphs. Journal of the American Statistical Association, 76(373), 33–50.

Lusher D. & Robins G. (Eds.) 2013. Exponential Random Graph Models for Social Networks: Theory, Methods and Applications (pp. 49–76). New York: Cambridge University Press.

Profesor

Silvio Salej Higgins es profesor de Sociología de la Universidade Federal de Minas Gerais y actualmente realiza una estancia en el Laboratorio de Redes Personales y Comunidades (HUM-059) de la Universidad de Sevilla. Es el investigador principal del Grupo de Investigación Interdisciplinario en Análisis de Redes Sociales (GIARS) y ha realizado estudios sobre capital social y políticas públicas. En algunas publicaciones recientes ha combinado el análisis de redes completas con datos de redes personales.

Silvio Salej Higgins, profesor de Universidade Federal de Minas Gerais. (c) Laboratorio de Redes Personales y Comunidades, Lince Photo Agency.


Convocatoria de contrato: técnico de investigación

Convocatoria 2024

Técnico de apoyo a la investigación en el estudio de los barrios de Sevilla

La Universidad de Sevilla ha publicado la convocatoria de contratos para la realización de actividades científico-técnicas con cargo a proyectos de investigación. En la convocatoria de enero se incluye un perfil de técnico de apoyo a la investigación en un proyecto del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades.

A continuación resumimos las características del contrato, las tareas a desarrollar y los requisitos de los solicitantes. El plazo de presentación de solicitudes se extiendes desde el 15 hasta el 26 de enero de 2024.

  • La convocatoria está disponible en la siguiente página: [US]
  • La relación de contratos convocados se descarga aquí: [PDF]
***

Referencia: INV-IND-01-2024-T-001.

Convocatoria: Convocatoria Indefinidos (IND) enero 2024.

Perfil solicitado: Técnico de Apoyo.

Proyecto: «MULTIPLES SENTIDOS DE COMUNIDAD EN BARRIOS COLINDANTES: UN ENFOQUE BASADO EN EL ANALISIS DE LAS REDES PERSONALES» (PID2021-126230OB-I00)

Líneas de investigación: «- Estudio de los barrios de Sevilla – Análisis de redes personales de los vecinos – Evaluación del sentido psicológico de comunidad».

Investigador responsable: Isidro Maya Jariego

Destino: Departamento de Psicología Social.

Categoría laboral: Titulado Superior.

Tareas a desarrollar

La investigación conlleva la realización de trabajo de campo intensivo (etnográfico, psicométrico y de encuestas), en el que participará la persona a contratar. Las tareas de investigación consisten en la recogida de datos, el contacto con potenciales encuestados, las visitas a los barrios, la transcripción de entrevistas, la preparación de las bases de datos y la realización de análisis exploratorios preliminares. El técnico de investigación tendrá un papel central en todas esas actividades, bajo la supervisión del investigador principal.

Por lo tanto, las tareas a desempeñar incluyen:

  • Realización de entrevistas en las zonas de Sevilla previstas en el proyecto.
  • Participación en actividades de difusión y devolución de resultados en las zonas de Sevilla previstas en el proyecto.
  • Generación de bases de datos en Excel, SPSS y Ucinet con la información recogida en las entrevistas.
  • Análisis estadístico y de redes de la información recogida.
  • Participación en foros y espacios de discusión de resultados en el marco del grupo de investigación.
  • Elaboración de informes de resultados.

Horario y retribuciones

La dedicación será de 25.0 horas semanales que se distribuirán conforme a la siguiente jornada laboral: de lunes a viernes de 9 a 14. Retribuciones. El sueldo bruto mensual que percibirá el contratado ascenderá a 1.290,30 euros. En dicha retribución se encuentra incluido el prorrateo o parte proporcional de las pagas extras y cuotas a la seguridad social.

Requisitos de los solicitantes

  • Titulación oficial requerida: Licenciado / Graduado o Máster en Psicología

Se valora positivamente disponer de formación y/o experiencia previa en:

  • Análisis de redes sociales y de redes personales.
  • Análisis estadístico avanzado.
  • Manejo de bases de datos en programas como SPSS, UCINET o Excel.
  • Experiencia en trabajo de campo (entrevistas, devolución de resultados, organización de talleres) en el marco de proyectos de investigación.

Referencia del proyecto

  • Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: Un enfoque basado en el análisis de las redes personales (ADJACENT). Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023. Proyectos de Generación de Conocimiento 2021 (PID2021-126230OB-I00). Investigador Principal: Isidro Maya Jariego.

Proyecto PID2021-126230OB-I00 financiado por