Archivo de la etiqueta: Volunteering

Convocatoria de 2 becas en psicología

Colors by josef.stuefer (CC BY 2.0)

4744/0227 Convocatoria de beca: Grado en Psicología y/o Máster en Psicología

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades «convoca a concurso de méritos dos becas, según lo establecido en la normativa de “Nombramiento de becarios con cargo a contratos, convenios y proyectos de I+D” de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el contrato de investigación titulado “Oficina técnica para la elaboración del I Plan Estratégico Integral de Voluntariado y Participación Ciudadana en Andalucía» (CP: 4744, CGT: 0227), del que Isidro Maya Jariego es profesor responsable y que se realiza en el Departamento de Psicología Social.
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  • Consulta la lista de publicaciones y proyectos del LRPC.

Qué funciona para promover el voluntariado y la participación

Colors by Emi Yañez (CC BY 2.0)

En esta entrada se puede descargar el «preprint» de un nuevo artículo del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades, titulado «Qué resulta efectivo en el fomento del compromiso ciudadano: el Plan Estratégico de Voluntariado y Participación de Andalucía».

Este estudio muestra la utilidad del aprendizaje-servicio, la formación de los líderes de asociaciones y las experiencias tempranas de participación, entre otras muchas estrategias de fomento del compromiso ciudadano. También se presentan 8 programas ejemplares para ilustrar qué resulta efectivo en (1) el voluntariado online, (2) la educación para la participación, (3) el entrenamiento de líderes comunitarios, (4) la gestión del voluntariado, (5) el fomento del asociacionismo, (6) las organizaciones de base, (7) las coaliciones comunitarias y (8) la sistematización de la práctica.

A continuación, está disponible el abstract y se puede descargar el «preprint» en español (la versión original del artículo antes de pasar por el proceso de revisión):

Este artículo describe el diseño del “Primer Plan Estratégico Integral de Voluntariado y Participación Ciudadana en Andalucía”, que establece las prioridades y estrategias para el fomento del compromiso ciudadano en la Comunidad Autónoma del sur de España. La formulación del plan estratégico se desarrolló en dos fases. En primer lugar, se llevó a cabo un análisis teórico de cuáles son las prácticas efectivas para el fomento de la participación ciudadana. En segundo lugar, se recabó la opinión de un total de 35 representantes de organizaciones del Tercer Sector. La revisión de las prácticas basadas en la evidencia permitió identificar 13 estrategias básicas de sensibilización comunitaria, educación para la participación, gestión del voluntariado y desarrollo de redes interorganizacionales. A continuación, se realizaron 19 entrevistas con representantes de las entidades sociales más prominentes en la región y 2 talleres participativos con 16 líderes del movimiento del voluntariado en Andalucía. Los resultados mostraron la existencia de un tejido social consolidado, con una “comunidad de práctica” constituida a lo largo de dos décadas en las que se han combinado de manera efectiva las estrategias de sensibilización y capacitación para el fomento del voluntariado. Los representantes del Tercer Sector consideran prioritarias las estrategias de educación para la participación, tales como el aprendizaje-servicio, las experiencias tempranas de participación durante la adolescencia, y la formación del voluntariado y de los miembros de asociaciones. Por otro lado, aunque en las organizaciones sociales son conscientes de la necesidad de adaptarse a las nuevas formas de participación (más individualizadas, puntuales o episódicas), en general defienden estrategias que contribuyan a un mayor nivel de compromiso organizativo. El plan resultante integra las medidas de promoción de la participación y el voluntariado a través de acciones de carácter transversal. [ESP]

Palabras clave: Planificación estratégica – Voluntariado – Participación ciudadana – Programas ejemplares.

Referencia

  • Maya-Jariego, I., Holgado, D. & Santolaya, F. J. (2023). What Works to Promote Community Engagement: Strategic Plan for Volunteering and Participation in Andalusia (Spain). Analyses of Social Issues and Public Policy. DOI: 10.1111/asap.12344 [ASAP]

Para saber más sobre el Tercer Sector en Andalucía

  • Holgado, D. & Maya-Jariego, I. (2022). The Dichotomy between Providing Services and Supporting Social Inclusion in the Network of Third Sector Social Service Organisations. REIS. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 178: 83-100. (doi: 10.5477/cis/reis.178.83)
  • Maya-Jariego, I., Holgado, D., González-Tinoco, E., Muñoz-Alvis, A. & Ortega, M. (2020). More money, more problems? Resource dependence and professionalization of non-governmental social services organizations in Andalusia. VOLUNTAS. International Journal of Voluntary and Nonprofit Organizations, 31(6), 1212–1225. DOI: 10.1007/s11266-020-00256-z

Diseño normativo del Plan de Voluntariado

A partir del documento anterior, el Laboratorio de Redes está actualmente trabajando con las aportaciones de 13 Consejerías de la Junta de Andalucía en el diseño del Plan de Voluntariado. Esto permite incorporar los diferentes programas y medidas impulsados por la administración pública regional que incorporan acciones de voluntariado.


Adolescencia y voluntariado

Compromiso comunitario, bienestar y aprendizaje

La revista Barcelona Metrópolis ha publicado un dosier titulado «adolescentes bajo presión» en el que se analiza el malestar emocional entre los jóvenes. Entre otros temas se analiza:

También hay un trabajo en el que se examina el voluntariado adolescente y las implicaciones del mismo en el bienestar, el desarrollo personal y el compromiso ciudadano.

«Las experiencias de participación comunitaria durante la infancia y la adolescencia tienen un impacto positivo en el bienestar psicológico y favorecen el desarrollo de la ciudadanía activa. En un periodo evolutivo especialmente crítico, se instauran hábitos de comportamiento altruista, se diversifican las redes personales y se entra en contacto con adultos que pueden ejercer de mentores informales».

Referencia

Isidro Maya Jariego. El poder transformador del voluntariado en la adolescencia. Barcelona Metrópolis. Revista del Ayuntamiento de Barcelona, 23 de abril de 2023, Núm. 136, 36-40. https://www.barcelona.cat/metropolis/es/contenidos/el-poder-transformador-del-voluntariado-en-la-adolescencia


Convocatoria de beca en psicología

Colors in Between by Rubin Starset (CC BY-NC-SA 2.0)

0177/0227 Convocatoria de beca: Grado en Psicología y/o Máster en Psicología

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades «convoca a concurso de méritos una Beca, según lo establecido en la normativa de “Nombramiento de becarios con cargo a contratos, convenios y proyectos de I+D” de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el contrato de investigación titulado “Buenas prácticas en el Tercer Sector de Servicios Sociales” (CP: FIUS22/0177, CGT: 0227), del que Isidro Maya Jariego es profesor responsable y que se realiza en el Departamento de Psicología Social.
  • Descarga las condiciones de la beca y los requisitos de los solicitantes [pdf]
  • Consulta la lista de publicaciones y proyectos del LRPC.

Teoría y práctica del voluntariado

Man at Museum, by Picturepest (CC BY 2.0)

De la ciencia a la práctica en la participación voluntaria

Una parte de los esfuerzos de investigación de las últimas décadas se ha centrado en conectar el conocimiento teórico con la práctica de la intervención social. Esto ha significado explorar (a) cuáles son las estrategias que pueden contribuir a mejorar las estrategias de implementación y (b) cómo se pueden documentar y sistematizar las lecciones aprendidas durante el proceso de intervención.

La teoría y la práctica también se conectan en las acciones de voluntariado organizado y de participación comunitaria en general. Por ejemplo:

  1. La investigación psicosocial ha estudiado el comportamiento altruista, ha analizado los factores que determinan la continuidad o el abandono de la participación voluntaria, y ha evaluado el impacto del voluntariado en las necesidades de la comunidad.
  2. Los investigadores académicos colaboran con las organizaciones de la sociedad civil, los estudiantes universitarios realizan prácticas supervisadas en asociaciones, y el profesorado imparte cursos para desarrollar las competencias de gestores, voluntarios y afiliados en las organizaciones no gubernamentales.

Algunas universidades han potenciado la responsabilidad social corporativa a través de programas de voluntariado y aprendizaje-servicio con sus comunidades de referencia. También han desarrollo recursos de formación específicos dirigidos al mundo asociativo. Además, contribuyen a divulgar los recursos de voluntariado existentes, así como a documentar su impacto a través de investigaciones evaluativas.

La experiencia ha empezado a demostrar que la teoría puede mejorar la intervención, cuando se seleccionan programas basados en la evidencia o cuando se capacita a los facilitadores y los voluntarios según el conocimiento disponible. También se ha comprobado la utilidad de que los profesionales de la intervención tengan habilidades de investigación, con las que sistematizar el conocimiento basado en su experiencia de aplicación de programas. Por ejemplo:

  1. Por un lado, se han diseñado cursos de especialización en la gestión de organizaciones no gubernamentales, en la gestión del voluntariado o en el diseño e implementación de programas para fomentar la participación.
  2. Por otro lado, miembros y representantes del Tercer Sector han participado en cursos de formación continua y cursos de postgrado en los que han podido aportar su experiencia sobre el terreno, así como los aprendizajes obtenidos a lo largo de años de activismo o participación ciudadana.

Por lo que respecta al voluntariado, se ha puesto de manifiesto la interacción entre los factores personales y los factores organizativos en el buen desempeño de la participación comunitaria:

  1. Para los voluntarios/as, participar es una forma de expresar sus valores, satisfacer sus necesidades, desarrollar competencias y establecer relaciones personales.
  2. Desde el punto de vista organizativo, la participación de los voluntarios/as depende de generar un clima adecuado, proporcionarles una experiencia satisfactoria de participación y promover su identificación con la organización.

Todo lo anterior muestra la pertinencia de formar coaliciones entre investigadores, voluntarios y profesionales de la intervención social.


Cómo reducir el impacto psicológico de la cuarentena

Quarantine, by Jason Scragz (CC by 2.0)

Información, voluntariedad y altruismo, con una duración corta preestablecida

La revista médica The Lancet acaba de publicar una revisión sistemática de la investigación sobre las consecuencias psicológicas de la reclusión prolongada en el hogar o en una institución. La cuarentena es la separación de las personas que potencialmente han estado expuestas a una enfermedad contagiosa para reducir el riesgo de infección a terceros, mientras que el aislamiento se aplica a quienes ya han sido diagnosticados con la enfermedad. En ambos casos, la reclusión en el hogar (o en un centro hospitalario), conlleva cierto aislamiento social, la restricción de movimientos y una alteración de las pautas de vida cotidiana.

Las evidencias son bastante consistentes a la hora de mostrar que estar aislado en casa de manera prolongada suele conllevar estrés, confusión y enfado. Esto se ve potenciado por la frustración, el aburrimiento, el impacto financiero, o el temor a ser contagiado, entre otros factores. Algunos de estos factores se pueden controlar a través de la realización de actividades creativas, el mantenimiento del trabajo a distancia o la organización de un horario personal de actividades. Otros, son más difíciles de modificar.

Pese a que existen diferencias individuales significativas, en una gran diversidad de situaciones se suele experimentar cansancio, irritabilidad, ansiedad e insomnio. En algunos casos el impacto del estrés postraumático se puede observar incluso algunos años después. Normalmente, la repercusión es mayor en la población más vulnerable social y psicológicamente. Por ejemplo, en algún caso particular se ha observado que la población con menos estudios puede sufrir más estrés.

Estresores y acciones preventivas

En resumen, los estresores más significativos son los siguientes:

  • La duración de la cuarentena.
  • El temor de ser infectado.
  • La frustración y el aburrimiento.
  • La falta de suministros.
  • La información inadecuada.
  • El impacto financiero.
  • El estigma percibido.

De acuerdo con ellos, entre los factores que mitigan el impacto de la cuarentena se cuentan los siguientes:

  1. Es importante disponer de información, de forma que las personas en cuarentena puedan comprender adecuadamente la situación. La comunicación sobre cómo evoluciona la situación debe ser continuada.
  2. Es fundamental disponer de los suministros necesarios, tales como comida, medicina y materiales de protección.
  3. El impacto es menor en la medida en que la duración de la cuarentena es más corta y el plazo establecido no se ve alterado.
  4. La voluntariedad de la cuarentena reduce claramente el estrés, en comparación con la imposición de restricciones.
  5. El énfasis en el valor altruista del aislamiento personal también repercute positivamente.

Por lo tanto, colaborar voluntariamente con las medidas públicas de protección no solo tiene un impacto colectivo en la evolución de la enfermedad, sino que contribuye positivamente a la salud personal. Igualmente, salir a los balcones a aplaudir al personal sanitario es una forma de solidaridad colectiva que también incide en el estado de ánimo de la población. Cuando utilizamos etiquetas como #YoMeQuedoEnCasa o #AplausoSanitario estamos cuidando de la salud comunitaria, pero a la vez cuidamos de nuestra salud personal.

Como vemos, también es importante saber lo que pasa (que no es lo mismo que estar sobreexpuesto a información sobre el tema): de hecho, incluso leer una breve nota informativa sobre las consecuencias de estar aislado puede tener un pequeño efecto beneficioso en la reducción del estrés.

Referencia y nota final

Comentario basado en:

  • Brooks, S. K., Webster, R. K., Smith, L. E., Woodland, L., Wessely, S., Greenberg, N., & Rubin, G. J. (2020). The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. The Lancet, 395(10227), 912-920. DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30460-8 [pdf]

La mayor parte de los estudios revisados se centran en grupos más o menos delimitados de población potencialmente expuesta a un contagio. Será interesante explorar el impacto psicológico cuando la cuarentena tiene una dimensión poblacional, como ocurre en el caso del COVID-19. Por otro lado, otro tema de gran interés es la reacción de los propios profesionales de la salud, que están significativamente expuestos a circunstancias de estrés y al riesgo de contagio. Para ellos, el apoyo organizativo de los sistemas de salud puede ser determinante.

EpicTop10.com (CC by 2.0)


Retrato del Voluntariado en España

Tendencias y experiencias

El 4 de noviembre la Fundación Telefónica presentó el informe “El Retrato del Voluntariado en España”, que analiza las tendencias fundamentales y algunas de las experiencias innovadoras en la participación comunitaria de los últimos años.

Una de las características del informe consiste en partir del supuesto de que existen múltiples formas de voluntariado y diversos formatos de participación. Desde la vinculación estructurada de voluntarios con organizaciones del tercer sector a la participación informal y el activismo ciudadano. Algunas de las cifras que aporta el informe son las siguientes:

  • Es voluntaria algo más del 6 por ciento de la población de más de 14 años en España.
  • Entre la población de más de 18 años, más del 42 por ciento colabora con alguna organización no gubernamental.
  • Más de 30.000 entidades constituyen el Tercer Sector en España.

De acuerdo con los datos, los voluntarios y voluntarias llegan a las entidades sociales por ganas de ayudar y sentirse útiles. Una vez que se vinculan, la aportación de los voluntarios es un recurso fundamental para las organizaciones no gubernamentales. Finalmente, la continuidad de la participación depende en gran medida de que encuentren oportunidades para implicarse y tener un papel relevante.

Entre otros roles, los voluntarios pueden ejercer de cuidadores, aprendices, dinamizadores comunitarios, emprendedores, activistas y generadores de comunidad.

Una de las partes más interesantes del informe, consiste en la presentación de prácticas innovadoras, que pueden proporcionar a las entidades del Tercer Sector modelos positivos para la intervención. Las buenas prácticas seleccionadas muestran modelos y estrategias para el desarrollo de competencias de los voluntarios, la organización de iniciativas de aprendizaje-servicio, la implicación de jóvenes en la ayuda instrumental a personas mayores, el acompañamiento a menores en riesgo social, la promoción de la integración de inmigrantes, y el uso inclusivo de las tecnologías de la información… entre muchas otras…

Descarga el informe


Publicaciones del LRPC en 2018

La presentación superior corresponde a una comunicación con la que presentamos en 2016 los primeros resultados de nuestra investigación en tres escuelas de Lima, en el marco de un proyecto para la reducción del trabajo infantil. Esos datos se publicaron como artículo en enero de 2018 en la revista Psychosocial Intervention y es posiblemente la publicación del grupo que ha captado más atención en los últimos meses. Actualmente es uno de los artículos más visitados y más descargados de la revista. Entre sus aportaciones se cuentan: (a) evaluar el concepto de «escenarios de conducta» con la metodología de análisis de redes personales, (b) utilizar una aproximación de metodología mixta, combinando estrategias cualitativas y cuantitativas, y (c) aplicar la técnica de «grafos agrupados» con un total de 8 categorías. Está disponible a continuación:

  • Maya Jariego, I., Holgado, D., Márquez, E. & Santolaya, F. J. (2018). The community role of schools in Jicamarca and Villa El Salvador (Peru): crosscutting behavior settings in personal networks. Psychosocial Intervention, 27 (1), 1-11. https://doi.org/10.5093/pi2018a3 [pdf]

Como hemos hecho en años anteriores, más abajo se recogen una selección de publicaciones del LRPC en el segundo semestre de 2018. Esta selección incluye trabajos sobre comunidades de pescadores, visualización de redes sociales, generadores de nombres, participación ciudadana, voluntariado y coaliciones comunitarias.

Tipologías de redes personales

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades (LRPC) obtuvo en 2016 y 2017 sendos “sellos de excelencia” en reconocimiento del proyecto Typology and dynamics of personal networks and their relationship with psychological attributes en la convocatoria Marie Sklodowska-Curie (MSCA-IF). El LRPC continúa impulsando esta línea de investigación en la que combina la elaboración de tipologías de redes personales con el estudio de las diferencias individuales, con un diseño comparativo transcultural.


Tres artículos que te inspiraron en tu investigación

A Weekly Illustrated Journal of Science (Public Domain)

De redes y comunidades

En el Laboratorio de Redes Personales y Comunidades hemos hecho un ejercicio en el que cada miembro del grupo ha elegido tres artículos que han influido especialmente en su investigación. Cuando se trabaja en la tesis doctoral, se suelen encontrar algunas “perlas” que ofrecen una visión especialmente comprehensiva del área de estudio o que aportan una idea clave que permite reorientar la investigación. Los hemos puesto en común para recopilar una pequeña selección de artículos inspiradores.

Son «los tres artículos que más influyeron en mi tesis doctoral». Siguiendo un orden cronológico, este es el resultado:

De las redes personales de los inmigrantes

Los tres artículos de Isidro Maya Jariego, a partir de su tesis sobre el papel de las redes de apoyo social en la adaptación psicológica de los inmigrantes:

  • Boyd, M. (1989). Family and Personal Networks in International Migration: Recent Developments and New Agendas. International Migration Review, 23, 3, 638-670. [IMR]

Es un estudio de revisión que explica muy bien las contribuciones de las redes sociales en los procesos migratorios. Este artículo se adelanta a su tiempo, indicando la agenda investigación que permitiría traducir las remesas, las visitas internacionales y los flujos de población en términos de redes.

  • Litwin, H. (1995). The social networks of elderly immigrants: An analytic typology. Journal of Aging Studies, 9(2), 155-174. [JAS]

Este es el artículo que más influyó en mi tesis doctoral y en la investigación que hice inmediatamente después. Por un lado, la idea de hacer tipologías de redes, como una estrategia que resulta eficiente en el análisis de datos y que a la vez es muy apropiada para hacer elaboraciones teóricas. Por otro lado, por el énfasis en la estructura de las relaciones, que a mí me llevó de los estudios psicológicos de apoyo social al análisis de redes sociales…

  • Massey, D.S., Goldring, L. y Durand, J. (1994). Continuities in Transnational Migration: An Analysis of Nineteen Mexican Communities. American Journal of Sociology, 99, 1492-1533. [AJS]

Es el mejor estudio empírico que tuve ocasión de leer durante mi tesis doctoral. Combina la (posiblemente) mejor explicación teórica de las cadenas migratorias con un análisis de comunidades inmigradas en el nivel meso-social. Por ejemplo, examinando la prevalencia de la migración en las comunidades de origen y el tamaño de las comunidades expatriadas.

De preparación comunitaria en atención primaria

Los tres artículos de Daniel Holgado Ramos, a partir de su tesis doctoral sobre los procesos comunitarios en el trabajo social de atención primaria en Andalucía.

  • Wandersman, A. (2003). Community Science: Bridging the Gap between Science and Practice with Community-Centered Models. American Journal of Community Psychology, 31(3-4), 227-242. [AJCP]

Para mí, uno de los artículos clave de las últimas décadas en Psicología Comunitaria. No fue el primero que trata el tema de la conexión entre ciencia y práctica en la intervención social, pero sí sienta las bases de parte de la investigación posterior sobre la implementación de programas y el papel de la comunidad en el ajuste y la efectividad. Establece además una agenda de investigación que ha dado lugar a diversas líneas de investigación y desarrollos teóricos y prácticos posteriores.

  • Edwards, R. W, Jumper-Thurman, P., Plested, B., Oetting, E., & Swanson, L. (2000). Community Readiness: Research to Practice. Journal of Community Psychology, 28(3), 291-307. [JCP]

Aunque no es el primer artículo que describe el concepto de preparación comunitaria, sí es el que más repercusión ha tenido. Al situar la preparación para el cambio en el contexto de la efectividad de programas y de la transferencia de conocimiento, lo convierte en un factor clave a tener en cuenta en la implementación. Quizás el que más influencia tuvo en mi tesis doctoral y el que más me ayudó a definir mis objetivos de estudio.

  • Feinberg, M. E., Riggs, N. R. & Greenberg, M. T. (2005). Social Networks and Community Prevention Coalitions. The Journal of Primary Prevention, 26(4), 279-298. [JPP]

Uno de los primeros artículos que aplica de forma sistemática el análisis de redes sociales en intervención social. Aunque no hace un uso excesivamente complejo de la metodología de redes, es bastante creativo y muestra el potencial del ARS en este campo. Para mi supuso todo un hallazgo en su momento.

De redes y movilidad geográfica

Los tres artículos de Romina Cachia, a partir de su tesis doctoral sobre las redes personales de cuatro grupos de extranjeros altamente cualificados en situación de movilidad geográfica.

  • Herz, A. (2015). Relational constitution of social support in migrants’ transnational personal communities. Social Networks, 40, 64-74. [SN]

While writing my PhD, I came across Herz’s article. It immediately caught my attention because it dealt exactly with the same topics of my doctoral research: social support, migrants and the use of personal networks. In this article, Herz presents his research on the personal communities of German migrants in Great Britain. It is one of the first articles which tackles how transnationality influences the provision of different dimensions of social support in migrants’ communities. Herz finds that relational characteristics (e.g. contact frequency, tie strength and transnationality) are more relevant that structural characteristics (size, density) and ego attributes (e.g. age, gender or time of residence) in explaining how migrants receive social support.

  • Bastani, S. (2007). Family comes first: Men´s and women´s personal networks in Tehran. Social Networks, 29, 357-374. [SN]

Of all the articles I read for my PhD, this is perhaps the article I can say I truly enjoyed reading. Bastani’s work is highly accessible and I love the way she writes and presents her research. The study explores the differences in the personal networks of woman and men in Tehran, from a qualitative lens and gives an insight of how personal networks work in Iran. Her findings suggest that Iranians tend to prefer same-sex networks and as opposed to most previous findings, the elderly in Tehran have larger networks. However, she also concludes that apart from such differences, she has found little variances when comparing the personal networks of Tehran people to those of similar conditions residing in Toronto and North California, highlighting, that personal networks reveal that we should be cautious when speaking of cultural uniqueness.

  • Urry, J. (2003). Social networks, travel and talk. The British Journal of Sociology, 54(2), 155-175. [BJS]

I came across Urry’s work while doing my Masters in England. In his work, I see reflected the bridge between my masters and doctoral research. His work marks one of the first reflections on how travel influences the social networks of people. He argues that the increase in communications devices had led to extensive networks, but their functioning is still highly dependent upon occasioned meetings. In my view, this work has provided an important contribution to the discourse on new media and networks, because it explored the emerging ‘network sociality’ in the context of the new media environment surging following the dot.com boom, without obliterating, rather emphasizing the importance of meetingness, which remains significant more than a decade later, irrespective of the wide diffusion of online social networks.

De los itinerarios turísticos de los rusos en Andalucía

Los tres artículos de Deniza Alieva, a partir de su tesis doctoral sobre itinerarios y redes organizativas del turismo ruso en Andalucía.

  • Shih, H. Y. (2006). Network characteristics of drive tourism destinations: An application of network analysis in tourism. Tourism Management, 27(5), 1029-1039. [TM]

Uno de los trabajos que crearon la base de mi tesis doctoral. El estudio propone utilizar el análisis de redes sociales para determinar las características particulares de aquellos destinos turísticos que atraen a los viajeros en coche. Se miden los indicadores de centralidad y se analizan los factores que más influyen en la elección de un punto particular del itinerario.

  • Baggio, R., Scott, N., & Cooper, C. (2010). Network science: A review focused on tourism. Annals of Tourism Research, 37(3), 802-827. [ATR]

Los trabajos de estos tres autores me ayudaron a ver más claramente cómo se puede estudiar el turismo a través del análisis de redes sociales. He elegido este artículo de todos sus trabajos porque aquí se hace un muy buen resumen de la aplicación de las técnicas básicas del ARS en un estudio de caso. Ayuda a entender cómo se conectan entre sí los indicadores y qué aplicación práctica pueden tener las diferentes medidas calculadas. Creo que se podría recomendar este artículo a cualquier persona que empiece a explorar el uso del ARS en el ámbito del turismo.

  • Jeuring, J. H. G., & Haartsen, T. (2017). The challenge of proximity: the (un) attractiveness of near-home tourism destinations. Tourism Geographies, 19(1), 118-141. [TG]

Como mi tesis doctoral exploraba los factores que determinan la elección de los puntos específicos de un itinerario, durante la búsqueda de literatura académica sobre el tema, encontré este artículo. Los autores describen resultados de un estudio hecho en los Países Bajos que trataba la percepción de distancia y proximidad por parte de los viajeros. Me interesó mucho este trabajo porque en la mayoría de casos la aproximación a la distancia y la proximidad se basa en los kilómetros, mientras que aquí se ve cómo influyen otros factores, como los relacionados con aspectos motivacionales.

De la prevención del trabajo infantil

Los tres artículos de Esperanza Márquez López, sobre la implementación de programas para reducir el trabajo infantil.

  • Quinby, R. K., Hanson, K., Brooke-Weiss, B., Arthur, M. W., Hawkins, J. D., & Fagan, A. A. (2008). Installing the Communities that Care prevention system: Implementation progress and fidelity in a randomized controlled trial. Journal of Community Psychology, 36(3), 313–332. [JCP]

En este artículo se analiza el funcionamiento de un programa llamado «comunidades que cuidan» que tiene como base el trabajo conjunto entre la comunidad, los facilitadores, los participantes y sus familias de manera que son protagonistas durante la implementación del programa, lo que los hace conscientes de sus cambios. La evaluación del programa destaca el cumplimiento de todas las fases de implementación planificadas y el ajuste de éstas al contexto de intervención.

  • Durlak, J. A., & DuPre, E. P. (2008). Implementation matters: A review of research on the influence of implementation on program outcomes and the factors affecting implementation. American Journal of Community Psychology, 41(3–4), 327–35. [AJCP]

Se analizan de forma sistemática los factores primordiales para analizar la implementación de un programa en una revisión de más de 500 estudios. Destaca el lazo de unión entre una buena implementación y los resultados. Se concluye la necesidad de hacer una recogida exhaustiva de todos los detalles de la implementación de un programa teniendo en cuenta los factores del entorno que rodea a los participantes, haciéndoles partícipes de las innovaciones incorporadas a los programas.

  • Berkel, C., Mauricio, A. M., Schoenfelder, E., & Sandler, I. N. (2011). Putting the pieces together: An integrated model of program implementation. Prevention Science, 12(1), 23–33. [PS]

Destaca la necesidad de crear una teoría que guíe la implementación. Pone en relación el comportamiento de los facilitadores de los programas (fidelidad, calidad de la entrega, y adaptación) y los comportamientos de los participantes (receptividad) para crear un marco desde donde se analicen las dimensiones que influyen directa o indirectamente en los resultados.

De voluntariado y participación comunitaria

Los tres artículos de Fran Santolaya sobre las prácticas de voluntariado, participación ciudadana y organización comunitaria.

  • Omoto, A. M., & Snyder, M. (1995). Sustained helping without obligation: Motivation, longevity of service, and perceived attitude change among AIDS volunteers. Journal of Personality and Social Psychology, 68(4), 671-686. [JPSP]

El artículo explora una de las expresiones solidarias más complejas, como es el caso del voluntariado. Contribuye a su descripción a través de un modelo que conecta elementos de naturaleza individual conjuntamente con elementos de tipo organizativo. El desarrollo de investigaciones posteriores a su publicación derivó en el papel que los elementos comunitarios también desempeñan en explicar las razones por las cuales las personas se involucran en actividades solidarias, así como en atender las razones que explican que haya organizaciones con más probabilidades de mantener su capital de voluntariado a lo largo del tiempo.

  • McMillan, B., Florin, P., Stevenson, J., Kerman, B., & Mitchell, R. E. (1995). Empowerment praxis in community coalitions. American Journal of Community Psychology, 23(5), 699-727. [AJCP]

Las coaliciones comunitarias pueden ser definidas como aquellas organizaciones de segundo nivel en las que diferentes actores sociales contribuyen de manera colaborativa a paliar las consecuencias negativas de un problema así como a prevenir su aparición. El artículo se adentra en el reto de identificar qué consecuencias tiene tanto en el plano individual como en el organizativo el hecho de participar activamente en la solución de problemas sociales. Con una naturalidad hoy ya contrastada, se identifican procesos de empoderamiento psicológico individual y organizativo. Subraya la relevancia de la efectividad organizacional asociada a estructuras de base no siempre tan formales, como el caso de la coaliciones comunitarias.

  • Kieffer, C. H. (1984). Citizen empowerment: A developmental perspective. Prevention in Human Services, 3(2-3), 9-36. [PHS]

Propuesta clásica a través de la cual el autor conecta tópicos esenciales en el ámbito de la intervención social y comunitaria. En el marco del estudio del liderazgo social y comunitario, se propone una lógica progresiva a través de la cual los procesos de participación ciudadana podrían estar conectados con el desarrollo de empoderamiento, identificando el sentido psicológico de comunidad como uno de sus desencadenantes. En suma, de nuevo, aspectos individuales y contextuales se combinan para explicar cómo las personas se implican en mejorar su entorno comunitario.


Experiencias de participación de un psicólogo comunitario

Melissa Mongiat (CC BY-NC-SA 2.0)

Algunas lecciones aprendidas sobre voluntariado, implicación cívica, competencias personales y cohesión local

Durante el último año he participado como voluntario en la sección “pregunte a un asesor” de la Caja de Herramientas Comunitarias. Uno de los temas recurrentes en las preguntas de los usuarios es cómo aumentar la participación de la comunidad. La participación es un valor central de la psicología comunitaria (Chavis & Wandersman, 1990; Dalton, Elias & Wandersman, 2001; Rappaport, 1987; Zimmerman, 2000). Las asociaciones y las organizaciones de base ofrecen oportunidades para desarrollar relaciones, ejercer el compromiso personal con determinadas causas sociales y desplegar diferentes formas de acción colectiva (Christens & Speer, 2011; Florin & Wandersman, 1990; Wandersman & Florin, 2000).

Es habitual que cualquier psicólogo comunitario acumule experiencias de participación a lo largo de su vida personal y profesional. El empoderamiento y la implicación de la comunidad aparecen de manera transversal en todo tipo de iniciativas de cambio social. En mi caso, desde que un grupo de amigos creamos una asociación cultural juvenil, he estado vinculado a diferentes organizaciones comunitarias y asociaciones profesionales. Desde entonces, he estado involucrado en un periódico local, en la financiación de causas comunitarias y en la contribución a una asociación ambiental, por mencionar algunos.

La mayoría de estas experiencias no las he tenido en calidad de psicólogo comunitario. Sin embargo, han resultado fundamentales en mi comprensión de los procesos de organización comunitaria y de las prácticas que promueven la cohesión social. A continuación, desarrollo una breve reflexión personal sobre dichas experiencias. Me detendré en mostrar cómo la participación guarda una relación directa con el desarrollo de competencias personales y mejora la integración comunitaria. Además, veremos varios ejemplos que ilustran cómo la participación efectiva se basa en la persistencia, el desarrollo progresivo de relaciones y la administración de incentivos con los que mantener la implicación a lo largo del tiempo.

La participación como aprendizaje

La primera experiencia de voluntariado en la que recuerdo haber participado consistió en clasificar medicinas que se enviaban a países africanos. Yo tendría unos seis o siete años. Mi madre me llevaba a una asociación de cristianos de base que recogía alimentos y medicinas para remitirlos a iniciativas de cooperación al desarrollo sobre el terreno. La tarea era tan sencilla que podía hacerla un niño. Primero mirábamos la fecha de caducidad para garantizar que la medicación no estaba en mal estado y que todavía tenía unos meses por delante para poder ser utilizada con garantías. Luego separábamos los antibióticos del resto y los organizábamos según una lista de prioridades. Con el tiempo se introdujeron regulaciones en la distribución de medicamentos, con criterios de salud pública y control farmacéutico, que impidieron que esa actividad siguieran haciéndola este tipo de asociaciones. Yo era tan pequeño que clasificar cajas de pastillas y jarabes no dejaba de ser un juego al que dedicaba dos tardes por semana. Sin embargo, aquellas experiencias iniciales de colaboración desinteresada (para atender las necesidades sociales de otras personas a las que yo no conocía), fueron posiblemente, sin saberlo, un antecedente necesario de la participación cívica posterior. Los psicólogos comunitarios sabemos que la participación temprana en acciones de voluntariado predice la implicación comunitaria durante la vida adulta (Guillaume, Jagers & Rivas-Drake, 2015; Lawford & Ramey, 2017).

Años más tarde he coordinado proyectos de cooperación internacional en Colombia y Perú. “Edúcame Primero” es una iniciativa para la prevención del trabajo infantil que normalmente se aplica en colegios, y que consiste en desarrollar acciones psicoeducativas con niños en situación de riesgo psicosocial, junto con sus familias (Maya Jariego & Holgado, 2014; Maya Jariego, 2017). Con la ayuda de becas de formación solidaria de la Universidad de Sevilla, pequeños grupos de estudiantes participaron durante algunos años en la implementación del programa. El voluntariado internacional les proporcionaba una experiencia intercultural y les permitía conocer de primera mano las condiciones de exclusión en los barrios periféricos de las grandes ciudades latinoamericanas. Cuando finalizó el programa en Lima (Perú), visitamos a cada uno de los colegios participantes en el programa para hacerles entrega de un lote de libros de lecturas infantiles, con cuentos y clásicos de la literatura en español. Repartir los libros directamente a los niños para que los colocaran en los anaqueles de la biblioteca del colegio es uno de los momentos más emocionantes que me ha proporcionado la intervención comunitaria. En mi caso me inicié en la lectura cuando era adolescente con una colección de bolsillo con libros de Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y otros clásicos del boom literario hispanoamericano. Repartir libros en algunos colegios de Latinoamérica, es decir llevar literatura de vuelta al otro lado del Atlántico, significaba devolver parte de lo que había recibido. Por eso lo viví como un gesto de gran justicia poética.

Terceros lugares en la comunidad local

Pese a estas incursiones en la cooperación internacional, las iniciativas a las que les he dedicado más tiempo se han desarrollado en el ámbito local. He de decir que esto ha ocurrido con especial intensidad en dos etapas diferentes. A principios de los 1990 fundamos un periódico en Alcalá de Guadaíra, una ciudad de tamaño medio en el entorno metropolitano de Sevilla. “La Voz de Alcalá” surgió como un medio independiente de base comunitaria, en un contexto en el que aparecían los primeros casos importantes de corrupción política en España y considerábamos necesario darle voz a los colectivos con menos poder en la comunidad local. El periódico articuló su línea editorial en torno al valor de la participación ciudadana. Creamos una sección, denominada “Tribuna abierta”, en la que cuatro invitados debatían cada semana sobre un tema de interés local. La combinación de la participación abierta con una amplia representación de la diversidad de puntos de vista contribuyó de manera efectiva al debate público y a generar una visión compartida sobre los problemas locales.

Con una filosofía muy parecida surgió también el “Foro Oromana”, una asociación cultural en cuya creación participé una década más tarde. En este caso la actividad principal consistía en organizar conferencias y debates sobre el modelo de ciudad. El contenido de los encuentros oscilaba desde las sesiones de planeamiento urbano estratégico a las mesas redondas con los candidatos a la alcaldía. El foro ciudadano se definió desde su inicio como “un lugar de encuentro entre alcalareños”. Concebíamos la asociación como un “tercer lugar” (Oldenburg, 1989) en el que los vecinos pudieran reunirse informalmente y mantener una conversación. Este tipo de espacios públicos contribuyen a una vida comunitaria activa, facilitan la conexión entre ciudadanos de diferente ideología o condición, y promueven el sentido de comunidad. En los dos casos –el periódico y el foro-, nos basamos durante un largo periodo meramente en la participación voluntaria. Con el tiempo se institucionalizaron y mejoraron su funcionamiento. Sin embargo, aquellos inicios participativos contribuyeron a formar un núcleo de participantes comprometidos que posiblemente influyeron, junto con otros factores, en que dos o tres décadas después ambas asociaciones aún sigan en activo.

Como puede comprobarse en cualquier escenario local, los estudios comunitarios han puesto de manifiesto que la vida asociativa es un ámbito fundamental de socialización y de transformación personal. Permite desplegar los valores y la conciencia crítica en el plano individual, y es un catalizador del sentido de eficacia colectiva (Chavis & Wandersman, 1990; Florin & Wandersman, 1990).

La transparencia de la participación en comunidades virtuales

También he tenido la oportunidad de implicarme activamente en varias comunidades virtuales, y en momentos puntuales he ejercido de voluntario en línea. Aunque no hay nada “virtual” en la participación online (Cravens & Ellis, 2014), me gusta utilizar, por su valor evocativo, el término que popularizó Howard Rheingold (1993). Durante muchos años he sido administrador de “E-Voluntas”, una lista de correo electrónico en la que participan voluntarios, gestores de voluntariado e investigadores. Empezó a funcionar en 2002, con la intención de “crear un canal iberoamericano sobre voluntariado, sociedad civil e intervención comunitaria”. Los contenidos giraban fundamentalmente en torno al intercambio de experiencias en la región y la sistematización de la práctica del voluntariado. Durante el primer año de funcionamiento, hicimos una traducción participativa de “la guía de voluntariado virtual” (Ellis & Cravens, 2000). Para todos los participantes fue nuestra primera experiencia de voluntariado en línea. Nos permitió explorar el potencial de las tecnologías de la información para la colaboración en red y la movilización ciudadana. Con aquella experiencia pionera no sólo comprobamos que se podía hacer voluntariado a distancia de manera efectiva, sino que también nos reveló el potencial de los espacios virtuales para la acción comunitaria.

Antes de que Twitter, Facebook y WhatsApp transformaran el ecosistema de la comunicación online, algunas listas de correo adquirieron un papel destacado entre las comunidades mediadas por ordenador más activas (Rheingold, 1993, 2000). Los foros virtuales proporcionan un medio transparente, que facilita la observación, la monitorización y el registro del grueso de la interacción que tiene lugar entre sus miembros. Esto hace de ellos, en mi opinión, un buen contexto en el que aprender estrategias de dinamización de grupos y “gestión comunitaria”. Cuando administras una lista de correo caes en la cuenta de que es importante recibir al menos un mensaje por semana, para mantener la atención continuada de los suscriptores. También se hace necesario responder a cualquier contribución, por incipiente que sea, y reforzar los pequeños logros. La participación es un proceso de medio y largo plazo, que requiere persistir en los objetivos. El administrador ejerce un liderazgo que establece el tono inicial en la lista de correo y contribuye decisivamente a la cultura del grupo. Poco a poco se va generando un núcleo de participantes activos que proporciona a los foros efectivos una estructura centro-periferia. El foro alcanza su madurez cuando los miembros de la periferia pasan a reforzar el núcleo activo, de forma que se mantiene la dinámica global incluso cuando alguno de los miembros centrales adopta un rol más pasivo. La acción participativa se caracteriza por su sostenibilidad. Con la interacción prolongada en el tiempo, la historia compartida y el desarrollo del sentido de comunidad, se va generando un sistema de intercambio de apoyo generalizado, basado en la reciprocidad, del que se benefician tanto los participantes como los observadores pasivos. Se convierte, entonces, en un recurso de valor público.

Cómo aumentar la participación

Promover la participación comunitaria es, en definitiva, una tarea muy compleja. Cuando los usuarios de la Caja de Herramientas me preguntan por este tema, evito las respuestas de carácter eminentemente teórico e intento trasladar algunas de las lecciones aprendidas en mi propia experiencia de participación. Las he resumido en la Tabla 1.

Mi recomendación suele consistir en prestar atención a las competencias de los participantes, los escenarios de interacción y la formación de un grupo cohesivo con sentido de pertenencia. Tanto los líderes como las organizaciones tienen un papel fundamental en la participación comunitaria efectiva. Además, los espacios que son capaces de congregar a individuos y colectivos diversos cuentan con un valioso potencial para la construcción comunitaria. Finalmente, se trata de un proceso que se va construyendo progresivamente, a través de una historia compartida por los participantes, y que requiere de una red mínimamente estructurada en la que emerge el sentido psicológico de comunidad (Maya-Jariego, 2004).

Como la participación tiene un valor transversal en la acción comunitaria, las lecciones pueden trasladarse posiblemente a cualquier ámbito, con independencia del problema social o de la población con la que se trabaje. No importa cuál sea el contexto, la participación es un camino largo que se sostiene en la tenacidad, el desarrollo de relaciones personales y la construcción de escenarios compartidos.

REFERENCIAS

Chavis, D. M., & Wandersman, A. (1990). Sense of community in the urban environment: A catalyst for participation and community development. American Journal of Community Psychology, 18(1), 55-81.

Christens, B. D., & Speer, P. W. (2011). Contextual influences on participation in community organizing: A multilevel longitudinal study. American Journal of Community Psychology, 47(3-4), 253-263.

Cravens, J., & Ellis, S. J. (2014). The Last Virtual Volunteering Guidebook: Fully Integrating Online Service into Volunteer Involvement. Philadelphia, PA: Energize.

Dalton, J. H., Elias, M. J., & Wandersman, A. (2001). Community psychology: Linking individuals and communities. Wadsworth/Thomson Learning.

Ellis, S. J., & Cravens, J. (2000). The Virtual Volunteering Guidebook: How to Apply the Principles of Real-World Volunteer Management to Online Service. Impact Online.

Florin, P., & Wandersman, A. (1990). An introduction to citizen participation, voluntary organizations, and community development: Insights for empowerment through research. American Journal of Community Psychology, 18(1), 41-54.

Guillaume, C., Jagers, R., & Rivas-Drake, D. (2015). Middle school as a developmental niche for civic engagement. American Journal of Community Psychology, 56 (3), 321-331

Lawford, H. L., & Ramey, H. L. (2017). Predictors of Early Community Involvement: Advancing the Self and Caring for Others. American Journal of Community Psychology, 59(1-2), 133-143.

Maya-Jariego, I. (2004). Sentido de comunidad y potenciación comunitaria. Apuntes de Psicología, 22(2), 187-211.

Maya-Jariego, I. (2017), “But We Want to Work”: The Movement of Child Workers in Peru and the Actions for Reducing Child Labor. American Journal of Community Psychology, 60: 430–438. doi:10.1002/ajcp.12180

Maya-Jariego, I. & Holgado, D. (2014). From Barranquilla to Lima in Reducing Child Labor: Lessons in Community Action. Global Journal of Community Psychology Practice, 5 (2), 1-6.

Oldenburg, R. (1989). The great good place: Café, coffee shops, community centers, beauty parlors, general stores, bars, hangouts, and how they get you through the day. Paragon House Publishers.

Rappaport, J. (1987). Terms of empowerment/exemplars of prevention: Toward a theory for community psychology. American Journal of Community Psychology, 15(2), 121-148.

Rheingold, H. (1993). The virtual community: Finding connection in a computerized world. Reading, MA: Addison-Wesley Longman Publishing.

Rheingold, H. (2000). The virtual community: Homesteading on the electronic frontier. Cambridge, MA: MIT press.

Wandersman, A., & Florin, P. (2000). Citizen participation and community organizations. In Handbook of Community Psychology (pp. 247-272). Springer US.

Zimmerman, M. A. (2000). Empowerment theory. In Handbook of community psychology (pp. 43-63). Springer US.

Para citar este artículo

Este artículo ha sido publicado en la sección «From Our Members» de The Community Psychologist. Por favor, utilice la siguiente referencia:

  • Maya-Jariego, I. (2018). Participation experiences of a community psychologist: Lessons learned about volunteering, civic involvement, personal competencies and local cohesion. The Community Psychologist, 51(2), 26-29.

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