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Construir sistemas de protección social forma parte del desarrollo

Una mayor cobertura de la protección social contra la pobreza se asocia con una menor prevalencia del trabajo infantil

El 12 de junio se celebra el Día Internacional contra el Trabajo Infantil que este año tiene como lema «Protección Social Universal para Terminar con el Trabajo Infantil». Con ello la Organización Internacional del Trabajo recomienda una mayor inversión en sistemas de protección social para evitar la implicación temprana de los menores en actividades laborales que condicionan negativamente su desarrollo personal.

Desde que se inició el registro sobre la prevalencia del trabajo infantil en el mundo se ha observado una reducción progresiva del problema. Sin embargo, mientras que entre el año 2000 y 2016 el porcentaje de menores trabajadores descendió globalmente, en el periodo 2016-2020 se observó un aumento por primera vez en dos décadas. Según los datos de la OIT, a principios de 2020 existen 160 millones de niños trabajadores, es decir, un 10 por ciento en todo el mundo.

Es muy probable que la pandemia haya empeorado esos datos. Sin embargo, el incremento documentado en el periodo 2016-2020 corresponde fundamentalmente al aumento del número de niños trabajadores en el África subsahariana. En dicha región la prevalencia del problema es de un 24 por ciento, mientras que en el continente africano hay más menores trabajadores que en todo el resto del mundo junto.

De la pobreza a la protección social efectiva

Estos datos muestran las dos caras del trabajo infantil. Por un lado, el aumento que se observa en África guarda una relación directa con el aumento de la pobreza, que es la principal causa de trabajo infantil. A su vez, ese incremento, en términos absolutos, se corresponde con el aumento de la población en el continente (pese a un descenso relativo del porcentaje de africanos que vive con menos de 1.9 dólares al día). Por otro lado, en casi todo el resto del mundo se sigue manteniendo el descenso progresivo del trabajo infantil que se viene observando desde el año 2000. Esto remite a un conjunto de políticas y programas que han resultado efectivos en la prevención del problema.

Concretamente, son prácticas basadas en la evidencia (1) las transferencias condicionadas de dinero en efectivo, (2) las coaliciones tripartitas, y (3) los programas de acompañamiento y refuerzo educativo. En primer lugar, las políticas que han obtenido mejores resultados consisten en proporcionar recursos económicos a las familias pobres, con el requisito de que sus hijos cursen la enseñanza obligatoria y se haga un seguimiento adecuado de su estado de salud. Se trata de programas que atienden a las causas del problema (principalmente, la pobreza), que aportan un incentivo para la implicación de las familias en la crianza de sus hijos, y que transforman tanto las expectativas familiares sobre la educación como sus aspiraciones sobre la vida que le espera al menor. En segundo lugar, la colaboración de los organismos internacionales de Naciones Unidas con los gobiernos locales, junto con el establecimiento de acuerdos entre los trabajadores y los empleadores, contribuyen a la creación de normas sociales con valor preventivo. En tercer lugar, el acompañamiento educativo personalizado y la implementación de programas psicosociales para la prevención del abandono escolar resultan enormemente efectivos.

También hemos aprendido que existen diversas modalidades de “trabajo infantil”, lo que hace necesario adaptar las intervenciones preventivas en cada caso. Aunque con frecuencia se utiliza el mismo término para referirse a cada modalidad, son muy diferentes las implicaciones psicológicas para los menores cuando colaboran con la actividad de subsistencia de sus familias, cuando realizan trabajos asalariados de bajo riesgo, cuando realizan trabajos peligrosos; o cuando realizan trabajos forzados o participan en actividades ilegales. Cada uno de ellos conlleva estrategias de prevención también diferentes.

Qué funciona en la protección social de los menores

Los datos muestran que en países de bajos ingresos se observa una correlación negativa entre la cobertura de protección social y la prevalencia del trabajo infantil. Una mayor protección se asocia con una prevalencia menor. Entre otras medidas efectivas, existen evidencias del impacto positivo en la reducción del trabajo infantil de las ayudas económicas a familias con hijos, los comedores escolares, el aumento de la cobertura de salud y las pensiones. Especialmente, la ayuda directa a las familias les permite afrontar las crisis sin necesidad de recurrir al trabajo infantil. Para que resulten efectivas es importante la continuidad a lo largo del tiempo y la regularidad en la prestación. También funcionan mejor cuando hay un sistema de protección integral a lo largo del ciclo vital. No obstante, en los países pobres sigue siendo un reto llegar a las familias en más alto riesgo.

Por lo que respecta a los profesionales de la psicología, conviene indicar que los programas de protección social son más efectivos…

  1. cuando se definen los resultados comportamentales que se espera obtener con los menores,
  2. cuando se adaptan a las características socioculturales de las familias vulnerables,
  3. cuando se consiguen cambios en las normas tradicionales sobre el trabajo de los menores, y
  4. cuando se combinan con campañas de sensibilización comunitaria, con intervenciones psicoeducativas o con prestaciones de salud.

Esto define un amplio margen para la colaboración de los profesionales de la psicología en la implementación de los sistemas de protección, que va más allá de la mera asignación de recursos económicos. La intervención psicológica modula las prestaciones sociales en la práctica. Tanto su funcionalidad como su impacto potencial.

En definitiva, en varios informes recientes de la OIT y UNICEF se recomienda diseñar sistemas de protección universales e inclusivos, adaptados a las necesidades del menor. Existen evidencias de que la cobertura de la protección social reduce la prevalencia del trabajo infantil. Además, en el contexto de la cooperación internacional, se asume que la construcción de sistemas de protección social forma parte del desarrollo por sí misma. Ese es el contexto institucional en el que normalmente se integran las intervenciones psicosociales. La participación de los psicólogos/as en los programas preventivos contribuye a mejorar el ajuste comunitario de las intervenciones. Una participación que resulta difícil separar de la inversión pública en educación y servicios sociales.

El caso del trabajo infantil lanza un mensaje claro a los profesionales de la psicología: los impuestos, las políticas redistributivas, la inversión en políticas sociales, y la concertación social son el ecosistema en el que las intervenciones psicológicas basadas en la evidencia han resultado efectivas en las dos últimas décadas. La inversión en los sistemas de protección social es una herramienta clave en la lucha contra la pobreza y en la prevención del trabajo infantil.

Para saber más

ILO/UNICEF (2022). The role of social protection in the elimination of child labour: Evidence review and policy implications. Available at: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—ipec/documents/publication/wcms_845168.pdf Accessed 11/06/2022

Maya-Jariego, I. (2021). Community prevention of child labor. Evidence-based practices to promote the psychological well-being of minors. Springer Nature Switzerland AG. [Springer]

UNICEF/ILO (2021). Child Labour: Global estimates 2020, trends and the road forward. UNICEF Data. Available at: https://data.unicef.org/resources/child-labour-2020-global-estimates-trends-and-the-road-forward/  Accessed 11/06/2022


Implementación de programas en las escuelas

School by Alan Levin (CC BY 2.0)

Factores organizativos en la implementación de programas en las escuelas

En un estudio con una muestra de colegios de Barranquilla (en Colombia) hemos comprobado que la fidelidad de la implementación de programas en las escuelas depende en parte de las características de la tarea del profesorado y, por extensión, del diseño del trabajo. La investigación se desarrolló durante una de las fases más activas de la pandemia. Pese a que durante el confinamiento por COVID-19 se produjo una reducción generalizada en los indicadores de implementación de programas, el grado de supervisión por parte de los superiores jerárquicos fue un predictor significativo de la continuidad de las intervenciones. No obstante, en líneas generales el impacto del cierre de los colegios fue tan significativo que no se apreciaron grandes diferencias en el mantenimiento de la implementación en función del contexto organizativo previo.

El estudio permitió la comparación de dos programas psicoeducativos diferentes. El programa Pisotón se aplica a grupos de clase preexistentes y se integra con otras actividades regladas. Los módulos de Metodologías Flexibles constituyen grupos de niños con necesidades educativas especiales, ya sea porque no tienen acceso a la educación formal o porque están en riesgo de abandonar los estudios antes de completar la educación obligatoria. El programa Pisotón desarrolla estrategias primarias basadas en el fomento de las competencias socioemocionales. Los módulos de Metodologías Flexibles garantizan la cobertura universal o proporcionan refuerzo educativo a través de acciones de prevención secundaria o terciaria. Pese a las diferencias, en ambos casos hemos comprobado que las características organizativas de las escuelas, y más concretamente el diseño del trabajo de los profesores, condicionan la implementación de programas.

A continuación se puede consultar el resumen del trabajo:

Factores organizativos en la implementación de módulos educativos en escuelas de Barranquilla (Colombia). Este estudio examina la influencia del contexto organizativo en la implementación de un programa psicoeducativo y un módulo de nivelación académica en colegios colombianos. Se recogió información de 102 profesores que ejercían de facilitadores en la implementación de dichas intervenciones en un total de 72 instituciones educativas de la ciudad de Barranquilla. Con un cuestionario de diseño del trabajo se analizaron las características de la tarea y las condiciones laborales del profesorado. Para evaluar la implementación del programa, se obtuvieron indicadores de fidelidad, dosis, frecuencia y efectividad percibida de la intervención. Los resultados muestran que la autonomía y las características intrínsecas de la tarea se relacionan positivamente con la fidelidad de la implementación. También se observó cierta influencia de las condiciones de trabajo del profesorado en la dosis de las actividades educativas desarrolladas. Complementariamente, describimos el impacto del confinamiento durante la pandemia por coronavirus en la implementación de programas. Por último, reflexionamos sobre las características organizativas que facilitan la sostenibilidad de las intervenciones.

Reconocimientos. Este estudio contó con el apoyo del Incentivo al Grupo de Investigación “Laboratorio de Redes Personales y Comunidades” (2019/HUM-059) del Plan Andaluz de Investigación (PAIDI). El primer autor participó con la Ayuda para la Movilidad Internacional (Modalidad A) del Plan Propio de Investigación de la Universidad de Sevilla (I.3A VIPPITUS), con la que realizó una estancia como profesor visitante en la Lisbon School of Economics and Management (ISEG). El trabajo de campo forma parte de la investigación doctoral de Andrés Muñoz Alvis, que realizó su tesis doctoral en régimen de cotutela y doble titulación en la Universidad del Norte y la Universidad de Sevilla. Andrés Muñoz Alvis contó con una beca doctoral de la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia).

Para citar este artículo

  • Maya-Jariego, I., Muñoz-Alvis, A., Polo-Vargas, J.D. et al. Organisational factors in the implementation of educational modules at schools in Barranquilla (Colombia). Humanit Soc Sci Commun 9, 63 (2022). https://doi.org/10.1057/s41599-022-01081-z [HSSC]

Prevención comunitaria del trabajo infantil

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Prácticas basadas en la evidencia

La editorial Springer ha publicado el libro «Community Prevention of Child Labor» en la colección «Human Well-being Research and Policy Making«. Se trata de una revisión de las estrategias de intervención comunitaria que resultan efectivas en la prevención del trabajo infantil.

Este libro presenta cuáles son las acciones preventivas que han permitido una reducción de más de un tercio de la prevalencia del trabajo infantil en el mundo en las dos últimas décadas. En el ámbito de la prevención comunitaria, se han identificado programas ejemplares con resultados excepcionales. Por ejemplo, se ha reducido en la mitad la participación de niños en trabajos peligrosos. En una gran diversidad de contextos, la acción concertada de los agentes sociales ha servido para contrarrestar la permisividad social hacia el trabajo de los menores, mientras que las intervenciones psicoeducativas se han mostrado especialmente eficaces en la prevención del abandono escolar temprano. Por su parte, las prestaciones económicas condicionadas contrarrestan la pobreza de las familias, a la vez que proporcionan un incentivo a la participación efectiva de los padres en el desarrollo equilibrado de sus hijos. El libro presenta un conjunto de prácticas basadas en la evidencia que pueden resultar especialmente útiles para los psicólogos, educadores y trabajadores sociales que trabajan en este ámbito. De forma más amplia, este libro también resulta de interés para políticos, profesionales y activistas que participan en las políticas de protección de la infancia o en la implementación de programas de promoción del bienestar psicológico de los niños.

Para saber más


Publicaciones del LRPC en 2021

En la presentación superior se recopilan algunas de las publicaciones del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades en el primer semestre de 2021. Esta selección incluye dos libros sobre qué resulta efectivo en la prevención comunitaria. En un caso se comparan las estrategias de intervención en diferentes contextos y problemas sociales. En otro caso de revisan específicamente qué estrategias resultan efectivas en la prevención del trabajo infantil.

  • Maya-Jariego, I. (2021). Community prevention of child labor. Evidence-based practices to promote the psychological well-being of minors. Springer Nature Switzerland AG. [Springer]
  • Maya-Jariego, I. & Holgado, D. (Eds.). (2021). Qué funciona en la prevención comunitaria. Casos de intervención psicosocial efectiva. Pirámide: Madrid. [Pirámide]

Teoría y práctica del voluntariado

Man at Museum, by Picturepest (CC BY 2.0)

De la ciencia a la práctica en la participación voluntaria

Una parte de los esfuerzos de investigación de las últimas décadas se ha centrado en conectar el conocimiento teórico con la práctica de la intervención social. Esto ha significado explorar (a) cuáles son las estrategias que pueden contribuir a mejorar las estrategias de implementación y (b) cómo se pueden documentar y sistematizar las lecciones aprendidas durante el proceso de intervención.

La teoría y la práctica también se conectan en las acciones de voluntariado organizado y de participación comunitaria en general. Por ejemplo:

  1. La investigación psicosocial ha estudiado el comportamiento altruista, ha analizado los factores que determinan la continuidad o el abandono de la participación voluntaria, y ha evaluado el impacto del voluntariado en las necesidades de la comunidad.
  2. Los investigadores académicos colaboran con las organizaciones de la sociedad civil, los estudiantes universitarios realizan prácticas supervisadas en asociaciones, y el profesorado imparte cursos para desarrollar las competencias de gestores, voluntarios y afiliados en las organizaciones no gubernamentales.

Algunas universidades han potenciado la responsabilidad social corporativa a través de programas de voluntariado y aprendizaje-servicio con sus comunidades de referencia. También han desarrollo recursos de formación específicos dirigidos al mundo asociativo. Además, contribuyen a divulgar los recursos de voluntariado existentes, así como a documentar su impacto a través de investigaciones evaluativas.

La experiencia ha empezado a demostrar que la teoría puede mejorar la intervención, cuando se seleccionan programas basados en la evidencia o cuando se capacita a los facilitadores y los voluntarios según el conocimiento disponible. También se ha comprobado la utilidad de que los profesionales de la intervención tengan habilidades de investigación, con las que sistematizar el conocimiento basado en su experiencia de aplicación de programas. Por ejemplo:

  1. Por un lado, se han diseñado cursos de especialización en la gestión de organizaciones no gubernamentales, en la gestión del voluntariado o en el diseño e implementación de programas para fomentar la participación.
  2. Por otro lado, miembros y representantes del Tercer Sector han participado en cursos de formación continua y cursos de postgrado en los que han podido aportar su experiencia sobre el terreno, así como los aprendizajes obtenidos a lo largo de años de activismo o participación ciudadana.

Por lo que respecta al voluntariado, se ha puesto de manifiesto la interacción entre los factores personales y los factores organizativos en el buen desempeño de la participación comunitaria:

  1. Para los voluntarios/as, participar es una forma de expresar sus valores, satisfacer sus necesidades, desarrollar competencias y establecer relaciones personales.
  2. Desde el punto de vista organizativo, la participación de los voluntarios/as depende de generar un clima adecuado, proporcionarles una experiencia satisfactoria de participación y promover su identificación con la organización.

Todo lo anterior muestra la pertinencia de formar coaliciones entre investigadores, voluntarios y profesionales de la intervención social.


De redes, intervención y diversidad

LRPC 2020

Selección de publicaciones del LRPC 2019-2020

En la imagen anterior se recopilan algunas de las publicaciones del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades en los últimos meses. Esta selección incluye trabajos sobre las redes personales de los agentes de turismo en Moscú, el desarrollo de recursos educativos abiertos en el mundo árabe, el desarrollo psicoeducativo de niños trabajadores en Perú y las redes de facilitadores en la implementación de programas de prevención comunitaria en Andalucía. Dos de ellos se pueden consultar a continuación:

  • Maya-Jariego, I. & Holgado, D. (2020). Influencers and connectors in community prevention of drug abuse: balance between multi-site consistency and local community fit in program implementation. Psychosocial Intervention. https://doi.org/10.5093/pi2020a9 [PSI] [pdf]
  • Maya-Jariego, I., Alieva, D. & Holgado, D. (2019). Confidentiality, power relations and evaluation of potential harm in the study of the personal and organizational networks of travel agents in Moscow. Social Networks. https://doi.org/10.1016/j.socnet.2019.10.009 [SN][pdf]

Redes de facilitadores en la implementación de programas

Uno de dichos artículos aplica el análisis de redes sociales para describir el proceso de implementación de programas. El estudio permite identificar dos roles en la coordinación de la intervención: actores influyentes centrales y conectores periféricos. A continuación está disponible el resumen en español y el pre-print, previo al proceso de revisión en la revista.

La implementación de un programa en múltiples sitios simultáneamente supone un reto para la coordinación adecuada y la consistencia interna de la intervención. El funcionamiento de la red de facilitadores del programa puede ser decisiva en la efectividad y el ajuste comunitario de tales intervenciones. En este artículo, realizamos un estudio de caso de un programa de prevención comunitaria de drogodependencias que se aplica en un conjunto numeroso de ciudades en Andalucía, en el sur de España. Analizamos y describimos dos tipos de posiciones relevantes de los facilitadores locales: aquellos que tienen un papel central de coordinación para el conjunto de aplicadores del programa; frente a los conectores periféricos, que tienen un papel de puente entre áreas geográficas diferenciadas. La red del programa «Ciudades ante las Drogas» (n= 45) mostró una estructura centro-periferia, con patrones de coordinación claramente influidos por la ubicación geográfica de los facilitadores. La capital y su área metropolitana no solo tienen mayor centralidad geográfica sino un papel central en la red social. Por su parte, el papel de los conectores parece ser funcional para evitar la fragmentación de los núcleos comarcales más alejados. Finalmente, discutimos la tensión entre la coordinación central del programa y la adaptación a las peculiaridades de cada contexto local.

EUSN 2019

Referencia

Maya-Jariego, I. & Holgado, D. (2020). Influencers and connectors in community prevention of drug abuse: balance between multi-site consistency and local community fit in program implementation. Psychosocial Intervention. https://doi.org/10.5093/pi2020a9 [PSI] [pdf]

  • Descarga una versión del artículo en español [pdf] (se trata de un pre-print que no incluye los cambios introducidos durante el proceso de revisión y edición).

De trabajo infantil y desempeño académico

Conciencia de las capacidades socioacadémicas por parte de los estudiantes y convergencia en la evaluación socioacadémica de profesores y estudiantes

Acaban de salir dos publicaciones relacionadas con la implementación del programa Edúcame Primero Perú de prevención del trabajo infantil. Ambas forman parte de la investigación doctoral de Esperanza Márquez. Se centran en describir cómo el trabajo infantil está relacionado con el desempeño académico.

  1. En el primero de ellos se analizar la toma de conciencia de los niños y niñas sobre sus capacidades sociales y académicas a lo largo de la implementación del programa. [Descargar]
  2. En el segundo se analiza hasta qué punto coinciden estudiantes y profesores en la valoración de las capacidades sociales y académicas de los menores [Descargar]

Conciencia de las capacidades personales y rendimiento académico en la implementación de un programa psicoeducativo

La mejora de la experiencia educativa de los menores y el desarrollo de competencias personales reducen el riesgo de trabajo infantil. En este estudio valoramos el impacto de una intervención psicoeducativa para la prevención del trabajo infantil en dos barrios de la periferia de Lima. Con un diseño pretest-postest, evaluamos los cambios en la autoestima, la autoeficacia, las habilidades sociales, la asistencia a la escuela y el rendimiento académico de 48 alumnos de entre 8 y 13 años (M=10.38, DE=1.22). Los resultados mostraron una mejora en la autoestima percibida y un descenso en la autoeficacia social y el auto-informe de habilidades sociales. La evaluación cualitativa de la percepción de los cambios por parte de los estudiantes, los padres y los docentes mostró mejoras en el desarrollo socio-afectivo de los participantes. La evaluación del programa sugiere la existencia de un proceso de toma de conciencia de las capacidades personales por parte de los participantes, junto con pequeñas mejoras en el ámbito académico que pueden repercutir indirectamente en el riesgo del trabajo infantil.

La Convergencia en la Evaluación Socioacadémica por parte de Docentes y Estudiantes durante la Implementación de un Programa Psicoeducativo para la Prevención del Trabajo Infantil

La confluencia en las expectativas de los padres y los docentes incide en el desarrollo socioacadémico de los menores. Por otro lado, las evaluaciones de los profesores influyen en la autoevaluación y el rendimiento de los estudiantes. Durante la implementación de un programa psicoeducativo para la prevención del trabajo infantil, comparamos la evaluación de las habilidades sociales por parte de los docentes con la autoevaluación de los menores y la valoración subjetiva del rendimiento académico por parte de los docentes con las calificaciones académicas obtenidas por los menores en el curso anterior. También exploramos la valoración cualitativa del trabajo infantil por parte de los docentes y de los padres. Los resultados pusieron de manifiesto una elevada consistencia interjueces en la evaluación de las habilidades sociales y una coincidencia moderada en la valoración del rendimiento académico. La evaluación de los profesores reflejó una visión más integrada de los aspectos sociales y académicos, en comparación con los menores. Combinando el análisis de correlaciones parciales con la visualización de redes, el factor de agresividad se reveló como el indicador con mayor centralidaden la evaluación socioacadémica de los menores, tanto para los docentes como para los estudiantes. Finalmente, los profesores mostraron mayor sensibilidad que los padres sobre las consecuencias negativas del trabajo infantil.

Para saber más

Este es el artículo más citado sobre el programa Edúcame Primero:

  • Holgado, D., Maya-Jariego, I. Palacio, J., Ramos, I., Oviedo-Trespalacios, O. Romero-Mendoza, V. & Amar, J. (2014). Impact of Child Labour in Academic Performance: Evidence from the Program “Edúcame Primero, Colombia”. International Journal of Educational Development, 34, 58-66. https://doi.org/10.1016/j.ijedudev.2012.08.004 [IJED] [pdf]

Qué aprende un estudiante de psicología comunitaria

«Cerezas» by Miguel Ángel García (CC BY 2.0)

A lo largo del curso 2019-2020 he ido anotando, después de cada clase teórica de la asignatura “Psicología de la Intervención Social y Comunitaria”, los mensajes principales que reciben los estudiantes. Al final de cada sesión planteábamos un mini-debate para intentar extraer las ideas más importantes. Este es el resultado:

  1. Una de las primeras ideas que aprende un estudiante de psicología comunitaria es que “el contexto importa”. Los problemas sociales y psicológicos no se distribuyen al azar en la población sino que están directamente relacionados con los lugares de residencia, las condiciones de vida y la desigualdad de los ingresos económicos. En consecuencia, la perspectiva ecológica consiste en darle importancia a los contextos comunitarios, tanto en el análisis como en la intervención psicosocial. Esto se traduce en la práctica en la aplicación de estrategias de prevención, centradas en los factores sociales que causan los problemas psicológicos, promoviendo cambios en el contexto que tengan una duración a largo plazo.
  2. Como consecuencia de lo anterior se produce un cambio en el rol de los profesionales de la psicología, que empiezan a prestar más atención a los factores sociales que influyen en el comportamiento individual e incorporan estrategias de intervención centradas en las familias y en la comunidad. Los profesionales de la psicología pueden concebirse como agentes de cambio comunitario. También se asume la necesidad de colaboración interdisciplinar en los contextos aplicados. Los antecedentes directos de este enfoque comunitario son las experiencias efectivas de prevención de nivel poblacional en el ámbito de la salud pública, el movimiento de desinstitucionalización psiquiátrica y reforma del sistema de salud mental, y los modelos de investigación-acción.
  3. Los psicólogos comunitarios le prestan especial atención a los escenarios en los que tiene lugar la interacción social. Incluso pequeños elementos del entorno físico pueden tener un impacto significativo en el comportamiento. En determinados contextos se reproducen, de manera sistemática, patrones de relación predecibles y persistentes, con independencia de los individuos que participen en un momento determinado. Los entornos ambientales pueden evaluarse a través de la percepción del clima social, la identificación de escenarios de conducta y el análisis de redes sociales. Es decir, podemos recurrir respectivamente a la agregación de percepciones individuales, a la covariación del comportamiento con coordenadas espacio-temporales, y al estudio de la estructura de la interacción social.
  4. Los barrios constituyen uno de los entornos más estudiados en la psicología comunitaria. Es un contexto en el que diferentes procesos de nivel meso-social inciden en el comportamiento individual. En primer lugar, los problemas sociales se concentran en los barrios más desfavorecidos, de forma que se puede observar una correlación entre la desventaja social y “el código postal”. En segundo lugar, el hacinamiento, la polución o el ruido, junto a otras condiciones físicas, pueden generar estrés entre la población residente. En tercer lugar, la prevalencia de la violencia y otros comportamientos disruptivos se traduce en la exposición continuada a normas sociales negativas, que pueden reforzarse a través de procesos de aprendizaje social. No obstante lo anterior, también es un contexto que dispone de activos comunitarios y recursos positivos, tales como la participación, el apoyo social, la organización comunitaria y el sentido de comunidad.
  5. El sentido psicológico de comunidad es uno de los conceptos centrales de la disciplina, cuya preocupación surge en parte como reacción a los problemas de cohesión social derivados de la industrialización y la urbanización. Aunque se ha estudiado sobre todo la experiencia subjetiva de pertenencia a un colectivo, otros dos componentes fundamentales son la interdependencia y las redes de interacción. La conexión emocional compartida con individuos a los que no necesariamente conoces personalmente (pero a los que estás conectado a través de redes de relaciones indirectas) tiene efectos decisivos en los mecanismos de control social y en las normas sociales que inciden en el comportamiento individual. Por lo tanto, la realidad psicológica puede darse en un nivel meso-social. En este ámbito se ha comprobado que determinados lugares de los barrios, los líderes comunitarios y las asociaciones de base tienen un papel de mediación en el sentido de pertenencia. Las organizaciones comunitarias son “estructuras mediadoras”, en las que el nivel de participación resulta determinante.
  6. La otra cara de la moneda es la diversidad humana, que está en tensión dialéctica con la cohesión comunitaria. Es recomendable examinar la diversidad en el contexto de las relaciones de poder y tomar en consideración que se trata de una dimensión que no solo afecta a las minorías. Los contextos comunitarios varían en el grado de heterogeneidad de los miembros que los componen, desde entornos rurales altamente cohesivos y homogéneos hasta espacios urbanos “súper-diversos”, en los que la diversidad es la norma. Esto nos lleva a diferenciar entre la “diversidad de contextos” y los “contextos de diversidad” y revela que la identidad depende del contexto de interacción. En el caso de las minorías se ha comprobado que el grupo social de pertenencia resulta relevante después de pasar por las primeras experiencias de discriminación. Pese a que en primera instancia los miembros de las minorías se identifican con la corriente social mayoritaria, con el tiempo desarrollan una identificación con el colectivo minoritario, lo cual funciona como un factor protector ante la discriminación. Por último, tanto el concepto de distancia cultural como el modelo de aculturación permiten examinar la cultura por comparación. Es decir, con un enfoque empírico y pragmático que evita una visión esencialista de la cultura.
  7. La prevención es una estrategia de intervención comunitaria que resulta efectiva en el afrontamiento de problemas sociales. Normalmente consiste en poner en marcha acciones públicas, de nivel poblacional, que pretenden modificar aspectos comportamentales para evitar la aparición, el desarrollo o las consecuencias de un problema social. Basándose en evidencias epidemiológicas, los factores de riesgo se utilizan para definir la población objetivo y los factores protectores para fundamentar el contenido psicológico de los programas. Por lo general se traduce en una reorganización de los servicios existentes, promoviendo la incidencia en las condiciones de vida y los factores del contexto, para alcanzar a los colectivos en mayor riesgo. Los programas centrados en colectivos específicos son normalmente más eficientes que los programas de carácter universal. Los programas que se aplican durante la infancia pueden tener un impacto significativo a lo largo de la vida adulta.
  8. Muchas de las iniciativas de acción comunitaria se canalizan a través del diseño, la implementación y la evaluación de programas. Para desarrollar intervenciones efectivas es recomendable seleccionar prácticas basadas en la evidencia y adaptarlas a cada contexto específico. Eso significa combinar los principios de efectividad y ajuste comunitario. La evaluación de programas sirve para identificar qué acciones resultan efectivas en la práctica. Sin embargo, cuando dichas acciones se implementan, los resultados dependen en parte de la dosis de la intervención, las capacidades organizativas y las competencias de los aplicadores de los programas. La participación comunitaria resulta clave en la preparación para el cambio.

Para citar esta entrada

Esta entrada ha sido publicada previamente en inglés en el blog de la Society for Community Research and Action (SCRA). Para citar esta entrada, utiliza por favor la siguiente referencia:

Para saber más

También puedes consultar un breve comentario sobre los principales conceptos y modelos teóricos de la psicología comunitaria a continuación.

  • Isidro Maya Jariego (Universidad de Sevilla). Ecological Settings and Theory of Community Action. [Web] [pdf] [ESP]

El clima escolar en la implementación de programas

Stanstead School by Somanedu (CC BY-ND 2.0)

El clima social en las organizaciones educativas influye en la intensidad y la calidad de la implementación de programas. La implicación del profesorado resulta fundamental para que un programa funcione, de forma que los factores del contexto organizativo pueden influir en el desempeño de la intervención. Así se puso de manifiesto en la aplicación del programa Positive Action para el desarrollo de competencias socio-emocionales.

Algunos estudios previos han mostrado que la conectividad entre el personal que trabaja en el colegio y el apoyo de la administración del centro son elementos facilitadores en la implementación. Tanto las relaciones entre el personal del centro como las capacidades organizativas de la institución funcionan como elementos de preparación para una intervención efectiva.

En un estudio realizado en Chicago, con una muestra de escuelas con un alto porcentaje de estudiantes de grupos minoritarios se evaluó un programa psicoeducativo en el que se observaron dos dimensiones del clima organizativo claramente relacionadas con la implementación de la intervención:

  • La percepción por parte del profesorado de que su escuela es innovadora se asoció con un mayor número de sesiones impartidas y con una mayor calidad percibida de la intervención realizada.
  • La percepción por parte del profesorado de una mayor conectividad entre profesores se relacionó con una mayor implementación de actividades suplementarias.

Una mayor apertura de la escuela a experimentar con nuevas prácticas parece facilitar la incorporación y la implementación de los programas psicoeducativos. Por otro lado, las relaciones entre profesores parecen incidir en la cantidad de actividades adicionales, posiblemente influidos por la experiencia de sus colegas en la aplicación del programa.

Comentario basado en:

  • Malloy, M., Acock, A., DuBois, D. L., Vuchinich, S., Silverthorn, N., Ji, P., & Flay, B. R. (2015). Teachers’ perceptions of school organizational climate as predictors of dosage and quality of implementation of a social-emotional and character development program. Prevention Science, 16(8), 1086-1095.

Factores organizativos en la implementación

Los factores organizativos se cuentan entre los elementos que tienen una influencia más decisiva en la correcta implementación de los programas. El liderazgo, el clima organizativo, las competencias profesionales, el diseño de los puestos de trabajo y la estructura organizativa proporcionan el andamiaje en el que se desarrollan las intervenciones psicoeducativas. En ocasiones aparecen como facilitadores o barreras. También se ha comprobado que la preparación comunitaria corresponde a la interacción de factores organizativos y comunitarios.


Capital social de implementación

7th Women in Banking and Finance Annual Forum (CC BY-NC-ND 2.0)

Cómo las relaciones influyen en la implementación de programas

La implementación de programas es en parte un proceso social. La puesta en práctica de las intervenciones psicosociales puede depender de las relaciones que tienen los facilitadores entre sí, del contacto que mantienen con investigadores (o con los expertos en el problema social de referencia), así como de las dinámicas internas del personal y los directivos de la organización en la que se desarrolla la intervención.

Estas relaciones pueden facilitar la difusión de buenas prácticas de intervención o simplemente ofrecer apoyo social a los facilitadores durante la implementación del programa. También se ha comprobado que la presión social de los colegas genera normas sociales que inciden en el comportamiento de los facilitadores durante la implementación de programas.

En un artículo reciente se utiliza el concepto de capital social para explorar cómo las relaciones cohesivas y las relaciones de intermediación inciden en resultados específicos de implementación. Es decir, utilizan el esquema que distingue entre capital social cohesivo (bonding social capital) y capital social de intermediación (bridging social capital). Al relacionarlo con el proceso de implementación señalan que:

  1. Los mecanismos de confianza y la presión de las normas sociales influyen en la percepción de los facilitadores sobre el proceso de implementación. En consecuencia, tienen repercusión en la aceptabilidad y adecuación percibidas de las prácticas basadas en la evidencia, así como en la intención de adoptarlas.
  2. El acceso a información innovadora o a recursos diversos parece mediar la viabilidad y la fidelidad de las intervenciones. De modo que el capital social de intermediación tendría un papel en la adaptación de los programas a los contextos específicos. Gracias a estos contactos los implementadores introducen cambios en las prácticas basadas en la evidencia, para que se acomoden a las necesidades y características del entorno en el que actúan.

El análisis anterior parece describir dos mecanismos principales. Por un lado, existen procesos de influencia social que condicionan la adopción de determinadas prácticas basadas en la evidencia. Por otro lado, el acceso a información y recursos diversos se relaciona con la adaptación de los programas a los contextos específicos de intervención. En ambos casos se trata de un planteamiento hipotético que requiere de mayor contraste en el futuro.

  1. La combinación de ambas dinámicas (cohesivas y de intermediación) puede estar presente en las dimensiones de coste, penetración y sostenibilidad de las prácticas basadas en la evidencia. En particular, la capacidad de resistencia de la red ante la rotación de personal (la eliminación de algunos nodos) se relaciona con la sostenibilidad de la intervención.

Este comentario está parcialmente basado en el artículo:

  • Neal, J. W., & Neal, Z. P. (2019). Implementation capital: merging frameworks of implementation outcomes and social capital to support the use of evidence-based practices. Implementation Science, 14(1), 16.

Para saber más

El análisis anterior utiliza un modelo de implementación que distingue ocho dimensiones relevantes en la puesta en práctica de los programas (Proctor et al., 2011). Concretamente, algunas dimensiones relevantes de implementación dependen de la percepción de los facilitadores del programa:

  • Aceptabilidad: interés en aplicar una práctica basada en la evidencia (PBE) determinada.
  • Adecuación: percepción de que la PBE se adapta bien a las necesidades y las características del contexto.
  • Adopción: intención de utilizar la PBE.

Otras dimensiones se refieren al uso práctico de las PBE:

  • Viabilidad: si se puede poner en práctica con facilidad.
  • Fidelidad: si se aplica tal y como se había diseñado.

Finalmente hay aspectos contextuales, tales como:

  • Coste: o dificultad que conlleva la implementación.
  • Penetración: hasta qué punto está extendida determina PBE.
  • Sostenibilidad: mantenimiento en el tiempo de la PBE.

Referencia

  • Proctor, E., Silmere, H., Raghavan, R., Hovmand, P., Aarons, G., Bunger, A., … & Hensley, M. (2011). Outcomes for implementation research: conceptual distinctions, measurement challenges, and research agenda. Administration and Policy in Mental Health and Mental Health Services Research, 38(2), 65-76.

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