Las redes de apoyo familiar en el afrontamiento de la enfermedad mental

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Marino González, Shut up and sit down (CC BY-NC-ND 2.0)

Salud mental y apoyo familiar

El apoyo social es un concepto clave en el campo de la intervención social y comunitaria, debido al papel que juega en la salud mental y en los procesos de adaptación cultural de población migrante o desplazada.

Existe una asociación intensa entre apoyo social y salud mental. Los lazos familiares de apoyo cumplen una función destacada cuando algún miembro de la unidad familiar experimenta algún tipo de enfermedad mental. En estos casos la familia nuclear desempeña una función clave en la búsqueda de atención especializada y en la adherencia al tratamiento. Habitualmente es la familia nuclear la que interviene en los primeros momentos de aparición de la enfermedad, mientras que la familia extensa suele aparecer en momentos puntuales de crisis.

De igual modo se ha constatado que la enfermedad mental, especialmente en los momentos de crisis, puede llegar a modificar la estructura de relaciones interpersonales del miembro de la unidad familiar que padece la enfermedad, pero también de sus cuidadores, que pueden llegar a experimentar situaciones de estrés y aislamiento social derivados de la responsabilidad que conlleva la provisión de este tipo de cuidados. Estos hallazgos indican que el apoyo social es un concepto complejo, cuyo análisis pormenorizado exige tener en consideración los efectos directos e indirectos que el apoyo social tiene para la salud. También es necesario considerar la naturaleza multidimensional de los vínculos familiares que pueden presentar al mismo tiempo relaciones positivas y negativas en una misma red social. Tanto los vínculos familiares como la cohesión social son importante para garantizar el ajuste psicosocial de los miembros de la familia que padecen enfermedades mentales.

En la familia coexisten tanto relaciones positivas como negativas, que inciden en la experiencia y la evolución de la enfermedad mental. Un estudio con 60 pacientes diagnosticados de algún trastorno mental elaboró una clasificación de cuatro tipos de redes: (a) redes con capital social cohesivo, (b) redes con capital de intermediación, (c) situaciones de sobrecarga, y (d) una red personal orientada a relaciones conflictivas. Los pacientes del tercer y el cuarto conglomerado mostraron mayores niveles de estrés y angustia. En la red sobrecargada también se observó una mayor probabilidad de abandonar el tratamiento.

Apoyo, cohesión e intermediación

  • El apoyo social en el contexto familiar es de carácter multidimensional, y pueden estar presentes de forma simultánea relaciones positivas (que proporcionan apoyo social y que mitigan los efectos de la enfermedad mental), y relaciones negativas (que dificultan el tratamiento y limitan las opciones de superar el problema). Ambos tipos de vínculos interaccionan y es pertinente que sean evaluados de manera conjunta.
  • Las medidas de posicionamiento y cohesión pueden ser utilizadas para categorizar a los pacientes en función de los tipos de apoyo social y de las características de las relaciones familiares en las que están insertos.
  • Las familias cuyos lazos sociales son predominantemente de tipo cohesivo permiten que el familiar que presenta algún trastorno mental se sienta cuidado, valorado y respetado, incluso en los casos en los que al mismo tiempo se dan relaciones potencialmente conflictivas con otros miembros de la familia.
  • Los contextos familiares en los que se da capital social de intermediación, los miembros con problemas mentales se encuentran en una situación de equilibrio entre el apoyo que perciben de sus familiares y el que prestan a otros miembros de la unidad familiar. Además el esfuerzo cognitivo que supone la ocupación de posiciones de intermediación en la red de apoyo, se ve compensado por el incremento de autonomía y de percepción de control sobre el entorno que experimenta el sujeto.
  • Los participantes inmersos en redes que muestran una excesiva sobrecarga y en redes con un intenso componente conflictivo presentan mayores niveles de ajuste psicosocial en comparación con los individuos que cuentan con redes basadas en la cohesión social, en el respeto a las normas y en la confianza (capital social de tipo “bonding”), y en comparación con aquellos que cuentan con redes en las que ocupan posiciones de intermediación en los vínculos de apoyo afectivo (capital social de tipo “bridging”).

Comentario basado en:

Sapin, M., Widmer, E.D., & Iglesias, K. (2016).  From support to overload: Patterns of positive and negative family relationships of adults with mental illness over time. Social Networks, 47, 59-72.


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