La prevención del trabajo infantil es uno de los ámbitos en los que la cooperación internacional ha ofrecido mejores resultados. La acción concertada de algunos organismos internacionales (como la OIT y UNICEF) con los gobiernos locales han impulsado la implicación de empleadores, sindicatos y otros agentes comunitarios. Tanto los programas de transferencia monetaria condicionada como la intervención psicoeducativa para prevenir el abandono escolar se han mostrado particularmente efectivos.
En este contexto, se fijan como OBJETIVOS identificar “buenas prácticas” trasladables a otros contextos de intervención por parte de los profesionales de la psicología. Con esta jornada se propone convocar a expertos latinoamericanos para reflexionar sobre los programas que han obtenido resultados positivos en sus países, señalando las “lecciones aprendidas” más relevantes en cada caso.
Encuesta de lanzamiento del programa de psicólogos/as cooperantes
Como parte de las jornadas de «Psicología y Cooperación», el Colegio Oficial de Psicología también ha iniciado una encuesta a sus colegiados para proyectar estancias internacionales de cooperación por parte de profesionales de la psicología. Los colegiados pueden completar la encuesta en el siguiente enlace:
Para saber más sobre prevención del trabajo infantil
Maya-Jariego, I. (2021). Community prevention of child labor. Evidence-based practices to promote the psychological well-being of minors. Springer Nature Switzerland AG. [Springer]
Este libro presenta cuáles son las acciones preventivas que han permitido una reducción de más de un tercio de la prevalencia del trabajo infantil en el mundo en las dos últimas décadas. En el ámbito de la prevención comunitaria, se han identificado programas ejemplares con resultados excepcionales. Por ejemplo, se ha reducido en la mitad la participación de niños en trabajos peligrosos. En una gran diversidad de contextos, la acción concertada de los agentes sociales ha servido para contrarrestar la permisividad social hacia el trabajo de los menores, mientras que las intervenciones psicoeducativas se han mostrado especialmente eficaces en la prevención del abandono escolar temprano. Por su parte, las prestaciones económicas condicionadas contrarrestan la pobreza de las familias, a la vez que proporcionan un incentivo a la participación efectiva de los padres en el desarrollo equilibrado de sus hijos. El libro presenta un conjunto de prácticas basadas en la evidencia que pueden resultar especialmente útiles para los psicólogos, educadores y trabajadores sociales que trabajan en este ámbito. De forma más amplia, este libro también resulta de interés para políticos, profesionales y activistas que participan en las políticas de protección de la infancia o en la implementación de programas de promoción del bienestar psicológico de los niños.
El Laboratorio de Redes ha aplicado el programa Edúcame Primero de prevención del trabajo infantil en tres países latinoamericanos: Colombia, Perú y Honduras. La intervención en diferentes contextos conlleva la puesta en práctica de estrategias de ajuste y adaptación a las peculiaridades locales. Pese a que se mantienen los componentes centrales de la intervención, cada aplicación conlleva un proceso de transferencia e innovación.
La experiencia de intervención se ha reflejado en tres catálogos que documentan algunas de las lecciones aprendidas en la implementación del programa en tres contextos nacionales diferentes:
Las políticas de inmigración se han ido alejando progresivamente de las metas de reagrupación familiar a la vez que se han reducido las restricciones legales a la deportación. La investigación psicológica ha documentado consecuencias negativas de la deportación en los niveles individual, familiar y comunitario, como resumimos a continuación:
En el plano individual, las prácticas de deportación se traducen en (a) miedo a ser perseguidos o localizados, (b) el retorno forzado a contextos peligrosos o violentos y (c) más dificultades para ayudar económicamente a sus familias.
La separación de las familias suele asociarse con (a) dificultades económicas y (d) los miembros del grupo familiar se ven forzados a asumir nuevos roles. Por lo que respecta a los menores, (c) a veces tienen que hacerse cargo de los hermanos más pequeños o (d) incluso tienen que asumir de forma temprana actividades laborales que dificultan el rendimiento escolar y la continuidad de sus estudios. En los niños se han documentado situaciones de ansiedad, depresión y problemas de conducta.
En las comunidades inmigradas también se observa (a) temor y desconfianza como consecuencia de las prácticas de deportación. Además, (b) reduce el nivel de participación y compromiso cívico, y (c) afecta a los niveles de salud pública y bienestar psicológico.
Los niños que han presenciado la deportación de uno de sus padres sufren de manera más significativa el impacto psicológico en términos de ansiedad y estrés. Por su parte, el impacto económico de la deportación de uno de los padres se ha estimado en una reducción promedio de un 70 por ciento de los ingresos familiares, seis meses después del arresto y la consecuente deportación. Un caso frecuente consiste en la deportación del padre, lo cual se traduce en que la madre dedica más horas a trabajar y se reduce el tiempo de contacto con los hijos.
Mantener las familias unidas y promover la cohesión comunitaria puede resultar beneficioso tanto para la población inmigrante como para las comunidades receptoras en las que se insertan. Sin embargo, el contexto político ha generado un ambiente hostil contra la migración que hace difícil proponer el tipo de estrategias que contribuyen a una mayor integración comunitaria. Por eso se han puesto en marcha iniciativas de base comunitaria para intentar responder a una situación de emergencia.
Para saber más
Este comentario está basado en:
A Policy Statement by the Society for Community Research and Action: Division 27 of the American Psychological Association. (2018). Statement on the Effects of Deportation and Forced Separation on Immigrants, their Families, and Communities. American Journal of Community Psychology, 62(1-2), 3-12. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ajcp.12256
German immigrants in Central Texas by the end of the 1800. Bill Strain (CC BY 2.0)
Inmigrantes y bienestar social transnacional
La protección social de los inmigrantes puede describirse como el resultado de la interacción entre las políticas de protección social del país de origen (de arriba abajo) y las prácticas y sistemas de apoyo social del propio colectivo inmigrado (de abajo arriba).
Entre las políticas del país de origen destacan los programas que se llevan a cabo para:
Facilitar el ahorro y la inversión de los inmigrantes en su país de origen, o el acceso a los programas de seguridad social.
Las políticas sociales dirigidas al grupo familiar, como las transferencias condicionadas de efectivo para la educación de los hijos que siguen viviendo en el país de origen.
Las acciones para proporcionar apoyo legal y social en el país receptor.
Por lo que respecta a los sistemas de apoyo social, algunos de los intercambios de recursos que resultan claves son los siguientes:
Las remesas que envían los inmigrantes a su país de origen (a) guardan relación con el proyecto migratorio personal, que normalmente aspira a generar ahorro y mejorar las condiciones de vida del grupo familiar, y (b) se corresponden con un sentido de obligación social con la familia y la comunidad. En algunos países, las transferencias de los inmigrantes se cuentan entre las principales fuentes de financiación externa y es habitual que superen la cuantía de la cooperación oficial al desarrollo. Sin embargo, su utilización no siempre se traducen en términos de desarrollo.
Los padres hacen un esfuerzo importante para seguir involucrados a distancia en la vida cotidiana de sus hijos. Intentan transmitirles proximidad emocional pese a la distancia física. También mantienen el contacto con la familia en origen para tener “la última palabra” en las decisiones que afectan a sus hijos.
Por último, también cabe mencionar las iniciativas colectivas, a través de las cuales los inmigrantes participan en el desarrollo de infraestructuras en el país de origen o en la prestación de servicios básicos. Esto a veces se canaliza a través de asociaciones de inmigrantes. Pueden adoptar la forma de programas de co-desarrollo.
Referencia
Este resumen está basado en:
Boccagni, P. (2011). Migrants’ social protection as a transnational process: public policies and emigrant initiative in the case of Ecuador. International Journal of Social Welfare, 20(3), 318-325. [IJSW]
Del lado de acá
Al análisis anterior, basado en el estudio de Paolo Boccagni con inmigrantes ecuatorianos en Italia, es interesante añadirle las formas de protección social en el país receptor, para completar el escenario transnacional. A este respecto, se han descrito dos elementos que condicionan la prestación de servicios:
El dilema de la pertinencia de los servicios. El contenido de los programas de servicios sociales no siempre coincide con las expectativas del proyecto migratorio personal.
La paradoja de la accesibilidad. Los inmigrantes en mayor riesgo tienen también más problemas de acceso a los servicios. Por el contrario, aquellos extranjeros con (a) un buen dominio del idioma oficial del país receptor, (b) que llevan más tiempo residiendo en el país y que (c) están mejor conectados socialmente, tienen comparativamente más oportunidades de acceso a los servicios disponibles. La aculturación parece, en consecuencia, un proceso clave.
«But We Want to Work» (Colegio de Primaria en Jicamarca, Lima)
El movimiento de niños trabajadores en el Perú es una iniciativa que defiende el derecho de los niños a trabajar y se opone a las políticas de erradicación del trabajo infantil de la OIT. El American Journal of Community Psychology ha editado un monográfico sobre aspectos éticos en intervención comunitaria en el que publicamos un artículo con reflexiones sobre las peculiaridades de las políticas preventivas en un contexto en el que una parte de la comunidad reacciona activamente en contra de los objetivos de la intervención. Concretamente, contamos la experiencia del programa «Edúcame Primero Perú».
En el artículo se plantean tres retos específicos:
La pertinencia de las intervenciones cuando una parte de la comunidad se declara en contra de la prevención del trabajo infantil.
La polarización entre organizaciones en función de sus actitudes hacia las políticas de los organismos internacionales.
La obtención y el manejo de datos de redes de relaciones (que pueden tener implicaciones en términos de anonimato, confidencialidad, etcétera).
Todo ello resulta especialmente complicado cuando está implicada la población infantil y sus familias. A continuación puedes consultar el abstract, con un enlace al artículo original.
“Nosotros queremos trabajar”: El movimiento de los niños trabajadores en el Perú y las acciones para reducir el trabajo infantil
El programa Edúcame Primero es una práctica basada en la evidencia para erradicar el trabajo infantil que se ha aplicado con resultados positivos en Colombia, Perú y varios países centroamericanos. En este artículo describimos las dificultades de implementación del programa en dos áreas pobres de Lima (Perú) entre 2014 y 2016. En concreto, discutimos tres desafíos éticos enfrentados durante la implementación del programa: (a) la existencia de un movimiento de niños trabajadores que defienden el derecho de los niños a trabajar; b) la polarización de algunas asociaciones comunitarias e instituciones gubernamentales sobre la forma de abordar los problemas de los niños trabajadores; y (c) el uso de indicadores de redes en la evaluación del nivel de cohesión de la comunidad. Tomando como guía el Código de Ética del Consejo General de Asociaciones de Psicólogos de España, adoptamos un enfoque de consenso en la planificación y diseño de la investigación-acción, combinando diferentes criterios de valor con la participación de diferentes actores. La implementación del programa en Perú dio preferencia al desarrollo de habilidades en los niños, por encima del cambio de actitudes en relación con la protección infantil, aunque la intervención declaró abiertamente sus objetivos al involucrar a las instituciones y familias. Finalmente, abordamos cómo el análisis de redes sociales supone retos específicos en comparación con los estándares éticos convencionales. Nuestra experiencia con este proyecto demuestra la importancia de hacer de puente entre las diferentes partes interesadas y evaluar cómo todas ellas se benefician de la intervención.
Referencia
Maya Jariego, I. (2017), “But We Want to Work”: The Movement of Child Workers in Peru and the Actions for Reducing Child Labor. American Journal of Community Psychology. doi:10.1002/ajcp.12180
Marino González, Shut up and sit down (CC BY-NC-ND 2.0)
Salud mental y apoyo familiar
El apoyo social es un concepto clave en el campo de la intervención social y comunitaria, debido al papel que juega en la salud mental y en los procesos de adaptación cultural de población migrante o desplazada.
Existe una asociación intensa entre apoyo social y salud mental. Los lazos familiares de apoyo cumplen una función destacada cuando algún miembro de la unidad familiar experimenta algún tipo de enfermedad mental. En estos casos la familia nuclear desempeña una función clave en la búsqueda de atención especializada y en la adherencia al tratamiento. Habitualmente es la familia nuclear la que interviene en los primeros momentos de aparición de la enfermedad, mientras que la familia extensa suele aparecer en momentos puntuales de crisis.
De igual modo se ha constatado que la enfermedad mental, especialmente en los momentos de crisis, puede llegar a modificar la estructura de relaciones interpersonales del miembro de la unidad familiar que padece la enfermedad, pero también de sus cuidadores, que pueden llegar a experimentar situaciones de estrés y aislamiento social derivados de la responsabilidad que conlleva la provisión de este tipo de cuidados. Estos hallazgos indican que el apoyo social es un concepto complejo, cuyo análisis pormenorizado exige tener en consideración los efectos directos e indirectos que el apoyo social tiene para la salud. También es necesario considerar la naturaleza multidimensional de los vínculos familiares que pueden presentar al mismo tiempo relaciones positivas y negativas en una misma red social. Tanto los vínculos familiares como la cohesión social son importante para garantizar el ajuste psicosocial de los miembros de la familia que padecen enfermedades mentales.
En la familia coexisten tanto relaciones positivas como negativas, que inciden en la experiencia y la evolución de la enfermedad mental. Un estudio con 60 pacientes diagnosticados de algún trastorno mental elaboró una clasificación de cuatro tipos de redes: (a) redes con capital social cohesivo, (b) redes con capital de intermediación, (c) situaciones de sobrecarga, y (d) una red personal orientada a relaciones conflictivas. Los pacientes del tercer y el cuarto conglomerado mostraron mayores niveles de estrés y angustia. En la red sobrecargada también se observó una mayor probabilidad de abandonar el tratamiento.
Apoyo, cohesión e intermediación
El apoyo social en el contexto familiar es de carácter multidimensional, y pueden estar presentes de forma simultánea relaciones positivas (que proporcionan apoyo social y que mitigan los efectos de la enfermedad mental), y relaciones negativas (que dificultan el tratamiento y limitan las opciones de superar el problema). Ambos tipos de vínculos interaccionan y es pertinente que sean evaluados de manera conjunta.
Las medidas de posicionamiento y cohesión pueden ser utilizadas para categorizar a los pacientes en función de los tipos de apoyo social y de las características de las relaciones familiares en las que están insertos.
Las familias cuyos lazos sociales son predominantemente de tipo cohesivo permiten que el familiar que presenta algún trastorno mental se sienta cuidado, valorado y respetado, incluso en los casos en los que al mismo tiempo se dan relaciones potencialmente conflictivas con otros miembros de la familia.
Los contextos familiares en los que se da capital social de intermediación, los miembros con problemas mentales se encuentran en una situación de equilibrio entre el apoyo que perciben de sus familiares y el que prestan a otros miembros de la unidad familiar. Además el esfuerzo cognitivo que supone la ocupación de posiciones de intermediación en la red de apoyo, se ve compensado por el incremento de autonomía y de percepción de control sobre el entorno que experimenta el sujeto.
Los participantes inmersos en redes que muestran una excesiva sobrecarga y en redes con un intenso componente conflictivo presentan mayores niveles de ajuste psicosocial en comparación con los individuos que cuentan con redes basadas en la cohesión social, en el respeto a las normas y en la confianza (capital social de tipo “bonding”), y en comparación con aquellos que cuentan con redes en las que ocupan posiciones de intermediación en los vínculos de apoyo afectivo (capital social de tipo “bridging”).
Comentario basado en:
Sapin, M., Widmer, E.D., & Iglesias, K. (2016). From support to overload: Patterns of positive and negative family relationships of adults with mental illness over time. Social Networks, 47, 59-72.
El Programa de Formación y Apoyo Familiar es una intervención para promover la parentalidad positiva que se aplica a nivel local. Se trata de una estrategia de prevención secundaria que integra acciones psico-educativas y comunitarias, y que se aplica con familias en contexto de riesgo social. A través de la participación en el programa los padres desarrollan competencias de comunicación, aumentan sus redes de apoyo social y se muestran generalmente satisfechos con su rol de padres.
La evaluación de la implementación del programa se centró en dos tipos de elementos clave:
Estrategias de implementación: apoyo organizativo, entrenamiento de los profesionales, adaptabilidad, selección de los participantes y composición del grupo.
Resultados de implementación: fidelidad, intensidad y dosis, y reacción de los participantes.
Los resultados mostraron una aplicación bastante homogénea en 19 grupos de aplicación del programa. En general, los aplicadores siguieron las recomendaciones del manual de aplicación tanto en la selección de los participantes, como en la composición del grupo. Las unidades más importantes fueron aplicadas y se obtuvieron niveles adecuados de adherencia al programa entre los participantes.
Sin embargo, hubo algunas diferencias entre grupos en lo que se refiere a la dosis e intensidad de la intervención, así como en el tamaño de los grupos. Esto permitió clasificar, en función de la implementación, en tres conglomerados diferentes. La evaluación mostró que los grupos más grandes y con mayor intensidad de aplicación obtuvieron mejores resultados de la intervención en los padres. El programa se mostró adaptable, aunque mantuvo los componentes centrales de la intervención.
El programa de Formación y Apoyo Familiar es un ejemplo de implementación adecuada que contó con el apoyo de la municipalidad, manuales de aplicación definidos, adaptables a diferentes necesidades familiares y con grupos diversos en composición (desde el punto de vista del riesgo y de las características sociales de los participantes).
El caso (a) muestra de forma clara la diferenciación entre los componentes centrales y los componentes secundarios de una intervención, y (b) ilustra la importancia de la intensidad y la dosis en la obtención de resultados positivos.
Además, contar con una guía de aplicación en un contexto organizativo definido para la implementación del programa contribuyó a la obtención de resultados homogéneos.
Comentario basado en:
Hidalgo, M. V., Jiménez, L., López-Verdugo, I., Lorence, B. & Sánchez, J. (2016). “Family Education and Support” program for families at psychosocial risk: The role of implementation process. Psychosocial Intervention 25 (2), 79-85. [PSI]
Better Beginnings, Better Futures es un programa de prevención primaria y promoción de la salud mental en niños pequeños y sus familias en comunidades económicamente desfavorecidas. El programa se ha aplicado durante más de 20 años en Ontario (Canadá) y desde el principio se ha caracterizado por (a) implicar a los miembros de la comunidad en (b) la aplicación de programas para promover las capacidades de las familias y las comunidades en la atención a la necesidades de desarrollo infantil.
En su implementación se caracteriza por combinar un conjunto de programas diferentes en cada caso, con las siguientes características:
Se aplica de manera universal a los niños de 4 a 8 años.
Incluye acciones con los niños, con las familias y con la comunidad.
Se hace con el desarrollo de una coalición de servicios locales.
Se integra con los servicios existentes.
Son programas impulsados por la comunidad, de modo que resulta fundamental la implicación ciudadana.
Los componentes centrales del programa se mantienen en todas las ubicaciones, aunque en cada aplicación se introducen innovaciones para adaptarlo a las condiciones locales.
Con los niños se aplican programas de desarrollo emocional, actividades extraescolares y programas de ocio.
Con los padres se hacen visitas a domicilio, grupos de apoyo y respiro, y escuelas de padres.
En la comunidad se hacen programas de líderes comunitarios, celebraciones y promoción de la seguridad en el barrio.
Durante su implementación dos elementos fundamentales en la aplicación del programa fueron la participación ciudadana y el enfoque en el desarrollo de capacidades. Las alianzas reducen la duplicidad de servicios y generan una visión compartida sobre la prevención y el fortalecimiento de la comunidad.
Fortalecimiento de niños, familias y comunidades
El programa contribuye a una reducción de los problemas de conducta y un aumento del rendimiento escolar en los niños. También fue más frecuente la realización de ejercicio físico entre los participantes y menos frecuentes los comportamientos delictivos.
Los padres informaron de una mejora del funcionamiento familiar y se observó una reducción de la prevalencia de la depresión. En las comunidades se observaron niveles más elevados de participación y una mejora del acceso a los servicios disponibles.
Los análisis de coste-beneficio indican que es una iniciativa eficiente. Si bien se trata de un programa originado y extendido en Ontario, actualmente se trabaja en la generalización del programa a diferentes comunidades en Canadá. Como se trata de una iniciativa que moviliza a la comunidad para poner en marcha iniciativas de fortalecimiento de la infancia, de la familia y de los contextos locales, la transferencia exige una intensa interacción entre los investigadores de BBBF y las comunidades donde se aplica.
Referencia del artículo
Worton, S. K., Caplan, R., Nelson, G., Pancer, S. M., Loomis, C., Peters, D. R., and Hayward, K. (2014). Better Beginnings, Better Futures: Theory, research, and knowledge transfer of a community-based initiative for children and families. Psychosocial Intervention, 23, 135-143. [pdfENG] [pdfESP]