Archivo de la categoría: Participación comunitaria

Análisis de redes en la gobernanza del agua

La planète bleue dans le rouge, by Tableaux imaginaires (CC BY-ND 2.0 DEED)

El concepto de participación se utiliza ampliamente en la literatura sobre la gobernanza de los recursos naturales. Sin embargo, tal y como exponemos en un reciente comentario en Humanities and Social Sciences Communications:

  1. La participación tiene diferentes significados.
  2. La participación no siempre garantiza los resultados esperados.
  3. Esto hace necesario atender a las condiciones en las que se produce la participación efectiva.

Estas ideas se desarrollan en:

  • Maya-Jariego, I. (2024). Using stakeholder network analysis to enhance the impact of participation in water governance. Humanities and Social Sciences Communications, 11, 460. https://doi.org/10.1057/s41599-024-02958-x

A continuación, se puede consultar una versión en español, previa a la publicación definitiva.

De qué hablamos cuando hablamos de participación en la gobernanza del agua

La participación ciudadana en la gobernanza del agua puede mejorar la pertinencia, la implementación y la efectividad de las políticas públicas. Sin embargo, la participación se puede expresar en una gran diversidad de formas, en un gradiente que va desde la mera consulta pública a la gobernanza compartida de los recursos naturales. La obtención de resultados positivos depende en última instancia de las condiciones en las que se produce la participación, con factores clave tales como el liderazgo, el grado de confianza entre las partes interesadas o la interacción de los poderes públicos con la ciudadanía. El análisis de redes sociales se ha utilizado para operacionalizar los procesos de participación, contribuyendo a la identificación de líderes, la integración intersectorial, la planificación estratégica y la resolución de conflictos. En este comentario analizamos el potencial y las limitaciones de la participación en la gobernanza del agua y lo ilustramos con el caso del acuífero de la Campina de Faro, en el sur de Portugal. Proponemos que el análisis de las redes de partes interesadas resulta especialmente útil para favorecer la descentralización en la toma de decisiones y la gestión consensuada de los recursos hídricos.

Palabras clave: Participación – Gobernanza – Redes – Agua.

La participación se ha convertido en un principio básico en las políticas públicas de gestión y gobernanza del agua. La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea promueve que los estados miembros desarrollen planes de gestión de las cuencas fluviales, a través de procesos participativos que informen, consulten e involucren activamente a todas las partes interesadas (Demetropoulou et al., 2010; Jager et al., 2016). Del mismo modo, las estrategias de «gestión integrada de los recursos hídricos urbanos» pretenden implicar a los ciudadanos en la prestación de servicios y la toma de decisiones en las ciudades, abarcando todo el ciclo del agua (Mukhtarov, Dieperink & Driessen, 2018). En las políticas de cooperación al desarrollo también se asume que la implicación de las comunidades locales podría contribuir a un acceso al agua potable sostenible y equitativo (Jones, 2011). En todos los casos se parte del supuesto de que la participación contribuye a una gestión más efectiva de los recursos naturales.

Sin embargo, el principio de participación tiene en la práctica significados muy diversos. En el ámbito de la cooperación internacional, se asocia inicialmente a la idea de que la dotación de infraestructuras (del agua) no es suficiente para contribuir al desarrollo local, sino que es necesario al mismo tiempo prestar atención a las formas de organización y el proceso de toma de decisiones (Tropp, 2007). Así, hablar de gobernanza implica pasar de un foco casi exclusivo en las infraestructuras a la consideración de factores sociales. No obstante, esto abre el abanico a una gran variedad de formas potenciales de implicación ciudadana, en un gradiente que abarca desde informar o consultar a los representantes de la comunidad local, hasta la deliberación conjunta en foros públicos o las modalidades más exigentes de cogobierno, entre otras (Margerum, 2008; Mukhtarov et al., 2018). Cabe esperar que cada forma de participación tenga sus propias dinámicas y genere resultados diferentes.

Una distinción clave consiste en diferenciar entre la participación formal impulsada por el gobierno y la participación que emerge, de abajo arriba, en contextos comunitarios (Van Buuren, Van Meerkerk & Tortajada, 2019). Por un lado, la administración pública recurre con frecuencia a la implicación de la sociedad civil para mejorar la aceptación de las políticas y para prevenir el conflicto entre las diferentes partes interesadas (Newig & Fritsch, 2009). Los consejos participativos de las cuencas hidrográficas son un claro ejemplo de este tipo de iniciativas, en los que normalmente se invita a una multiplicidad de actores para que colaboren en la toma de decisiones y en la distribución de recursos de agua escasos (Mancilla-García & Bodin, 2019). Por otro lado, hay ocasiones en las que los espacios de participación son el resultado de la autoorganización de la comunidad, ya sea como reacción a las iniciativas del gobierno o para responder a las necesidades locales (Romano, 2019). Un caso paradigmático son las asociaciones de usuarios de agua, que normalmente recurren a la autorregulación, entendida como «la gestión colectiva descentralizada de los recursos hídricos subterráneos» (Steenbergen & Shah, 2003, p. 242). Como vemos, existe una tipología amplia y diversa de arreglos institucionales con los que canalizar la participación.

Asimismo, asumir un enfoque participativo no implica necesariamente la obtención de los resultados pretendidos. Se trata de un proceso político, que depende en última instancia de la capacidad de influencia o de la formación de alianzas. Aun cuando la composición de los foros públicos se diseñe de manera inclusiva, los actores no siempre tienen el conocimiento técnico que les permite participar de manera efectiva (Mancilla-García & Bodin, 2019). La gestión del agua suele conllevar el dominio de cuestiones complejas que desequilibran la capacidad de influencia de los diferentes miembros de los comités de toma de decisiones. Otras veces es la propia estructura centralizada del estado la que se convierte en un impedimento para que un nivel adecuado de implicación de la comunidad acabe resultando efectivo (Demetropoulou et al., 2010). Por consiguiente, no siempre que la participación se considera necesaria, es suficiente para desencadenar los cambios deseados[1].

Esto hace necesario atender a las condiciones en las que se produce la participación. A ese respecto, se han señalado tres tipos de factores que tener en cuenta, que se refieren respectivamente a (1) las capacidades de los actores participantes, (2) la interacción de los poderes públicos con los participantes, y (3) la capacidad de adaptación de las instituciones públicas a las iniciativas comunitarias y, en general, a los procesos participativos (Van Buuren, Van Meerker & Tortajada, 2019). Esto significa que la obtención de resultados positivos puede depender, entre otros ingredientes, del liderazgo, el capital social interno de las organizaciones participantes, la transparencia, la capacidad de diálogo o el grado de confianza entre las partes interesadas. La participación efectiva se asienta en la motivación y las competencias de los participantes, desplegadas de un modo persistente en un contexto organizativo (con frecuencia asociaciones e iniciativas de base comunitaria) que permite el desarrollo de relaciones personales fuertes (Maya-Jariego, Holgado & Santolaya, 2023). Cada proceso participativo tiene una historia singular. Cuando se trata de la gobernanza efectiva del agua, esto nos lleva necesariamente a complementar las referencias genéricas a la participación con la operacionalización y la trazabilidad de las condiciones en que ésta se produce.

Redes de gobernanza del agua

El análisis de redes sociales es una de las aproximaciones empíricas que se ha utilizado para “traducir” el principio de participación de modo operativo. El uso más habitual ha consistido en describir los patrones de colaboración entre un conjunto de actores relevantes en la gobernanza del agua. Trazar las redes interorganizacionales de colaboración sirve para identificar a los actores con mayor centralidad, describir las relaciones entre los subgrupos existentes y evaluar el grado de integración transversal entre los diferentes sectores de la administración pública. En la Tabla 1 hemos resumido algunas de las aplicaciones más productivas del análisis de redes en la gobernanza participativa del agua. Las repasamos a continuación.

El énfasis en las propiedades estructurales de un sistema social resulta especialmente apropiado cuando pretendemos describir arreglos de gobernanza en los que están implicados multitud de actores. La gobernanza participativa puede formularse como una red de colaboración entre las agencias gubernamentales, los grupos ecologistas, las asociaciones de usuarios del agua y las organizaciones no gubernamentales, entre otros actores comunitarios relevantes. Las organizaciones son nodos que pueden estar conectados por relaciones de información, intercambio de recursos o proyectos compartidos. Esta forma de reducir la colaboración entre partes interesadas permite examinar el papel de actores individuales y, al mismo tiempo, representa el desempeño del sector del agua en su conjunto.

Los indicadores de centralidad individuales revelan indirectamente la distribución del poder en la gobernanza del agua. Es frecuente encontrar el papel dominante de los organismos gubernamentales, de modo que la mayor parte del poder recae en el sector público (Fliervoet, Geerling, Mostert & Smits, 2016; Kharanagh, Banihabib & Javadi, 2020). Se trata de estructuras jerárquicas donde el control de la toma de decisiones se concentra preferentemente en las unidades de la administración (Nabiafjadi, Sharifzadeh & Ahmadvand, 2021). Como contrapartida, hay otros actores, como las organizaciones agrarias, que a veces tienen un papel marginal pese a la demanda de agua que normalmente suponen (Gatt, 2016). Algo parecido ocurre con las áreas rurales remotas, que suelen estar desconectadas de los ámbitos institucionales donde se toman decisiones (Delgado et al., 2021). Aunque muchos usuarios del análisis de redes recurren a esta herramienta para justificar o inducir patrones de gobernanza colaborativa, con frecuencia los resultados que obtienen les enfrentan paradójicamente con los límites de los procesos de participación reales[2].

Por su parte, si nos centramos en las propiedades estructurales en su conjunto obtenemos una representación comprehensiva de cómo se articulan las relaciones entre las diferentes partes interesadas. La visión sistémica que proporciona el análisis de redes, lo convierte en una herramienta útil en la integración de diferentes agencias gubernamentales. Por ejemplo, se puede utilizar para coordinar (tanto vertical como horizontalmente) a los organismos encargados de la gestión del agua, la energía y los alimentos (Kurian, Portney, Rappold, Hannibal & Gebrechorkos, 2018). También permite conectar las organizaciones que participan en la gobernanza de ríos, lagos y acuíferos con aquellas que se centran en la humedad del suelo utilizada por las plantas[3] (Stein, Ernstson & Barron, 2011); o bien aquellas entidades que se coordinan en la protección contra inundaciones con las que se centran en la gestión de recursos naturales (Fliervoet et al., 2016).

En este ámbito se suelen identificar individuos u organizaciones que ejercen de intermediarios y conectan áreas diferenciadas de la red, facilitando la coordinación entre actores. Los intermediarios condicionan el flujo de información y recursos, facilitando el desarrollo de interacciones y contribuyendo a la construcción de capital social y confianza en el sistema social de referencia (Maya-Jariego & Holgado, 2021). En la gestión conjunta de los lagos, se ha observado que los intermediarios conectan a la administración con actores no gubernamentales y a veces se vinculan también con fuentes externas de información (Lakshmisha & Thiel, 2022). En cuencas hidrográficas sometidas a una fuerte erosión del suelo, los intermediarios conectan a las entidades locales con otras de nivel nacional, generando credibilidad y confianza tanto entre los agricultores como en los productores de energía hidroeléctrica (Vignola, McDaniels & Scholz, 2013). En contextos rurales se ha comprobado que las asociaciones de usuarios de agua agrupan actores que a veces se encuentran al margen de los foros institucionalizados y que estarían desconectados si no fuera por el papel clave de los líderes del poblado (Stein et al., 2011). En todos estos casos el papel de los intermediarios es fundamental para facilitar el entendimiento y la coordinación entre grupos heterogéneos de actores (Horning, Bauer & Cohen, 2016).

Otras aplicaciones consisten en integrar el análisis de redes en procesos de investigación-acción o de planificación estratégica. Para ello se puede combinar con metodologías cualitativas que facilitan la generación de una visión compartida entre los participantes (Ahmadi, Kerachian, Rahimi & Skardi, 2019). La representación de las relaciones permite visibilizar todos los actores que son relevantes en un área determinada (Jatel, 2013; Maya-Jariego, 2016; Ogada, Krhoda, Van Der Veen, Marani & van Oel, 2017) y monitorizar la transformación institucional hacia modelos de gobernanza adaptativa del agua (Chaffin, Garmestani, Gosnell & Craig, 2016). La evaluación de las relaciones de poder entre las partes interesadas también puede servir de apoyo para llevar a cabo negociaciones y procesos de resolución de conflictos (Reyhani & Grundmann, 2021), incluso en circunstancias de alta polarización (Rojas, Bennison, Gálvez, Claro & Castelblanco, 2020).

 

Tabla 1. Usos del análisis de redes en la gobernanza participativa del agua.

Uso Descripción Procesos de participación
·        Describir patrones de colaboración La gobernanza participativa se representa como una estructura social de interacción entre las múltiples partes interesadas. La comprensión del sistema depende de la relación elegida, que puede referirse al mero intercambio de información o a la toma de decisiones compartida.
·        Identificar líderes y actores centrales Permite examinar la distribución del poder entre los diferentes actores implicados. Esta información puede ser útil para regular la representatividad y el equilibrio de poder en la toma de decisiones.
·        Evaluar la integración intra e intersectorial

 

Consiste en examinar la articulación entre los diferentes subgrupos que componen la red, a veces a través de la identificación de intermediarios. La coordinación entre grupos de actores diversos permite la gestión integral del socio-ecosistema.
·        Contribuir a la planificación estratégica La identificación de los actores clave y sus relaciones genera una visión compartida y se puede utilizar para suscitar la acción colectiva. En este caso el análisis de redes es un catalizador de la implicación de los actores y de la formación de relaciones.
·        Facilitar la resolución de conflictos El diagnóstico de las dinámicas de poder facilita la realización de negociaciones. El mapa de relaciones proporciona una representación comprehensiva de los grupos de actores y sus relaciones entre sí, lo cual permite guiar el proceso de negociación.

 

Por consiguiente, el análisis de redes proporciona una visión estructural sobre los patrones de gobernanza, permite describir la distribución del poder y sirve para evaluar cómo se integran la heterogeneidad de actores en la gestión del socio-ecosistema. En el siguiente apartado ilustramos con un caso del Algarve, en el sur de Portugal, cómo la interacción con los servicios ecosistémicos les da forma a las relaciones de conflicto y cooperación de las partes interesadas que comparten un mismo territorio. En este caso una estrategia de gobernanza pertinente y efectiva requeriría promover el consenso en un contexto de relaciones intergrupales potencialmente conflictivas.

Partes interesadas e intermediarios en la Campina de Faro (sur de Portugal)

El acuífero Campina de Faro es una formación hidrogeológica que ocupa una superficie de 86,4 km² en el Algarve, al sur de Portugal. Está compuesto por dos subsistemas diferenciados (uno de carácter superficial y otro, un depósito inferior), que desaguan directamente en el Atlántico. Abarca los condados de Faro, Loulé y Olhão. La zona cuenta con áreas protegidas de alto valor ecológico que forman parte del Parque Natural de la Ría Formosa. El acuífero está sometido a una fuerte presión por la extracción intensiva de agua, especialmente para usos agrícolas y ganaderos. En algunas zonas se ha detectado una alta concentración de nitratos, posiblemente asociada con el uso de fertilizantes (Costa et al., 2015). Además, a través del intercambio de fluidos, la contaminación se transfiere directamente entre los acuíferos superficial y profundo (Almeida & Silva, 1987; Stigter, Ribeiro & Dill, 2006).

El desarrollo turístico costero también se ha visto reflejado en un aumento del consumo de agua. Así, en zonas como Vale de Lobo ha desembocado en situaciones de sobreexplotación, con una sensible reducción de los niveles hídricos (Almeida, Mendonça, Jesus & Gomes, 2000). Una de las actividades que ha tenido más impacto en este sentido es el turismo de golf (Videira et al., 2006). Consecuentemente, se producen episodios de intrusión de agua marina con la consiguiente contaminación salina (Da Silva, Bocanegra, Custodio, Manzano & Montenegro, 2010; Stigter et al., 2009). Una de las estrategias para afrontar la situación ha consistido en la implementación de sistemas de recarga de acuíferos (San-Sebastián-Sauto, Fernández-Escalante, Calero-Gil, Carvalho & Rodríguez-Escales, 2018) o en la desalinización (Serra, do Rosário Cameira, Cordovil & Hutchings, 2021).

Los usos turísticos y agrícolas de la zona tienen un tipo de impacto equivalente sobre los acuíferos. Aunque las consecuencias puedan variar en intensidad, en ambos casos ejercen una presión relacionada con el consumo intensivo de agua y tienen efectos de contaminación potenciales. En la agricultura se utilizan nitratos como fertilizantes que pueden afectar a la calidad del agua, mientras que el consumo excesivo asociado al turismo puede reducir los niveles hídricos y aumentar la salinidad a través de la intrusión de agua marina. Por otro lado, el turismo y la agricultura conforman sectores económicos que tienden a reforzarse mutuamente en el ámbito local.

Sin embargo, los usos turísticos y agrícolas varían en la relación que mantienen con las acciones de protección ambiental y, en general, con las iniciativas de sostenibilidad. Los agricultores han mantenido tradicionalmente una relación conflictiva con el movimiento ecologista, mientras que los atractivos ambientales se han utilizado en ocasiones como un factor de desarrollo turístico. Esto ha hecho del turismo un elemento central, con capacidad para articular el desarrollo económico local.

En la Campiña de Faro confluyen fuertes presiones agrícolas y turísticas sobre los acuíferos. Entre los actores más relevantes destacan los organismos de la administración pública, tanto a nivel regional como nacional, encargados de garantizar el suministro de agua para consumo humano y el tratamiento de las aguas residuales, a la vez que regulan y supervisan al resto de partes interesadas en el sector[4]. Por su parte, la sociedad civil se organiza en torno a una plataforma ciudadana con representantes de una serie de entidades sociales defensoras del patrimonio cultural y natural del Algarve[5]. Las iniciativas de protección ambiental y fomento de la sostenibilidad tienen una relación desigual con el sector agrícola y con el sector turístico: el primero es el mayor consumidor de la red de agua y de los acuíferos, mientras que el segundo es un eje decisivo en el desarrollo local. De acuerdo con ello, en la Figura 1 presentamos el potencial de intermediación del sector turístico local.

El plan hidrológico de la cuenca señala que en la zona oriental la calidad de las aguas subterráneas es de mala calidad, por los nitratos procedentes de la agricultura. En la zona occidental se sufre, en cambio, un problema de cantidad de agua, especialmente por el consumo asociado a la presión turística. Los episodios de sequía han contribuido a que tanto el sector agrícola como el sector turístico perciban la necesidad de actuar con urgencia. A ello se une el aumento de los costes de extracción del agua, que hace que la población en general esté más concienciada de la necesidad de sacar el máximo aprovechamiento al agua disponible.

En este contexto, uno de los retos principales consiste en generar soluciones que integren las aportaciones de usuarios con intereses diversos, al mismo tiempo que se tiene en cuenta la investigación hidrogeológica reciente[6]. Esto conlleva también en parte una transformación de las prácticas de la administración pública, que tradicionalmente ha realizado una gestión basada en la construcción de infraestructuras.

Como también se ha observado en otros contextos geográficos, en este caso la toma de decisiones está altamente centralizada en la administración pública. En parte como reacción a ese escenario, la sociedad civil se organiza en redes de defensa del patrimonio medioambiental. Sin embargo, hay otros actores que son usuarios directos de la cuenca hidrográfica para usos agrícolas y turísticos. El examen sistemático de las redes de actores en este caso podría servir tanto para facilitar la descentralización en la toma de decisiones como para facilitar una gestión consensuada de los recursos hídricos.

Figura 1. Los productos agrícolas son un atractivo turístico, por lo que existe una sinergia natural entre la afluencia de turistas y el sector primario. Las organizaciones de protección ambiental consideran que las explotaciones agrícolas son las principales consumidoras de agua de los acuíferos y una de las principales amenazas a la sostenibilidad de la región. La relación es más ambivalente con el sector turístico. Pese a que los actores turísticos aumentan la presión poblacional sobre el consumo de agua, también contribuyen a preservar el patrimonio ambiental y cultural de la región. Esto hace del turismo un eje con mayor potencial de intermediación entre las diferentes partes interesadas.

Conclusión

La participación ciudadana en la gobernanza del agua se expresa en diferentes modalidades e intensidades. El mismo término de “participación” se utiliza cuando se proporciona información a la ciudadanía, cuando determinadas propuestas de la administración se someten a consulta pública, cuando se crean comités con una representación de los diferentes actores implicados, cuando se desarrollan modelos de cogestión entre el gobierno y la sociedad civil, o cuando se transforma la estructura de la toma de decisiones para dotar de mayor poder a los grupos marginados (O’Faircheallaigh, 2010). Cada modalidad (o grado) de participación puede ser más o menos pertinente dependiendo del problema que se quiere afrontar. En cualquier caso, conviene especificar a qué nos referimos cuando hablamos de participación. En la práctica, sondear la opinión de la población, promover una representación heterogénea en los foros de toma de decisiones o dotar de mayor poder a determinados colectivos supone poner en marcha procesos políticos claramente diferenciados.

Ser explícito y específico en el uso del concepto tiene al menos dos implicaciones: No solo pone en duda el supuesto de que “mientras más participación mejor”, sino que nos empuja incluso a cuestionarnos que la participación sea siempre por defecto la mejor opción. Un estudio con una amplia cobertura internacional encontró que la participación en el intercambio de agua, ya fuese como donantes o como receptores, se asociaba con una mayor probabilidad de percibir malestar y conflicto (Wutich et al., 2022). Aunque gran parte de la investigación académica se ha centrado en los procesos de colaboración, son muchos los casos en los que la existencia de intereses contradictorios sobre el uso de los recursos naturales sale a relucir (Bodin, Mancilla-García & Robins, 2020). Por eso, pese a los beneficios observados de la cooperación en la gobernanza ambiental, parece justificado adoptar una perspectiva pragmática en la que se valore cuándo conviene recurrir a la participación (y cuándo no), qué tipo de participación es pertinente en cada caso y qué se espera que la participación aporte al proceso político. Referirse a la participación de manera genérica, como una panacea para todo tipo de problemas, resulta poco sensible a la diversidad de situaciones a las que normalmente se enfrenta la gobernanza del agua.

Sin embargo, cuando descendemos a un plano operativo, hemos encontrado que la participación facilita la inclusión de la comunidad en la toma de decisiones, puede compensar los desequilibrios de poder y contribuye a adoptar una visión integral del ecosistema. En primer lugar, la mera inclusión de la comunidad en las políticas del agua contribuye a democratizar la toma de decisiones y mejora la pertinencia de las actuaciones, especialmente por lo que respecta a los colectivos más desfavorecidos (Hossen, & Wagner, 2016). Se ha comprobado experimentalmente que el monitoreo por parte de la comunidad mejora la gestión de los recursos comunes en todo tipo de contextos socio-geográficos (Slough et al, 2021). En segundo lugar, la participación es una vía para representar la diversidad de intereses que confluyen en un mismo escenario socio-ecológico. Resulta paradójico encontrarse reiteradamente con la concentración de poder en los actores gubernamentales, pese a que la gobernanza colaborativa se propone como una alternativa horizontal en la toma de decisiones. Parte del potencial del análisis de redes está precisamente en servir de herramienta para mejorar la representatividad de los actores participantes y contribuir indirectamente a la distribución de poder (Lienert, Schnetzer & Ingold, 2013). En tercer lugar, la consideración de diferentes partes interesadas facilita la adopción de un enfoque sistémico o bio-regional, que asume una visión integrada del conjunto de recursos de una cuenca hidrográfica y promueve una gestión integrada de los recursos hídricos (Huitema et al., 2009). Tal y como indican Magdala, Eden & Shamir (2017), «los problemas de gestión y gobernanza del agua abarcan muchos componentes relacionados entre sí, que solo pueden abordarse adecuadamente al comprender sus interconexiones» (p. 6).

La participación ciudadana puede mejorar la calidad y la legitimidad de las decisiones políticas (Ianniello, Iacuzzi, Fedele & Brusati, 2019). Para que eso ocurra se tienen que dar una serie de condiciones que faciliten la interacción de largo plazo de un conjunto de actores diversos con un nivel adecuado de reconocimiento institucional[7]. Tal y como hemos mostrado, la adopción de una perspectiva estructural puede ser un medio efectivo con el que mejorar la representatividad y el funcionamiento integrado de las partes interesadas en la gobernanza del agua.

References

Ahmadi, A., Kerachian, R., Rahimi, R., & Skardi, M. J. E. (2019). Comparing and combining social network analysis and stakeholder analysis for natural resource governance. Environmental Development, 32, 100451.

Almeida, C., Mendonça, J. J. L., Jesus, M. R., & Gomes, A. J. (2000). Sistemas aquíferos de Portugal continental. Centro de Geologia da Facultade de Ciências Universidade de Lisboa, Instituto da Água, 3.

Almeida, C., & Silva, M. L. (1987, October). Incidence of agriculture on water quality at Campina de Faro (south Portugal). In IV Simposio de Hidrogeología de la Asociación Española de Hidrología Subterránea, Palma de Mallorca (Vol. 5).

Bodin, Ö., Mancilla García, M., & Robins, G. (2020). Reconciling conflict and cooperation in environmental governance: a social network perspective. Annual Review of Environment and Resources, 45, 471-495.

Chaffin, B. C., Garmestani, A. S., Gosnell, H., & Craig, R. K. (2016). Institutional networks and adaptive water governance in the Klamath River Basin, USA. Environmental Science & Policy, 57, 112-121. https://doi.org/10.1016/j.envsci.2015.11.008

Cooper, L. M., & Elliott, J. A. (2000). Public participation and social acceptability in the Philippine EIA process. Journal of Environmental Assessment Policy and Management, 2(03), 339-367.

Costa, L., Monteiro, J. P., Leitão, T., Lobo-Ferreira, J. P., Oliveira, M., Martins de Carvalho, J., … & Agostinho, R. (2015, April). Estimating harvested rainwater at greenhouses in south Portugal aquifer Campina de Faro for potential infiltration in Managed Aquifer Recharge. In EGU General Assembly Conference Abstracts (p. 10415).

Da Silva, G. C., Bocanegra, E., Custodio, E., Manzano, M., & Montenegro, S. (2010). State of knowledge and management of Iberoamerican coastal aquifers with different geo-hydrological settings. Episodes, 33(2), 91-101.

Delgado, L. E., De Ríos, R., Perevochtchikova, M., Marín, I. A., Fuster, R., & Marín, V. H. (2021). Water governance in rural communities of Chiloé Island, southern Chile: a multi-level analysis. Journal of Rural Studies, 83, 236-245. https://doi.org/10.1016/j.jrurstud.2020.11.008

Demetropoulou, L., Nikolaidis, N., Papadoulakis, V., Tsakiris, K., Koussouris, T., Kalogerakis, N., … & Theodoropoulos, K. (2010). Water framework directive implementation in Greece: introducing participation in water governance–the case of the Evrotas River Basin management plan. Environmental Policy and Governance, 20(5), 336-349. https://doi.org/10.1002/eet.553

Fliervoet, J. M., Geerling, G. W., Mostert, E., & Smits, A. J. M. (2016). Analyzing collaborative governance through social network analysis: a case study of river management along the Waal River in The Netherlands. Environmental Management, 57, 355-367. https://doi.org/10.1007/s00267-015-0606-x

Gatt, K. (2016). Social network analysis as a tool for improved water governance in Malta. International Journal of Society Systems Science, 8(2), 131-154. https://doi.org/10.1504/IJSSS.2016.077013

Horning, D., Bauer, B. O., & Cohen, S. J. (2016). Missing bridges: Social network (dis) connectivity in water governance. Utilities Policy, 43, 59-70. https://doi.org/10.1016/j.jup.2016.06.006

Hossen, M. A., & Wagner, J. R. (2016). The need for community inclusion in water basin governance in Bangladesh. Bandung, 3(1), 1-17. https://doi.org/10.1186/s40728-015-0029-3

Huitema, D., Mostert, E., Egas, W., Moellenkamp, S., Pahl-Wostl, C., & Yalcin, R. (2009). Adaptive Water Governance: Assessing the Institutional Prescriptions of Adaptive (Co-)Management from a Governance Perspective and Defining a Research Agenda. Ecology and Society, 14(1). http://www.jstor.org/stable/26268026

Ianniello, M., Iacuzzi, S., Fedele, P., & Brusati, L. (2019). Obstacles and solutions on the ladder of citizen participation: a systematic review. Public Management Review, 21(1), 21-46. https://doi.org/10.1080/14719037.2018.1438499

Jager, N. W., Challies, E., Kochskämper, E., Newig, J., Benson, D., Blackstock, K., … & Von Korff, Y. (2016). Transforming European water governance? Participation and river basin management under the EU Water Framework Directive in 13 member states. Water, 8(4), 156. https://doi.org/10.3390/w8040156

Jatel, N. (2013). Using social network analysis to make invisible human actor water governance networks visible-the case of the Okanagan valley (Doctoral dissertation, university of British Columbia).

Jones, S. (2011). Participation as citizenship or payment? A case study of rural drinking water governance in Mali. Water Alternatives, 4(1), 54-71.

Kharanagh, S. G., Banihabib, M. E., & Javadi, S. (2020). An MCDM-based social network analysis of water governance to determine actors’ power in water-food-energy nexus. Journal of Hydrology, 581, 124382. https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2019.124382

Kurian, M., Portney, K.E., Rappold, G., Hannibal, B., & Gebrechorkos, S.H. (2018). Governance of Water-Energy-Food Nexus: A Social Network Analysis Approach to Understanding Agency Behaviour. In: Hülsmann, S., Ardakanian, R. (eds) Managing Water, Soil and Waste Resources to Achieve Sustainable Development Goals. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-75163-4_6

Lakshmisha, A., & Thiel, A. (2022). Bridging Actors and Their Role in Co-Managing Lakes: Cases from Greater Bengaluru Metropolitan Region (GBMR). Sustainability, 14(10), 5865. https://doi.org/10.3390/su14105865

Lawrence, D. P. (2003). Environmental impact assessment: practical solutions to recurrent problems. John Wiley & Sons.

Lienert, J., Schnetzer, F., & Ingold, K. (2013). Stakeholder analysis combined with social network analysis provides fine-grained insights into water infrastructure planning processes. Journal of Environmental Management, 125, 134-148. https://doi.org/10.1016/j.jenvman.2013.03.052

Mancilla-García, M. & Bodin, Ö. (2019). Participatory water basin councils in Peru and Brazil: expert discourses as means and barriers to inclusion. Global Environmental Change, 55, 139-148. https://doi.org/10.1016/j.gloenvcha.2019.02.005

Margerum, R. D. (2008). A typology of collaboration efforts in environmental management. Environmental Management, 41, 487-500. https://doi.org/10.1007/s00267-008-9067-9

Maya-Jariego, I. (2016). 7 usos del análisis de redes en la intervención comunitaria. Redes. Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, 27(2), 1-10. https://doi.org/10.5565/rev/redes.628

Maya-Jariego, I., & Holgado, D. (2021). Influencers and connectors in community prevention of drug abuse: balance between multi-site consistency and local community fit in program implementation. Psychosocial Intervention, 30(1), 13-26. https://doi.org/10.5093/pi2020a9

Maya-Jariego, I., Holgado, D. & Santolaya, F. J. (2023). What Works to Promote Community Engagement: Strategic Plan for Volunteering and Participation in Andalusia (Spain). Analyses of Social Issues and Public Policy. DOI: 10.1111/asap.12344

Megdal, S. B., Eden, S., & Shamir, E. (2017). Water governance, stakeholder engagement, and sustainable water resources management. Water, 9(3), 190. https://doi.org/10.3390/w9030190

Ngaruiya, G.W., Scheffran, J., Lang, L. (2015). Social Networks in Water Governance and Climate Adaptation in Kenya. In: Leal Filho, W., Sümer, V. (eds) Sustainable Water Use and Management. Green Energy and Technology. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-12394-3_8

Mukhtarov, F., Dieperink, C., & Driessen, P. (2018). The influence of information and communication technologies on public participation in urban water governance: A review of place-based research. Environmental Science & Policy, 89, 430-438. https://doi.org/10.1016/j.envsci.2018.08.015

Nabiafjadi, S., Sharifzadeh, M., & Ahmadvand, M. (2021). Social network analysis for identifying actors engaged in water governance: An endorheic basin case in the Middle East. Journal of Environmental Management, 288, 112376. https://doi.org/10.1016/j.jenvman.2021.112376

Newig, J., & Fritsch, O. (2009). Environmental governance: participatory, multi-level – and effective? Environmental Policy and Governance,19(3), 197–214. https://doi.org/10.1002/eet.509

O’Faircheallaigh, C. (2010). Public participation and environmental impact assessment: Purposes, implications, and lessons for public policy making. Environmental Impact Assessment Review, 30(1), 19-27. https://doi.org/10.1016/j.eiar.2009.05.001

Ogada, J. O., Krhoda, G. O., Van Der Veen, A., Marani, M., & van Oel, P. R. (2017). Managing resources through stakeholder networks: collaborative water governance for Lake Naivasha basin, Kenya. Water International, 42(3), 271-290. https://doi.org/10.1080/02508060.2017.1292076

Paneque-Salgado, P. P., Corral, S., Guimaraes, Â., del Moral Ituarte, L., & Pedregal, B. (2009). Participative multi-criteria analysis for the evaluation of water governance alternatives. A case in the Costa del Sol (Málaga). Ecological Economics, 68(4), 990-1005.

Reyhani, M. N., & Grundmann, P. (2021). Who influences whom and how in river-basin governance? A participatory stakeholder and social network analysis in Zayandeh-Rud basin, Iran. Environmental Development, 40, 100677. https://doi.org/10.1016/j.envdev.2021.100677

Rojas, R., Bennison, G., Gálvez, V., Claro, E., & Castelblanco, G. (2020). Advancing collaborative water governance: Unravelling stakeholders’ relationships and influences in contentious river basins. Water, 12(12), 3316. https://doi.org/10.3390/w12123316

Romano, S. T. (2019). Transforming participation in water governance: the multisectoral alliances of rural water committees and NGOs in Nicaragua. International Journal of Water Resources Development, 35(3), 430-445. https://doi.org/10.1080/07900627.2017.1363722

San-Sebastián-Sauto, J., Fernández-Escalante, E., Calero-Gil, R., Carvalho, T., & Rodríguez-Escales, P. (2018). Characterization and benchmarking of seven managed aquifer recharge systems in south-western Europe. Sustainable Water Resources Management, 4(2), 193-215.

Serra, J., do Rosário Cameira, M., Cordovil, C. M., & Hutchings, N. J. (2021). Development of a groundwater contamination index based on the agricultural hazard and aquifer vulnerability: Application to Portugal. Science of The Total Environment, 772, 145032.

Slough, T., Rubenson, D., Levy, R. E., Alpizar Rodriguez, F., Bernedo del Carpio, M., Buntaine, M. T., … & Zhang, B. (2021). Adoption of community monitoring improves common pool resource management across contexts. Proceedings of the National Academy of Sciences, 118(29), e2015367118. https://doi.org/10.1073/pnas.2015367118

Stein, C., Ernstson, H., & Barron, J. (2011). A social network approach to analyzing water governance: The case of the Mkindo catchment, Tanzania. Physics and Chemistry of the Earth, Parts A/B/C, 36(14-15), 1085-1092. https://doi.org/10.1016/j.pce.2011.07.083

Stigter, T. Y., Monteiro, J. P., Nunes, L. M., Vieira, J., Cunha, M. D. C., Ribeiro, L., … & Lucas, H. (2009). Screening of sustainable groundwater sources for integration into a regional drought-prone water supply system. Hydrology and Earth System Sciences, 13(7), 1185-1199.

Stigter, T. Y., Ribeiro, L., & Dill, A. C. (2006). Application of a groundwater quality index as an assessment and communication tool in agro-environmental policies–Two Portuguese case studies. Journal of Hydrology, 327(3-4), 578-591.

Tropp, H. (2007). Water governance: trends and needs for new capacity development. Water Policy, 9(S2), 19-30. https://doi.org/10.2166/wp.2007.137

Van Buuren, A., Van Meerkerk, I., & Tortajada, C. (2019). Understanding emergent participation practices in water governance. International Journal of Water Resources Development, 35(3), 367-382. https://doi.org/10.1080/07900627.2019.1585764

Van Steenbergen, F., & Shah, T. (2003). Rules rather than rights: Self-regulation in intensively used groundwater systems. In Llamas M. R. & Custodio, E. (Eds.). Intensive use of groundwater: challenges and opportunities, pp. 241-256. Balkema, The Netherlands.

Videira, N., Correia, A., Alves, I., Ramires, C., Subtil, R., & Martins, V. (2006). Environmental and economic tools to support sustainable golf tourism: The Algarve experience, Portugal. Tourism and Hospitality Research, 6(3), 204-217.

Vignola, R., McDaniels, T. L., & Scholz, R. W. (2013). Governance structures for ecosystem-based adaptation: Using policy-network analysis to identify key organizations for bridging information across scales and policy areas. Environmental Science & Policy, 31, 71-84. https://doi.org/10.1016/j.envsci.2013.03.004

Wutich, A., Rosinger, A., Brewis, A., Beresford, M., Young, S., & Household Water Insecurity Experiences Research Coordination Network. (2022). Water sharing is a distressing form of reciprocity: Shame, upset, anger, and conflict over water in twenty cross‐cultural sites. American Anthropologist, 124(2), 279-290. https://doi.org/10.1111/aman.13682

[1] De hecho, incluso se ha indicado que bajo determinadas circunstancias la participación puede tener consecuencias negativas (Cooper and Elliott, 2000; Lawrence, 2003).

[2] En Kenia se ha documentado cómo las estrategias de gobernanza integrada no consiguieron mejorar la coordinación entre los actores locales, reduciendo la efectividad de las medidas de conservación del agua (Ngaruiya, Scheffran & Lang, 2015).

[3] Es decir, la gobernanza de lo que se ha dado en llamar, respectivamente, “agua azul” y “agua verde”.

[4] E. g. la Entidade Reguladora dos Serviços de Águas e Resíduos (ERSAR); el Conselho Nacional da Água, que forma parte de la Agência Portuguesa do Ambiente; la administración hidrográfica regional; o la empresa Águas do Algarve, que es concesionaria de los sistemas municipales de abastecimiento de agua y saneamiento en el Algarve.

[5] La Plataforma Água Sustentável integra, entre otras entidades, a representantes de A Rocha; Água é Vida; AlmargemAssociação de Defesa do Património Cultural e Ambiental do Algarve; CIVIS – Associação para o Aprofundamento da Cidadania Faro; 1540- Associação de Defesa e Promoção do Património Ambiental e Cultural de Faro; Glocal Faro; Quercus- Associação Nacional de Conservação da Natureza; y Regenerarte- Associação de Proteção e Regeneração dos Ecossistemas.

[6] Resulta prioritario conocer las dinámicas de intrusión de aguas salinas en el acuífero, así como su relación con la escasez de agua.

[7] Las estrategias participativas pueden contribuir a crear el clima político que permita trabajar los objetivos de desarrollo comunitario a largo plazo (Paneque-Salgado et al., 2009).


La transformación del espacio público

Alcalá de Guadaíra, 22 de febrero, 20.00 horas

***

El Foro Oromana ha programado una mesa redonda sobre las nuevas formas de participación y voluntariado. Tendrá lugar el próximo jueves 22 de febrero a las 20.00 en Alcalá de Guadaíra. A continuación se describe brevemente el contenido de la actividad.

La transformación del espacio público: nuevas formas de participación y voluntariado

En las últimas décadas se han transformado las formas de participación y voluntariado. Las organizaciones no gubernamentales han experimentado un proceso de profesionalización y han potenciado el componente de prestación de servicios. Las generaciones más jóvenes se vinculan con el mundo asociativo de una manera más puntual y con un nivel de compromiso menor. Al mismo tiempo, han aumentado las pautas de comportamiento individualista, orientadas a la satisfacción personal. En este contexto, las entidades sociales se enfrentan a grandes dificultades para implicar a los miembros de la comunidad de manera continuada. Generar un compromiso de largo plazo en afiliados, voluntarios y participantes se convierte en todo un reto para las organizaciones que promueven la participación. En la mesa redonda organizada por el Foro Oromana se discutirán cuáles son las estrategias que resultan efectivas en el fomento del voluntariado en la actualidad.

Participan:

  • Armando Rotea Molero, Presidente de la Plataforma Andaluza de Voluntariado.
  • Isidro Maya Jariego, Profesor Titular de Psicología Social de la Universidad de Sevilla.

Modera:

  • Antonio Sánchez, Presidente del Foro Oromana.

8 principios y 8 programas ejemplares de participación y voluntariado

Recomendaciones basadas en la evidencia

En las últimas semanas hemos publicado una colección de recomendaciones basadas en la evidencia científica para fomentar el voluntariado y la participación comunitaria. En primer lugar, hemos resumido cuáles son los principios de las acciones efectivas para promover la participación. En segundo lugar, hemos presentado 8 programas ejemplares que resumen intervenciones con las que mantener la motivación del personal voluntario, gestionar la acción voluntaria organizada y sistematizar la práctica de la participación.

  • En este enlace se puede descargar la colección completa de infografías en PDF [Infografías] [Infografías]
  • También está disponible en inglés [PDF]

Convocatoria de 2 becas en psicología

Colors by josef.stuefer (CC BY 2.0)

4744/0227 Convocatoria de beca: Grado en Psicología y/o Máster en Psicología

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades «convoca a concurso de méritos dos becas, según lo establecido en la normativa de “Nombramiento de becarios con cargo a contratos, convenios y proyectos de I+D” de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el contrato de investigación titulado “Oficina técnica para la elaboración del I Plan Estratégico Integral de Voluntariado y Participación Ciudadana en Andalucía» (CP: 4744, CGT: 0227), del que Isidro Maya Jariego es profesor responsable y que se realiza en el Departamento de Psicología Social.
  • Descarga las condiciones de la beca y los requisitos de los solicitantes [pdf]
  • Consulta la lista de publicaciones y proyectos del LRPC.

Qué funciona en la prevención

Casos de intervención psicosocial efectiva

La Editorial Pirámide ha publicado el libro «Qué funciona en la prevención comunitaria. Casos de intervención psicosocial efectiva«, coordinado por Isidro Maya Jariego y Daniel Holgado Ramos.

El manual ofrece una revisión sistemática de los programas comunitarios que resultan efectivos en la prevención de problemas sociales:

«En este libro se analiza qué funciona en la prevención comunitaria. Siguiendo la tradición de investigación-acción de Kurt Lewin, se examina de manera sistemática cuáles son las prácticas basadas en la evidencia que funcionan de manera efectiva en diferentes contextos sociales. Cada problema social requiere de intervenciones específicas y los resultados dependen en parte del sistema comunitario receptor. En la primera parte, se revisan las características de los programas efectivos y el tipo de estrategias psicosociales que se han mostrado ejemplares en la prevención de la violencia, la delincuencia, la exclusión social, el abuso de drogas, el desempleo y otros problemas sociales. En la segunda parte, se realiza una recopilación de casos de intervención psicosocial efectiva. Con una guía de análisis de programas psicosociales en diez preguntas, se presentan intervenciones para la prevención de embarazos no deseados, la rehabilitación de personas sin hogar, la prevención del abandono escolar, la orientación laboral, la reinserción de niños de la calle, la prevención del sida y la promoción del voluntariado, entre otras necesidades sociales. Finalmente, se desarrolla una visión comparada de los factores de riesgo y protección, que contribuye a sistematizar las prácticas de intervención efectivas.»

El libro tiene una parte teórica de introducción a la intervención comunitaria y una parte práctica con casos de intervención comentados:

  • Una introducción a la psicología de la intervención social y comunitaria.
  • ¿Qué es la intervención comunitaria?
  • ¿Qué resulta efectivo en la prevención?
  • ¿Qué programas pueden servir de modelos para la intervención?
  • ¿Por qué es importante la implementación?
  • Recapitulación. La comunidad en el centro de la implementación de programas.
  • Casos prácticos de intervención comunitaria.

Está pensando como un manual práctico para estudiantes de psicología o trabajo social (y profesionales de la intervención en general). Pero no es solo un libro de texto. Está estructurado de forma que se revisan hasta 16 problemas sociales diferentes y se identifican cuáles son las estrategias comunitarias efectivas en cada caso. El resultado es una visión sistemática de qué estrategias psicosociales funcionan para afrontar cada problema social en los contextos específicos de intervención.

Un adelanto de dichos contenidos se presentó en la celebración de los 50 años del programa de Psicología en la Universidad del Norte (Colombia):


Retrato del Voluntariado en España

Tendencias y experiencias

El 4 de noviembre la Fundación Telefónica presentó el informe “El Retrato del Voluntariado en España”, que analiza las tendencias fundamentales y algunas de las experiencias innovadoras en la participación comunitaria de los últimos años.

Una de las características del informe consiste en partir del supuesto de que existen múltiples formas de voluntariado y diversos formatos de participación. Desde la vinculación estructurada de voluntarios con organizaciones del tercer sector a la participación informal y el activismo ciudadano. Algunas de las cifras que aporta el informe son las siguientes:

  • Es voluntaria algo más del 6 por ciento de la población de más de 14 años en España.
  • Entre la población de más de 18 años, más del 42 por ciento colabora con alguna organización no gubernamental.
  • Más de 30.000 entidades constituyen el Tercer Sector en España.

De acuerdo con los datos, los voluntarios y voluntarias llegan a las entidades sociales por ganas de ayudar y sentirse útiles. Una vez que se vinculan, la aportación de los voluntarios es un recurso fundamental para las organizaciones no gubernamentales. Finalmente, la continuidad de la participación depende en gran medida de que encuentren oportunidades para implicarse y tener un papel relevante.

Entre otros roles, los voluntarios pueden ejercer de cuidadores, aprendices, dinamizadores comunitarios, emprendedores, activistas y generadores de comunidad.

Una de las partes más interesantes del informe, consiste en la presentación de prácticas innovadoras, que pueden proporcionar a las entidades del Tercer Sector modelos positivos para la intervención. Las buenas prácticas seleccionadas muestran modelos y estrategias para el desarrollo de competencias de los voluntarios, la organización de iniciativas de aprendizaje-servicio, la implicación de jóvenes en la ayuda instrumental a personas mayores, el acompañamiento a menores en riesgo social, la promoción de la integración de inmigrantes, y el uso inclusivo de las tecnologías de la información… entre muchas otras…

Descarga el informe


Introducción a la psicología comunitaria

#ISyC

Un libro de acceso abierto para iniciarse en la psicología comunitaria

El doctor Leonard Jason, profesor de la DePaul University en Chicago, ha liderado a un grupo de académicos y expertos en intervención psicosocial para editar un manual de psicología comunitaria de acceso abierto.

El libro es un texto introductorio, escrito en un lenguaje accesible, que pretende mejorar la visibilidad de la psicología comunitaria tanto en el ámbito académico como en el ámbito profesional. Pretende facilitar un primer acercamiento, no excesivamente técnico, a los modelos y estrategias de intervención comunitaria; con cierto énfasis en las acciones de movilización comunitaria y cambio social. Se trata de un libro de texto de acceso abierto, disponibles en la plataforma electrónica Rebus, dirigido a «la nueva generación de psicólogos comunitarios». En la presentación del mismo se indica:

«Este libro le mostrará cómo analizar, investigar y abordar de manera integral los problemas de la desigualdad económica, la violencia, el abuso de sustancias, la falta de vivienda, la pobreza y el racismo. El libro aporta herramientas para asociarse con miembros de la comunidad y con las organizaciones comunitarias para promover una asignación equitativa de recursos y oportunidades.»

En la publicación han contribuido más de 40 co-autores, con una cobertura internacional, y estará conectado a la formación de nuevos profesionales a través de la Sociedad para la Investigación y la Acción Comunitarias, de la American Psychological Association. Cada capítulo incluye ejercicios prácticos, casos de intervención, videos y cuestionarios, junto con oportunidades para la reflexión sobre la acción comunitaria.

Referencia y acceso a los contenidos

  • Leonard A. Jason, Olya Glantsman, Jack O’Brien, and Kaitlyn Ramian (Eds). Introduction to Community Psychology. Becoming an Agent of Change. Rebus: Montreal, Quebec, Canada. [Acceso abierto]

El libro incluye un capítulo elaborado por miembros del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades, en el que se presenta el concepto de Intervención Comunitaria. Para ello, a través de casos de intervención concretos, se presentan los conceptos de efectividad, implementación e investigación-acción.

  • Maya-Jariego, I. & Holgado, D. (2019). Community Interventions. In Leonard A. Jason, Olya Glantsman, Jack O’Brien, and Kaitlyn Ramian (Eds). Introduction to Community Psychology. Becoming an Agent of Change. Rebus: Montreal, Quebec, Canada. [Acceso abierto]

Resumen del 12º Congreso Andaluz del Voluntariado

integration-3527263_1920

Diciembre comienza conmemorando el día 1 el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, continúa el día 3 con el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, le sigue el Día Internacional del Voluntariado (día 5) y el 10 el de los Derechos Humanos.  Multitud de eventos se suceden, por tanto, en estas fechas, para sensibilizar, divulgar y concienciar sobre todas estas causas que son de interés común y que nos hacen progresar hacia una sociedad inspirada en valores democráticos y compromiso social.

Desde el LRPC, tuvimos ocasión de participar en el 12º Congreso Andaluz del Voluntariado, celebrado recientemente en la Universidad de Almería.  Concretamente, en la elaboración de las conclusiones sobre las ideas compartidas en sus áreas de trabajo.  Se trataron temas como el aprendizaje-servicio, la medición de competencias en el voluntariado y nuevas formas de participación. Resumimos a continuación las ideas más importantes:

Voluntariado y Aprendizaje-Servicio

Los programas de Aprendizaje-Servicio integran en el itinerario educativo formal actividades en contacto con la vida sociocomunitaria. En e-voluntas hemos hablado en alguna ocasión de esta metodología.  Pueden abarcar desde las primeras etapas educativas hasta las más tardías. Los centros educativos asumen, por tanto, un papel activo en dinamizar la vida social de la zona, diversificando las experiencias de aprendizaje basado en valores. Se fomenta, por tanto, una cultura de participación a lo largo del ciclo vital y que, sin llegar por qué desembocar en el voluntariado, lo define como uno de sus antecedentes más atractivos.  Resumimos las ideas-fuerza:

  • La experiencia debe ser significativa en lo social y relevante en lo formativo.
  • Es vital la implicación del centro educativo, el liderazgo de un profesorado comprometido con metodologías innovadoras, el apoyo de la dirección. El papel de las familias como facilitadoras de las actividades. Y, fundamentalmente, un conjunto de estudiantes con compromiso por involucrarse en su realidad.
  • En los primeros pasos, puede requerir de asistencia técnica, bien el profesorado, bien por alianzas con otras experiencias similares. El papel de las instituciones para asesorar a los centros más motivados es importante.
  • Como resultado, se define a los centros educativos como recursos para la comunidad, donde se refuerza un aprendizaje basado en valores y en competencias para diferentes ámbitos: laboral, ciudadanía, emocional, etc.

Algunas de las experiencias que se presentaron fueron las siguientes:

Reconocimiento de competencias

La experiencia de voluntariado puede dar a conocer competencias no siempre adquiridas en el sistema educativo formal, más centrado en la adquisición de conocimientos. Las iniciativas presentadas fueron las siguientes:

El enfoque centrado en competencias ofrece interesantes posibilidades para la gestión de los recursos de voluntariado. Por ejemplo, a la hora de diseñar la formación, los procesos de supervisión de la actividad voluntaria. También el reconocimiento formal de su actividad.

En este sentido, también se recomienda una lectura del Proyecto E-VOC. Iniciativa europea formación en línea sobre la validación de las
competencias en el sector voluntario europeo.

Nuevos voluntariados

Este espacio de trabajo agrupó a diferentes experiencias bajo el denominador común de contribuir al debate de la constante evolución que caracteriza al movimiento de voluntariado. Se presentaron experiencias a través de las cuales el voluntariado contribuye de algún modo a la mejora de las condiciones de vida de la población participante, al tiempo de ofrecer alternativas de convivencia basada en valores como la participación, la  diversidad y la igualdad de oportunidades. Las experiencias presentadas fueron las siguientes:

  • II Plan de Infancia y Adolescencia de Andalucía: Una de cuyas líneas estratégicas está dedicada a la promoción de la participación ciudadana y el voluntariado en la juventud. 
  • Asociación Andaluza de Epilepsia: Ápice. Que presentó su programa de voluntariado inclusivo a través del cual se dinamiza en torno a la participación un conjunto de colaboraciones que trascienden la mera prestación asistencial de un servicio.
  • Asociación Ura-clan. Este club de rugby inclusivo propone el deporte como estrategia de integración social. Han logrado la consolidación de una comunidad basada en la diversidad a través del deporte, sus valores y su filosofía.
  • Asociación Rumbo Solidario. Fundación Vicente Ferrer. Asociación cordobesa cuya propuesta solidaria consiste en la promoción de actividades deportivas con fines solidarios.
  • Confederación de Mayores Activos – Confemac. Entidad que presenta su plataforma de formación online en la que se ha diseñado una experiencia de formación online para el voluntariado.
  • Asociación Madre Coraje. El voluntariado con el que cuentan es muy diverso, en sí misma esta entidad es un ejemplo de convivencia intergeneracional en la promoción de valores solidarios y de transformación social.
  • Asociación Amigos de Mayores en la Red (Mayor-Net). Combinan actividades de alfabetización digital con la configuración de espacios sociales, sensibilización, concienciación y difusión a través de las TIC de iniciativas solidarias, de las que su blog es un buen ejemplo.

Conclusiones

El voluntariado mantiene intactas su versatilidad para ofrecer respuestas a las necesidades de la población. La diversidad en su composición interna, la heterogeneidad de enfoques y su capacidad de adaptación a entornos cambiantes los configuran como una de las expresiones solidarias más complejas. En este congreso se ha puesto de relieve la definición de espacios comunitarios alternativos en los que la población tradicionalmente considerada receptora pasiva de servicios pasa a un papel activo en la reivindicación de un mayor protagonismo en la vida pública.

El ejercicio del voluntariado tiene efectos positivos a diferentes niveles. Para las personas, grupos y contextos receptores de la ayuda las consecuencias son lógicas. Pero también para las personas voluntarias. Se han constatado los beneficios psicológicos del ejercicio del voluntariado, que oscilan desde los sentimientos de utilidad, bienestar o salud, entro otros. Cabe citar que el ejercicio de la solidaridad en edades tempranas tiene consecuencias también positivas en la vida adulta. Los programas de aprendizaje-servicios serían una manifestación de  esta idea. Este hecho nos invita a diseñar políticas públicas desde una perspectiva de ciclo vital, de manera que se cualquier persona tenga la oportunidad de contribuir solidariamente a la mejora de su entorno. Supone un reto de madurez para el tejido asociativo andaluz y para sus políticas públicas.

Durante las áreas de trabajo se ha enfatizado la definición del voluntariado como una experiencia significativa en la vida de las personas. En este proceso de identificación de la persona con su actividad voluntaria tiene un peso importante los elementos organizativos. La gestión estratégica que las entidades de voluntariado realicen sobre los programas, sus recursos y el voluntariado puede predecir el mantenimiento de la actividad de  voluntariado en el tiempo. En este sentido, cabe citar las actividades de reconocimiento y acreditación de las competencias adquiridas durante el voluntariado. Es un debate que ha pasado al primer plano de la actualidad del voluntariado con la aprobación de la ley. 

En suma, la aprobación de la ley 4/2018, de 8 de mayo, Andaluza del Voluntariado ha supuesto un avance en la consolidación del fenómeno del voluntariado como una de las expresiones solidarias más visibles de nuestro tiempo. Algunas de sus consideraciones son las siguientes:

a) Se han definido los campos de intervención de una manera más moderna,
b) Se han reconocido derechos y deberes también a las personas destinatarias de la ayuda
c) Se han incorporado con roles más definidos a empresas y universidades como actores sociales relevantes en la promoción del voluntariado.
d) Se ha definido el programa de voluntariado como el eje estratégico de la colaboración entre las personas, entidades y los contextos de intervención.
e) Se ha facilitado la posibilidad de participación de adolescentes y jóvenes en las entidades de voluntariado
f) Se han integrado procesos comunitarios de participación como precursoras del voluntariado, como el caso de las experiencias de aprendizaje-servicio
g) Se han sentado las bases para la dinamización de la gestión asociativa a partir de un enfoque centrado en competencias.

Naturalmente, estos avances implican un reto para instituciones, entidades, protagonistas del voluntariado, empresas y universidades, de las que este congreso ha sido un espacio de debate conjunto para establecer prioridades y responsabilidades compartidas. El voluntariado, por tanto, sigue manteniendo vigente su vocación de progreso democrático en los territorios que, como Andalucía, tiene una presencia cada vez más visible.


El desarrollo comunitario y los Recursos Educativos Abiertos

19323205606_ca5e7e1214_o

OERAfrica (CC BY 2.0)

El proyecto AgShare fue una iniciativa de investigación-acción implementada en 2011 en diversas zonas rurales de Uganda, cuyo objetivo consistió en la creación de recursos educativos abiertos (REA) a partir de la información obtenida en el proceso de evaluación de las necesidades del contexto comunitario. En concreto, la intervención se realizó desde dos másteres sobre gestión agrícola y ganadera de la Universidad de Makerere en el sector de la producción lechera de un distrito del Suroeste de Uganda. En su implementación participaron también la Universidad de Michigan y OER Africa. El proyecto fue financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates.

El proyecto proponía un modelo de investigación basado en el desarrollo de REA tanto para la formacion de los estudiantes como para la intervención en el contexto local con el objetivo de mejorar el conocimiento y la innovación en la producción lechera. Se trataba por tanto de (a) generar materiales de enseñanza y aprendizaje para dos módulos basados en contenidos abiertos: un módulo de higiene y producción lechera y otro sobre gestión y marketing con productos lácteos y (b) mejorar la optimización de los procesos productivos en la cadena de valor de la producción lechera mediante el uso de. Para ello se llevaron a cabo las siguientes acciones:

  1. Un análisis de las necesidades de los actores implicados en la cadena de valor de la producción lechera (ganaderos, transportistas, comerciantes, etcétera) y la documentación de las habilidades y los conocimientos informales que ponían en práctica estos actores en su actividad profesional. La información recogida se centraba en los aspectos vinculados a la higiene, la calidad, el procesamiento y las estrategias de venta y marketing de la leche y los derivados.
  2. A partir de esta información se se crearon materiales y módulos educativos abiertos para la formación de los estudiantes de los dos másteres implicados. Estos materiales estaban basados fundamentalmente en estudios de caso que servían para la aplicación de contenidos teóricos impartidos.
  3. A su vez, se desarrollaron intervenciones basadas en los resultados del análisis de necesidades. Estas intervenciones incluían actividades con los ganaderos participantes para aplicar métodos de mejora de la eficiencia en la producción lechera o para el desarrollo de sistemas de medición de la higiene en el producto, entre otros. Además, se crearon materiales formativos abiertos, que se impartieron en sesiones y seminarios con los ganaderos y otros actores locales.

Una de las claves del proyecto estuvo en la implicación en todas sus fases de los estudiantes de los dos másteres. Participaron en (a) la recogida de información, (b) la creación de los contenidos de los módulos educativos para la formación de los estudiantes, (c) las actividades de intervención y los contenidos de formación y entrenamiento para los ganaderos, y (d) la implementación de los paquetes formativos y la evaluación de los resultados del proyecto.

Resultados

Los resultados mostraron el impacto positivo del proyecto en el contexto universitario y en el contexto comunitario:

  • En el contexto universitario, los materiales generados sirvieron para crear dos módulos que se imparten actualmente en sendos másteres en la Universidad de Makerere como parte de su oferta académica y que están disponibles en el repositorio de OER Africa. Los estudiantes reafirmaron el valor de los aprendizajes adquiridos en sus estudios universitarios, además de mejorar sus habilidades sociales, personales y profesionales, conocer las características y posibilidades de los REA en su formación y aprender manejarse en un contexto de investigación e intervención. Por otro lado, el proyecto generó en la universidad un clima favorable a la adopción de los REA como estrategia básica de enseñanza. Otros departamentos no implicados inicialmente en el proyecto comenzaron a crear y utilizar los REA como parte de su oferta educativa.
  • Los ganaderos y otros actores de la comunidad valoraron positivamente las mejoras implementadas en sus explotaciones y los aprendizajes adquiridos durante las sesiones de formación. Se produjeron cambios en las actitudes y un aumento de la conciencia sobre los beneficios de ciertas prácticas de explotación (vinculadas a la aplicación de mejoras tecnológicas y de gestión empresarial. Por otro lado, se pusieron en valor aquellos conocimientos informales que habían venido desarrollando hasta el momento. Uno de los efectos de la intervención fue precisamente la formalización de algunas de estas prácticas, gracias a su organización en paquetes formativos distribuidos e impartidos entre los actores de las zonas de intervención.

A modo de conclusión

Las estrategias de colaboración y las coaliciones entre la universidad y la comunidad son una estrategia clásica para la transferencia de conocimiento y el desarrollo comunitario. Los REA pueden tener un rol importante en estas experiencias de colaboración entre instituciones educativas y contextos locales, como recursos y prácticas que requieren de la implicación de diversos agentes sociales y educativos para su implementación efectiva.

Desde AgShare se planteó un sistema de circulación, actualización y sistematización del conocimiento para la creación de REA que sirvió para (a) la formación significativa, pertinente y ajustada al contexto de los estudiantes y (b) la generación de estrategias de intervención y entrenamiento con los ganaderos, productores, etcétera para la mejora de la producción lechera.

En cierto modo, el programa se basó en un modelo de aprendizaje-servicio. Los contenidos de formación surgieron del análisis y la intervención en el contexto y concluyó con la generación de contenidos y prácticas educativas abiertas que redundaron en estrategias de mejora y desarrollo comunitario. La combinación del aprendizaje-servicio y prácticas educativas abiertas, puede redundar en la (a) adopción de un espíritu crítico ante el proceso de enseñanza, (b) la mejora de la sensibilización e implicación comunitaria del contexto educativo y (c) el desarrollo personal, social y vocacional de los estudiantes.

Lecciones aprendidas sobre el papel de los REA en la inclusión y el desarrollo social

El proyecto AgShare muestra cómo los REA puede ser una estrategia adecuada para la implicación de las universidades en la inclusión social y educativa de colectivos desfavorecidos y en el desarrollo socioeconómico de países en vías de desarrollo. Los resultados del proyecto permiten obtener algunas lecciones de interés sobre el papel de los REA en los procesos de desarrollo e inclusión social:

  • Los REA pueden ser un medio para hacer frente a las necesidades educativas en las instituciones superiores en países en vías de desarrollo, donde el aumento del número de estudiantes, la escasez de recursos y ausencia de una infraestructura adecuada son barreras para el acceso adecuado a la educación.
  • El diseño, la creación y el desarrollo de REA a partir de las experiencias de investigación e intervención en el contexto social, posiciona a la Universidad como un actor de relevancia en el desarrollo local. A partir de un modelo basado en la investigación sobre el terreno llevada a cabo por estudiantes y docentes, se consigue el doble objetivo de proveer a los estudiantes de recursos educativos abiertos y accesibles basados en la investigación y de promover el desarrollo social proporcionando recursos de formación técnica a los agentes locales.
  • La dinámica de trabajo con recursos educativos y de intervención propios y adaptados al contexto local, promueve un papel proactivo de diversos agentes educativos, sociales y económicos en el desarrollo de soluciones innovadoras a los problemas y necesidades locales.

Credits

Este comentario se ha desarrollado como parte del proyecto OpenMed – «Opening Up Education in South Mediterranean Countries».


Psychosocial Intervention

2018-04-04 10_57_38-Greenshot (2)

Psychosocial Intervention es una revista editada por el Colegio Oficial de Psicólogos y dirigida por Enrique Gracia, que tiene como objetivo «el  avance del conocimiento y la aportación de evidencia científica sobre las intervenciones psicosociales que abordan los problemas sociales y comunitarios y promueven el bienestar social y la calidad de vida». Publica artículos sobre investigación básica y aplicada, de evaluación de programas y sus resultados, además de revisiones teóricas y metodológicas.

Se trata de una de las revistas en español de mayor impacto en el área de la intervención social y comunitaria. Además, recientemente ha sido aceptada para su indexación en el Social Science Citation Index-SSCI de la Web of Science, una de las bases de datos de publicaciones científicas en ciencias sociales más prestigiosas a nivel internacional.

En los últimos años ha publicado monográficos dedicados a la calidad de la implementación de programas de parentalidad positiva o la aplicación del análisis de redes sociales en la intervención comunitaria, entre otros.

Número actual de la revista: Vol. 27, Núm. 1, 2018