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Qué aprende un estudiante de psicología comunitaria

«Cerezas» by Miguel Ángel García (CC BY 2.0)

A lo largo del curso 2019-2020 he ido anotando, después de cada clase teórica de la asignatura “Psicología de la Intervención Social y Comunitaria”, los mensajes principales que reciben los estudiantes. Al final de cada sesión planteábamos un mini-debate para intentar extraer las ideas más importantes. Este es el resultado:

  1. Una de las primeras ideas que aprende un estudiante de psicología comunitaria es que “el contexto importa”. Los problemas sociales y psicológicos no se distribuyen al azar en la población sino que están directamente relacionados con los lugares de residencia, las condiciones de vida y la desigualdad de los ingresos económicos. En consecuencia, la perspectiva ecológica consiste en darle importancia a los contextos comunitarios, tanto en el análisis como en la intervención psicosocial. Esto se traduce en la práctica en la aplicación de estrategias de prevención, centradas en los factores sociales que causan los problemas psicológicos, promoviendo cambios en el contexto que tengan una duración a largo plazo.
  2. Como consecuencia de lo anterior se produce un cambio en el rol de los profesionales de la psicología, que empiezan a prestar más atención a los factores sociales que influyen en el comportamiento individual e incorporan estrategias de intervención centradas en las familias y en la comunidad. Los profesionales de la psicología pueden concebirse como agentes de cambio comunitario. También se asume la necesidad de colaboración interdisciplinar en los contextos aplicados. Los antecedentes directos de este enfoque comunitario son las experiencias efectivas de prevención de nivel poblacional en el ámbito de la salud pública, el movimiento de desinstitucionalización psiquiátrica y reforma del sistema de salud mental, y los modelos de investigación-acción.
  3. Los psicólogos comunitarios le prestan especial atención a los escenarios en los que tiene lugar la interacción social. Incluso pequeños elementos del entorno físico pueden tener un impacto significativo en el comportamiento. En determinados contextos se reproducen, de manera sistemática, patrones de relación predecibles y persistentes, con independencia de los individuos que participen en un momento determinado. Los entornos ambientales pueden evaluarse a través de la percepción del clima social, la identificación de escenarios de conducta y el análisis de redes sociales. Es decir, podemos recurrir respectivamente a la agregación de percepciones individuales, a la covariación del comportamiento con coordenadas espacio-temporales, y al estudio de la estructura de la interacción social.
  4. Los barrios constituyen uno de los entornos más estudiados en la psicología comunitaria. Es un contexto en el que diferentes procesos de nivel meso-social inciden en el comportamiento individual. En primer lugar, los problemas sociales se concentran en los barrios más desfavorecidos, de forma que se puede observar una correlación entre la desventaja social y “el código postal”. En segundo lugar, el hacinamiento, la polución o el ruido, junto a otras condiciones físicas, pueden generar estrés entre la población residente. En tercer lugar, la prevalencia de la violencia y otros comportamientos disruptivos se traduce en la exposición continuada a normas sociales negativas, que pueden reforzarse a través de procesos de aprendizaje social. No obstante lo anterior, también es un contexto que dispone de activos comunitarios y recursos positivos, tales como la participación, el apoyo social, la organización comunitaria y el sentido de comunidad.
  5. El sentido psicológico de comunidad es uno de los conceptos centrales de la disciplina, cuya preocupación surge en parte como reacción a los problemas de cohesión social derivados de la industrialización y la urbanización. Aunque se ha estudiado sobre todo la experiencia subjetiva de pertenencia a un colectivo, otros dos componentes fundamentales son la interdependencia y las redes de interacción. La conexión emocional compartida con individuos a los que no necesariamente conoces personalmente (pero a los que estás conectado a través de redes de relaciones indirectas) tiene efectos decisivos en los mecanismos de control social y en las normas sociales que inciden en el comportamiento individual. Por lo tanto, la realidad psicológica puede darse en un nivel meso-social. En este ámbito se ha comprobado que determinados lugares de los barrios, los líderes comunitarios y las asociaciones de base tienen un papel de mediación en el sentido de pertenencia. Las organizaciones comunitarias son “estructuras mediadoras”, en las que el nivel de participación resulta determinante.
  6. La otra cara de la moneda es la diversidad humana, que está en tensión dialéctica con la cohesión comunitaria. Es recomendable examinar la diversidad en el contexto de las relaciones de poder y tomar en consideración que se trata de una dimensión que no solo afecta a las minorías. Los contextos comunitarios varían en el grado de heterogeneidad de los miembros que los componen, desde entornos rurales altamente cohesivos y homogéneos hasta espacios urbanos “súper-diversos”, en los que la diversidad es la norma. Esto nos lleva a diferenciar entre la “diversidad de contextos” y los “contextos de diversidad” y revela que la identidad depende del contexto de interacción. En el caso de las minorías se ha comprobado que el grupo social de pertenencia resulta relevante después de pasar por las primeras experiencias de discriminación. Pese a que en primera instancia los miembros de las minorías se identifican con la corriente social mayoritaria, con el tiempo desarrollan una identificación con el colectivo minoritario, lo cual funciona como un factor protector ante la discriminación. Por último, tanto el concepto de distancia cultural como el modelo de aculturación permiten examinar la cultura por comparación. Es decir, con un enfoque empírico y pragmático que evita una visión esencialista de la cultura.
  7. La prevención es una estrategia de intervención comunitaria que resulta efectiva en el afrontamiento de problemas sociales. Normalmente consiste en poner en marcha acciones públicas, de nivel poblacional, que pretenden modificar aspectos comportamentales para evitar la aparición, el desarrollo o las consecuencias de un problema social. Basándose en evidencias epidemiológicas, los factores de riesgo se utilizan para definir la población objetivo y los factores protectores para fundamentar el contenido psicológico de los programas. Por lo general se traduce en una reorganización de los servicios existentes, promoviendo la incidencia en las condiciones de vida y los factores del contexto, para alcanzar a los colectivos en mayor riesgo. Los programas centrados en colectivos específicos son normalmente más eficientes que los programas de carácter universal. Los programas que se aplican durante la infancia pueden tener un impacto significativo a lo largo de la vida adulta.
  8. Muchas de las iniciativas de acción comunitaria se canalizan a través del diseño, la implementación y la evaluación de programas. Para desarrollar intervenciones efectivas es recomendable seleccionar prácticas basadas en la evidencia y adaptarlas a cada contexto específico. Eso significa combinar los principios de efectividad y ajuste comunitario. La evaluación de programas sirve para identificar qué acciones resultan efectivas en la práctica. Sin embargo, cuando dichas acciones se implementan, los resultados dependen en parte de la dosis de la intervención, las capacidades organizativas y las competencias de los aplicadores de los programas. La participación comunitaria resulta clave en la preparación para el cambio.

Para citar esta entrada

Esta entrada ha sido publicada previamente en inglés en el blog de la Society for Community Research and Action (SCRA). Para citar esta entrada, utiliza por favor la siguiente referencia:

Para saber más

También puedes consultar un breve comentario sobre los principales conceptos y modelos teóricos de la psicología comunitaria a continuación.

  • Isidro Maya Jariego (Universidad de Sevilla). Ecological Settings and Theory of Community Action. [Web] [pdf] [ESP]