De las diversas formas de violencia
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30 por ciento de las mujeres en el mundo ha sufrido algún tipo de violencia física o sexual por parte de su pareja. En este contexto, una de las líneas de investigación en psicología ha consistido en determinar los tipos de victimarios existentes. En algún caso se ha distinguido a los varones que solo son violentos en la familia de los que son violentos en general (en algún caso considerados “antisociales”). Es decir, se diferencia entre los “agresores generalistas” (que tienen variedad de delitos, además de la violencia contra la pareja) y los “agresores especialistas” (que solo tienen delitos relacionados con la violencia contra las mujeres). También se suele distinguir cuando hay un elemento psicopatológico.
Siguiendo esta lógica de construcción de tipologías, en un estudio realizado con presos de una cárcel de Asturias, se exploraron las diferencias entre los agresores generalistas (con un historial amplio y variado de violencia social y hacia la pareja) y los agresores extra-familiares (con un historial amplio y variado de violencia social, aunque sin incidentes de violencia contra las mujeres).
- Los dos grupos no mostraron diferencias significativas en características de personalidad, ni en las actitudes sexistas, ni en los indicadores de abuso de alcohol y otras drogas.
- El estudio indica que en algunos casos se ha observado que un perfil de hombres violentos generalistas empiezan con la violencia hacia quienes no forman parte de sus relaciones más íntimas y progresivamente pueden empezar a incluir a miembros de la familia, entre ellos la pareja, entre sus víctimas. De hecho, la existencia de una larga trayectoria criminal aumenta las probabilidades de la violencia hacia la pareja. Estas observaciones apuntan hacia una etiología común de ambos tipos de violencia.
En este ámbito se ha producido una innovación con el diseño e implementación de programas de intervención para maltratadores. Por ejemplo, el programa Contexto se desarrolla con victimarios que participan en actividades de formación y rehabilitación, en cumplimiento de las suspensiones de condena condicionadas. La intervención pretende promover la toma de conciencia sobre el proceso que lleva al comportamiento violento, potencia las estrategias de autocontrol y gestión responsable de las emociones, realiza prevención terciaria de las actitudes sexistas, y pone en marcha estrategias de cambio comportamental.
Comentario basado en:
- Juarros Basterrechea, J., Herrero Olaizola, J. B., Fernández Suárez, A., Pérez, B., & Rodríguez Díaz, F. J. (2018). Are generalist batterers different from generally extra-family violent men? A study among imprisoned male violent offenders. European Journal of Psychology Applied to Legal Context, 10(1), 8-14.
- Lila, M., Catalá, A., Conchell, R., García, A., Lorenzo, M. V., Pedrón, V., & Terreros, E. (2010). Una experiencia de investigación, formación e intervención con hombres penados por violencia contra la mujer en la Universidad de Valencia: Programa Contexto. Psychosocial Intervention, 19(2), 167-179.
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