4744/0227 Convocatoria de beca: Grado en Psicología y/o Máster en Psicología
El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades «convoca a concurso de méritos dos becas, según lo establecido en la normativa de “Nombramiento de becarios con cargo a contratos, convenios y proyectos de I+D” de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el contrato de investigación titulado “Oficina técnica para la elaboración del I Plan Estratégico Integral de Voluntariado y Participación Ciudadana en Andalucía» (CP: 4744, CGT: 0227), del que Isidro Maya Jariego es profesor responsable y que se realiza en el Departamento de Psicología Social.
Descarga las condiciones de la beca y los requisitos de los solicitantes [pdf]
Neighbourhood by Karl-Sebastian Schulte (CC BY 2.0)
ADJACENT 2022-2024
El 7 de junio se celebra en la Facultad de Ciencias del Trabajo un seminario de investigación sobre las estrategias de reclutamiento y muestreo en las encuestas comunitarias. Por un lado, se presentan resultados provisionales de la investigación desarrollada en los barrios de Nervión, Ciudad Jardín, Los Pajaritos y Amate. Por otro lado, se discute el trabajo de campo en progreso en el Polígono Norte. El taller forma parte del “proyecto de generación de conocimiento” que está desarrollando el Laboratorio de Redes Personales y Comunidades: “Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: un enfoque basado en el análisis de las redes personales”.
Agenda
17.00. Carmen García Babío. Cómo mejorar la participación en las encuestas comunitarias.
Análisis comparativo del trabajo de campo en Nervión, Cerro-Amate y Polígono Norte.
Dificultades y estrategias de reclutamiento efectivas en las encuestas comunitarias en barrios.
18.00. Deniza Alieva, Daniel Holgado, Elena González, Isidro Maya Jariego, Fran Santolaya. Redes personales, estilos de apego, lugares de interacción y sentido psicológico de comunidad.
Estudio sistemático de las redes personales en contextos comunitarios.
Tipologías de redes personales.
Usos aplicados del análisis de redes.
19.00. Debate. Estrategias participativas en barrios urbanos.
Lugar: Seminario 2.9 de la Facultad de Ciencias del Trabajo, Edificio Aulario.
Horario: 17.00 a 20.00, 7 de junio de 2023.
Créditos
Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: un enfoque basado en el análisis de las redes personales. Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021. Proyectos de I+D+I. Ministerio de Ciencia e Innovación. Investigador Principal: Isidro Maya Jariego. PID2021-126230OB-I00.
“Vidas cruzadas: redes personales, escenarios de conducta y múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes”. Ayudas a Proyectos Precompetitivos (IV.4). VI Plan Propio de Investigación y Transferencia de la Universidad de Sevilla (2017-2020). Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Sevilla. Convocatoria de 2021. Investigador Principal: Isidro Maya Jariego.
Estrategias de clasificación de las redes personales
El 13 de octubre se celebra en la Facultad de Ciencias del Trabajo un seminario de investigación centrado en el análisis de la estructura de las redes personales. Se presentan estudios en marcha sobre la diversidad de redes personales entre estudiantes, cuidadores de pacientes crónicos y actores del conflicto armado colombiano.
Programa
12.00. Ailed Marenco Escuderos, Corporación Universitaria Reformada (Colombia). Tipología de redes personales en actores del conflicto armado colombiano.
12.20. Roser Fernández, Universidad de Cantabria. Impacto de la pandemia por Covid-19 en el cuidado y las redes de apoyo en cuidadores de personas con demencia.
12.40. Elena González Tinoco, Universidad de Sevilla. Un estudio exploratorio para clasificar las redes personales según su nivel de estructuración.
La asistencia es libre hasta completar aforo. Contacta con los organizadores si estás interesado/a en asistir.
Seminario de lanzamiento del proyecto “Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: un enfoque basado en el análisis de las redes personales”
Este taller de redes personales le da continuidad a la sesión de lanzamiento del “proyecto de generación de conocimiento” del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades, que tuvo lugar el pasado 22 de septiembre con el siguiente programa:
Isidro Maya Jariego. El estudio de las relaciones entre barrios: lugares, redes personales y sentido de pertenencia.
Elena González Tinoco. Trabajo de campo en la Ronda del Tamarguillo: muestreo y validez de las entrevistas en las encuestas de redes personales.
Fran Santolaya. Aproximación etnográfica al Polígono Norte.
Créditos
Múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes: un enfoque basado en el análisis de las redes personales. Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021. Proyectos de I+D+I. Ministerio de Ciencia e Innovación. Investigador Principal: Isidro Maya Jariego. PID2021-126230OB-I00.
“Vidas cruzadas: redes personales, escenarios de conducta y múltiples sentidos de comunidad en barrios colindantes”. Ayudas a Proyectos Precompetitivos (IV.4). VI Plan Propio de Investigación y Transferencia de la Universidad de Sevilla (2017-2020). Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Sevilla. Convocatoria de 2021. Investigador Principal: Isidro Maya Jariego.
Ayuda para estancias de investigación de la Universidad de Cantabria (Rosario Fernández Peña) y de la Universidad del Norte (Ailed Daniela Marenco Escuderos).
Sin embargo, al utilizar el SCI no siempre se han encontrado empíricamente estas cuatro dimensiones teóricas. Esto ha llevado a cuestionar la validez y la fiabilidad de dicho instrumento. En dicho contexto, se ha recurrido a diferentes versiones de la escala:
Una escala unidimensional de 12 ítems. Se ha comprobado, sobre todo en contextos residenciales, que el uso unidimensional del SCI suele funcionar mejor que la estructura de cuatro factores.
Una escala reducida de 10 ítems, con los 4 factores.
Una escala reducida de 10 ítems con 3 factores: conexión, vínculos sociales e importancia personal.
Un estudio reciente puso a prueba la estructura factorial de la escala con 6 modelos diferentes. El modelo unidimensional fue el que obtuvo mejores resultados. No obstante, en general se observaron limitaciones psicométricas en todas las versiones. De hecho, proponen la necesidad de diseñar herramientas alternativas de evaluación del sentido psicológico de comunidad.
Una alternativa de tres factores
Un instrumento que ha mostrado buenas propiedades psicométricas es la escala de 9 ítems desarrollada por Leonard Jason y colaboradores. Se trata de una escala que valora el sentido de pertenencia en 3 factores
Identidad e importancia de la comunidad para el individuo (Self).
Cope, M. R., Ward, C., Jackson, J. E., Muirbrook, K. A., & Andre, A. N. (2020). Taking another look at the sense of community index: six confirmatory factor analyses. Journal of Community Psychology, 48(5), 1410-1423.
Referencias
Jason, L. A., Stevens, E., & Ram, D. (2015). Development of a three‐factor psychological sense of community scale. Journal of Community Psychology, 43(8), 973-985.
Maya-Jariego, I., Letina, S., & Tinoco, E. G. (2020). Personal networks and psychological attributes: exploring individual differences in personality and sense of community and their relationship to the structure of personal networks. Network Science, 8(2), 168-188.
Existe una asociación negativa entre el rendimiento académico y la tasa de delincuencia en el entorno que rodea a la escuela
Más de la mitad de los niños han tenido algún tipo de experiencia con la violencia en el último año, con un riesgo más elevado en el caso de los jóvenes de la minoría negra en contextos urbanos. Dicha exposición al comportamiento violento en el contexto comunitario se relaciona con resultados negativos en la conducta, la salud mental y el rendimiento académico de niños y adolescentes. Esto ocurre tanto a través de una exposición directa a la violencia como de una experiencia indirecta, ya sea a través de familiares y amigos o por observación.
Sin embargo, la mayor parte de los estudios se basan en el autoinforme de los menores, por lo que resulta de interés contrastar dichas evidencias con registros objetivos. En un estudio realizado en Nueva Jersey se utilizaron datos policiales geolocalizados para evaluar el impacto comportamental de las experiencias violentas en el barrio. Esto permitió evaluar la influencia de la persistencia temporal y la proximidad física a incidentes concretos.
Los resultados mostraron que un mayor número de delitos en las cercanías de los colegios se asociaban significativamente con niveles más bajos de rendimiento académico entre los estudiantes. Estos resultados se mantuvieron incluso al controlar las diferencias de ingresos.
Registros objetivos y características del contexto comunitario
La experiencia directa o indirecta de violencia en el barrio se asocia con los problemas de salud mental, la depresión, y la radicalización, junto a otros problemas comportamentales. Las características del barrio influyen en la probabilidad del comportamiento agresivo. La mayoría de estos estudios previos:
Miden la exposición a la violencia como una característica individual.
Realizan una valoración genérica basada en la percepción del encuestado.
En la investigación que hemos resumido, (a) se utiliza un registro objetivo de incidentes violentos elaborado por la policía y (b) se valora la relación de eventos discretos con los resultados psicológicos y comportamentales. Además, se evalúa como una característica del contexto comunitario geolocalizado.
La evaluación objetiva permite analizar el efecto de la proximidad física y permite examinar procesos de nivel comunitario. Esto es importante, puesto que se ha comprobado, por ejemplo, que uno de los mejores predictores del estrés postraumático tras un tiroteo son la proximidad y el nivel de exposición a dicho evento. Además, puede servir de base para el diseño de intervenciones comunitarias o para modular las actuaciones policiales de carácter preventivo.
Para saber más
Artículo basado en:
Boxer, P., Drawve, G., & Caplan, J. M. (2020). Neighborhood violent crime and academic performance: a geospatial analysis. American Journal of Community Psychology, 65(3-4), 343-352.
Factores de riesgo y protección en los programas de prevención efectiva
El modelo de riesgo y protección proporciona un fundamento empírico para el diseño de intervenciones efectivas. Son factores de riesgo aquellos que aumentan la probabilidad de aparición de un problema, mientras que los factores protectores la reducen. En el diseño y la implementación de programas, los factores de riesgo sirven de criterio para seleccionar a la población diana, mientras que los factores de protección dotan de contenido psicosocial a las acciones preventivas.
Normalmente la investigación se centra en identificar los factores de riesgo y protección específicos para cada problema social. Sin embargo, algunos de los factores identificados pueden ser comunes a diferentes problemas sociales. Joseph A. Durlak revisó más de 1200 estudios para detectar los factores comunes en seis áreas de intervención diferentes: (a) problemas comportamentales, (b) problemas académicos, (c) maltrato infantil, (d) lesiones físicas, (e) uso de drogas, y (f) problemas de salud. A partir de dicho análisis elaboró una lista de factores de riesgo comunes, transversales a los diferentes problemas analizados:
Barrios empobrecidos.
Políticas sociales ineficaces.
Escuelas de baja calidad.
Modelos y presión social inadecuadas por parte de los iguales.
Bajo nivel socioeconómico familiar.
Problemas psicopatológicos de los padres.
Conflictos de pareja entre los padres.
Crianza punitiva.
Aparición temprana del problema.
Estrés.
Es frecuente que diferentes problemas sociales coincidan en un mismo segmento de población. Dicha comorbilidad se corresponde probablemente con la coincidencia en los factores de riesgo que hacen de antecedentes en cada caso. Además, se ha comprobado que la acumulación de riesgos tiene un efecto determinante en la aparición de problemas. La exposición a cuatro o más factores simultáneamente acrecienta de forma significativa la vulnerabilidad. Por otro lado, conviene destacar que los factores de riesgo se producen en múltiples niveles ecológicos: individual, familiar, comunitario y social.
Del análisis anterior se pueden extraer algunas conclusiones para la intervención:
Los programas que actúan en varios niveles ecológicos son más efectivos. Por ejemplo, una intervención que entrena en habilidades sociales a los adolescentes, que mejora los estilos de crianza de los padres y que promueve un clima social positivo en la escuela puede resultar especialmente funcional en la prevención del abuso de drogas.
La incidencia en algunos factores transversales tales como las condiciones de vida en el barrio o la distribución del ingreso pueden tener un valor preventivo generalizado, con una repercusión positiva en varios problemas sociales a la vez.
El análisis de Joseph A. Durlak también permitió identificar una serie de factores protectores comunes, que pueden utilizarse como guía para la intervención:
Normas sociales positivas.
Políticas sociales efectivas.
Escuelas de calidad.
Modelos positivos por parte de los iguales.
Relaciones positivas padres-hijos.
Habilidades sociales y personales.
Autoeficacia.
Apoyo social.
Tanto la preparación del contexto institucional y comunitario como las pautas de socialización familiar tienen un potencial preventivo importante. Los mecanismos de control social y las regulaciones legales reducen las probabilidades de comportamientos problemáticos. Por su parte, la crianza familiar repercute de forma decisiva en un periodo evolutivo crítico, cuya influencia se alarga a lo largo del ciclo vital.
El modelo de riesgo y protección se basa en la acumulación inductiva de evidencias empíricas. No obstante, el análisis transversal en función de diferentes problemas sociales, como muestra el trabajo pionero de Joseph A. Durlak, puede contribuir a la sistematización de dicho conocimiento, así como a una comprensión más abarcadora de las estrategias de prevención efectivas. También ofrece cierto potencial para la integración (o la coordinación) de los diferentes esfuerzos preventivos.
Referencia
Comentario basado en:
Durlak, J. A. (1998). Common risk and protective factors in successful prevention programs. American Journal of Orthopsychiatry, 68(4), 512-520. [PubMed]
A lo largo del curso 2019-2020 he ido anotando, después de cada clase teórica de la asignatura “Psicología de la Intervención Social y Comunitaria”, los mensajes principales que reciben los estudiantes. Al final de cada sesión planteábamos un mini-debate para intentar extraer las ideas más importantes. Este es el resultado:
Una de las primeras ideas que aprende un estudiante de psicología comunitaria es que “el contexto importa”. Los problemas sociales y psicológicos no se distribuyen al azar en la población sino que están directamente relacionados con los lugares de residencia, las condiciones de vida y la desigualdad de los ingresos económicos. En consecuencia, la perspectiva ecológica consiste en darle importancia a los contextos comunitarios, tanto en el análisis como en la intervención psicosocial. Esto se traduce en la práctica en la aplicación de estrategias de prevención, centradas en los factores sociales que causan los problemas psicológicos, promoviendo cambios en el contexto que tengan una duración a largo plazo.
Como consecuencia de lo anterior se produce un cambio en el rol de los profesionales de la psicología, que empiezan a prestar más atención a los factores sociales que influyen en el comportamiento individual e incorporan estrategias de intervención centradas en las familias y en la comunidad. Los profesionales de la psicología pueden concebirse como agentes de cambio comunitario. También se asume la necesidad de colaboración interdisciplinar en los contextos aplicados. Los antecedentes directos de este enfoque comunitario son las experiencias efectivas de prevención de nivel poblacional en el ámbito de la salud pública, el movimiento de desinstitucionalización psiquiátrica y reforma del sistema de salud mental, y los modelos de investigación-acción.
Los psicólogos comunitarios le prestan especial atención a los escenarios en los que tiene lugar la interacción social. Incluso pequeños elementos del entorno físico pueden tener un impacto significativo en el comportamiento. En determinados contextos se reproducen, de manera sistemática, patrones de relación predecibles y persistentes, con independencia de los individuos que participen en un momento determinado. Los entornos ambientales pueden evaluarse a través de la percepción del clima social, la identificación de escenarios de conducta y el análisis de redes sociales. Es decir, podemos recurrir respectivamente a la agregación de percepciones individuales, a la covariación del comportamiento con coordenadas espacio-temporales, y al estudio de la estructura de la interacción social.
Los barrios constituyen uno de los entornos más estudiados en la psicología comunitaria. Es un contexto en el que diferentes procesos de nivel meso-social inciden en el comportamiento individual. En primer lugar, los problemas sociales se concentran en los barrios más desfavorecidos, de forma que se puede observar una correlación entre la desventaja social y “el código postal”. En segundo lugar, el hacinamiento, la polución o el ruido, junto a otras condiciones físicas, pueden generar estrés entre la población residente. En tercer lugar, la prevalencia de la violencia y otros comportamientos disruptivos se traduce en la exposición continuada a normas sociales negativas, que pueden reforzarse a través de procesos de aprendizaje social. No obstante lo anterior, también es un contexto que dispone de activos comunitarios y recursos positivos, tales como la participación, el apoyo social, la organización comunitaria y el sentido de comunidad.
El sentido psicológico de comunidad es uno de los conceptos centrales de la disciplina, cuya preocupación surge en parte como reacción a los problemas de cohesión social derivados de la industrialización y la urbanización. Aunque se ha estudiado sobre todo la experiencia subjetiva de pertenencia a un colectivo, otros dos componentes fundamentales son la interdependencia y las redes de interacción. La conexión emocional compartida con individuos a los que no necesariamente conoces personalmente (pero a los que estás conectado a través de redes de relaciones indirectas) tiene efectos decisivos en los mecanismos de control social y en las normas sociales que inciden en el comportamiento individual. Por lo tanto, la realidad psicológica puede darse en un nivel meso-social. En este ámbito se ha comprobado que determinados lugares de los barrios, los líderes comunitarios y las asociaciones de base tienen un papel de mediación en el sentido de pertenencia. Las organizaciones comunitarias son “estructuras mediadoras”, en las que el nivel de participación resulta determinante.
La otra cara de la moneda es la diversidad humana, que está en tensión dialéctica con la cohesión comunitaria. Es recomendable examinar la diversidad en el contexto de las relaciones de poder y tomar en consideración que se trata de una dimensión que no solo afecta a las minorías. Los contextos comunitarios varían en el grado de heterogeneidad de los miembros que los componen, desde entornos rurales altamente cohesivos y homogéneos hasta espacios urbanos “súper-diversos”, en los que la diversidad es la norma. Esto nos lleva a diferenciar entre la “diversidad de contextos” y los “contextos de diversidad” y revela que la identidad depende del contexto de interacción. En el caso de las minorías se ha comprobado que el grupo social de pertenencia resulta relevante después de pasar por las primeras experiencias de discriminación. Pese a que en primera instancia los miembros de las minorías se identifican con la corriente social mayoritaria, con el tiempo desarrollan una identificación con el colectivo minoritario, lo cual funciona como un factor protector ante la discriminación. Por último, tanto el concepto de distancia cultural como el modelo de aculturación permiten examinar la cultura por comparación. Es decir, con un enfoque empírico y pragmático que evita una visión esencialista de la cultura.
La prevención es una estrategia de intervención comunitaria que resulta efectiva en el afrontamiento de problemas sociales. Normalmente consiste en poner en marcha acciones públicas, de nivel poblacional, que pretenden modificar aspectos comportamentales para evitar la aparición, el desarrollo o las consecuencias de un problema social. Basándose en evidencias epidemiológicas, los factores de riesgo se utilizan para definir la población objetivo y los factores protectores para fundamentar el contenido psicológico de los programas. Por lo general se traduce en una reorganización de los servicios existentes, promoviendo la incidencia en las condiciones de vida y los factores del contexto, para alcanzar a los colectivos en mayor riesgo. Los programas centrados en colectivos específicos son normalmente más eficientes que los programas de carácter universal. Los programas que se aplican durante la infancia pueden tener un impacto significativo a lo largo de la vida adulta.
Muchas de las iniciativas de acción comunitaria se canalizan a través del diseño, la implementación y la evaluación de programas. Para desarrollar intervenciones efectivas es recomendable seleccionar prácticas basadas en la evidencia y adaptarlas a cada contexto específico. Eso significa combinar los principios de efectividad y ajuste comunitario. La evaluación de programas sirve para identificar qué acciones resultan efectivas en la práctica. Sin embargo, cuando dichas acciones se implementan, los resultados dependen en parte de la dosis de la intervención, las capacidades organizativas y las competencias de los aplicadores de los programas. La participación comunitaria resulta clave en la preparación para el cambio.
Los mecanismos de control social informal están detrás de muchas de las estrategias de prevención y afrontamiento de problemas sociales en los barrios. La conectividad entre vecinos, las normas sociales y la presión de los iguales tienen un impacto significativo en el comportamiento individual. Esto se ha comprobado, por ejemplo, en el caso de la violencia, la delincuencia y el consumo abusivo de drogas.
De acuerdo con la teoría de la desorganización social, el control informal permite regular el comportamiento delictivo. Los vecinos pueden compartir información entre sí (a veces en la forma de “cotilleo”), reprobar en público el comportamiento desviado o incluso colaborar proactivamente en la vigilancia del barrio. Este tipo de acciones se ven facilitadas cuando existen relaciones habituales entre los vecinos y una expectativa compartida de ejercer el control social informal en caso de necesidad.
Un estudio en Australia puso de manifiesto que los lazos entre vecinos y la expectativa de control informal podrían relacionarse con una menor presencia de comportamientos delictivos, sin necesidad de que se traduzcan necesariamente en acciones de control social. Para ello se utilizaron datos de 1.310 encuestados, que informaron de 2.614 problemas relacionados con las drogas y la delincuencia en 148 barrios.
La novedad del estudio está en que no se encontraron evidencias de que la expectativa de ejercer control social informal se tradujera necesariamente en comportamientos efectivos de control social. Sin embargo, la existencia de lazos con los vecinos parece tener un valor preventivo. En los barrios con redes más densas se suele observar una menor prevalencia de comportamientos problemáticos. Además, las personas con un mayor número de contactos es más probable que actúen ante los problemas del barrio que los individuos menos conectados.
Se ha comprobado que en los barrios donde hay relaciones positivas entre los vecinos y niveles elevados de participación comunitaria suele haber una menor incidencia de los robos y otro tipo de delitos. Los lazos familiares están directamente vinculados con el proceso de socialización y contribuyen al control del comportamiento. Las relaciones instrumentales con vecinos contribuyen a resolver los problemas comunes que experimentan en el barrio. La relación con organizaciones comunitarias permite movilizar recursos y afrontar problemas específicos. Por su parte, la creencia compartida en la capacidad del barrio para afrontar los problemas de delincuencia puede funcionar incluso en barrios con poca conectividad entre vecinos. Pese a que en investigaciones anteriores la autoeficacia colectiva se relaciona de manera significativa con la incidencia de la violencia, tanto pública como intrafamiliar, en el estudio australiano no se encontró evidencia consistente de este último aspecto.
En definitiva, el estudio obtuvo los siguientes resultados:
Los residentes es más probable que participen en acciones de control social informal cuando viven en barrios con alta conectividad social y cuando personalmente tienen un mayor número de lazos.
Sin embargo, no se encontró una relación significativa entre la autoeficacia colectiva y la implicación individual en acciones de control informal.
De acuerdo con esta investigación, parece que el control social informal se basa en gran medida en la existencia de relaciones fuertes entre los vecinos, incluso cuando intervenir conlleva un riesgo personal. La percepción de que el barrio es capaz de afrontar los problemas parece tener menos peso que la densidad de las redes personales. El valor preventivo de las relaciones con vecinos también se ha demostrado en otros contextos, como en la reducción del trabajo infantil. Además, los lazos fuertes tienen un papel decisivo en los procesos de movilización social y participación comunitaria.
Este comentario está basado en:
Wickes, R., Hipp, J., Sargeant, E., & Mazerolle, L. (2017). Neighborhood social ties and shared expectations for informal social control: do they influence informal social control actions?. Journal of Quantitative Criminology, 33(1), 101-129.
Jane’s Walk organiza el próximo fin de semana sendos paseos por barrios de Sevilla, con el enfoque participativo habitual. Los vecinos se implican en narrar su propio entorno y el desarrollo de redes entre los participantes.
No pases de tu barrio
«No pases de tu barrio» es un paseo organizado por el Polígono San Pablo en el que participan algunas de las entidades con arraigo en esta zona: la Asociación Scout Inti-Raymi, la Asociación 15M, la Peña Flamenca o la Asociacion de Vecinos Raíces, entre otras. Los participantes realizarán un mapeo colectivo detectando necesidades y aspiraciones de los residentes en el barrio.
LiliWalk
«Liliwalk» consiste en un paseo familiar «en la búsqueda de los sonidos escondidos en el Casco Norte». En este caso, la actividad forma parte de Lilifest y explora una parte del casco histórico. Se trata de un paseo comunitario y familiar vinculado a la música.
También está previsto realizar pronto un paseo por los Tres Barrios y Amate.
Los paseos comunitarios Jane’s Walks son una invitación a «explorar la ciudad, conectar con vecinos y contar historias sobre tu comunidad». El 11 de mayo, un grupo de estudiantes de la Northeastern University (Boston, Estados Unidos) realizó una visita guiada a Rochelambert, experimentando con la confluencia de miradas del turista y el etnográfo. «Como en La tesis de Nancy, lo que para un turista es un problema de comunicación personal para un etnógrafo es una ‘lección aprendida'».
Un barrio habitable con estabilidad residencial
La primera parada fue en la Inmobiliaria Gallo, donde José contó la historia y la evolución urbana de la zona. Rochelambert se construyó en los años 1970 en una zona de campo. La constructora Urbis desarrolló una promoción de viviendas sociales. «Fue una de las primeras zonas de Sevilla en la que se empezó a construir una ciudad diferente, con calles anchas, zonas peatonales, aparcamientos, bloques armoniosos… Hasta entonces teníamos la herencia de la ciudad feudal, con calles estrechas y una normativa antigua sobre la construcción de viviendas». Rochelambert ocupa 180.000 metros cuadrados, con unas 4.000 viviendas, en su mayoría para familias, con 3 o 4 dormitorios.
El barrio tiene bastante estabilidad. Una gran parte de los primeros ocupantes siguen residiendo en la zona, después de 30 o 40 años, e incluso «vuelven a Rochelambert los nacidos aquí, después de haber vivido fuera por un tiempo». En sus inicios hubo movimientos asociativos y vecinales bastante activos, «tanto de grupos cristianos como de vecinos que se organizaron en contra de un pararrayos radioactivo». El barrio tiene buenas insfraestructuras y las paradas del Metro «nos han puesto en el centro de la ciudad».
Participación, relaciones personales y capacidad de resistencia
Pese a que en algún momento se ha transmitido una imagen distorsionada de Rochelambert, los vecinos son conscientes de las fortalezas del barrio y de su capacidad de resistencia. En la Asociación de Vecinos Al-Quivir mostraron fotografías de las actividades culturales, los jardines comunitarios y las acciones de mejora del barrio que se han llevado a cabo en los últimos años. Loli Morales, presidenta de la asociación, indicó que «el barrio ha ido envejeciendo y se hace necesario ir renovando las infraestructuras. Los vecinos siempre están pendientes de reivindicar reparaciones y están atentos a que se cuide el entorno». Por su parte, el grupo parroquial Paz y Misericordia presentó la actividad de recogida de alimentos con la colaboración de comerciantes y vecinos, y comentó la importancia simbólica de la hermandad para los residentes en el barrio. También se visitaron algunos de los puntos de encuentro del barrio, una función que cumplen las zonas peatonales, el mercado o los parques infantiles.
José Antonio contó la experiencia de un movimiento vecinal que se opuso a la construcción de un parking subterráneo y consiguió parar la iniciativa: «aquí tenemos 300 aparcamientos en superficie y los vecinos no veían la necesidad de construir un parking. El ayuntamiento y una promotora decidieron construir un aparcamiento subterráneo, junto con un edificio, sin consultar a los vecinos. Nosotros no vimos la necesidad, porque al final nos supondría pagar por una plaza de parking en un sitio en el que ya teníamos aparcamiento. Así que nos organizamos. Con la participación de los presidentes de comunidad en cada bloque nos coordinamos; cada vecino empezó a pagar un euro al mes para los gastos de carteles, desplazamiento y abogados; como pensábamos que las gruas vendrían de madrugada, hacíamos patrullas durante la noche… La prensa se hizo eco y tuvimos claro que esta batalla iba a ser ganada, que las cosas no se imponen… Creo que en eso fue importante contar en el barrio con gente que había vivido la transición de la dictadura a la democracia y sabía de la importancia de la participación política. La lucha duró cinco meses, y al final conseguimos parar el parking. Desde entonces mantenemos la amistad, porque aquello nos unió mucho».
Políticas públicas y desarrollo comunitario
El recorrido terminó en el Centro de Salud Amate. En el caso de Rochelambert se constata la importancia de la participación comunitaria de una parte de los vecinos desde los orígenes del barrio, la existencia de zonas comunes y un fuerte sentido de comunidad. También se hizo referencia a las políticas públicas de salud y bienestar, o los desarrollos recientes del carril bici y el Metro. Finalmente, las participantes -estudiantes norteamericanas- compartieron sus impresiones sobre el paseo comunitario en Rochelambert:
«Me ha gustado ver que los vecinos están orgullosos de su comunidad, de su barrio, y que los que participan en la asociación de vecinos están felices de participar».
«Hemos andado relativamente poco, pero todos los servicios estaban aquí: los colegios, los centros de salud, la asociación de vecinos. Eso es impensable en muchas ciudades de Estados Unidos. En la organización urbana es importante que los servicios estén distribuidos en las comunidades, descentralizados».
«A mi me ha interesado comprobar que igual en España, que en China o en Francia, la gente se organiza cuando tiene un problema o simplemente para cubrir sus necesidades».
«Los más jóvenes se van, pero luego vuelven, porque están conectados con el barrio. Las generaciones de los más mayores tienen unos valores de implicación cívica y un sentido de comunidad que sigue trayendo a los jóvenes de vuelta».
«Yo me he quedado con la importancia de los espacios comunes como valor».
«Es interesante que diferentes organizaciones, como la iglesia y las asociaciones, colaboran y hacen cosas juntos».
«En un barrio hay muchas perspectivas, cada uno ve las cosas desde su experiencia personal, pero finalmente todos pueden contribuir a conseguir las metas aportando su bagaje».
«Un barrio no viene dictado por el beneficio económico y eso es algo que tienen que saber las empresas inmobiliarias y los planificadores urbanos».
«En la asociación dijeron que no tienen afiliación política y eso me llamó la atención, porque en Estados Unidos es común encontrar una declaración partidista por parte de las entidades vecinales».
«Mi impresión es que en este barrio se respira vida comunitaria, que hay reacción de algunos grupos de ciudadanos cuando les quieren imponer un parking o una visión distorsionada del barrio, y que tienen bastante presencia las tradiciones y los valores católicos».
«Sí, es curioso que cuando en el resto del mundo estamos pensando en más coches y en miles de kilómetros de carreteras, hay gente que lo que quiere es mantener sus valores y su cultura».
«Creo que hay un sentido de familia, de unidad, una mentalidad en la que es importante proteger tu propio espacio, respetarlo, y conservar el entorno en el que vives«.
«Me han inspirado las fotos de la asociación sobre las reformas en el barrio, porque muestran que se pueden hacer cosas, que se puede ser productivo, que es posible cuando te unes con otros y trabajas por metas comunes».
«Cuando piensas en una ciudad, al final lo que importan son las necesidades de la gente«.
«En la asociación hemos visto varias mujeres, porque las mujeres son constructuras de comunidad«.